LA FILOSOFÍA DE ARISTÓTELES
1. Vida y obras de Aristóteles.
En la historia del pensamiento, Aristóteles (nacido en Estagira durante el siglo IV a. C.) representa uno de los máximos exponentes de la metafísica.
Tarea 1: Visualiza el siguiente documental sobre Aristóteles:
https://www.rtve.es/play/videos/this-is-philosophy/aristoteles/6297519/
2. El problema metafísico.
2.1. El ser y la sustancia.
El significado de la palabra "metafísica" no está exenta de cierta polémica: el prefijo meta- hace referencia a "ir más allá de" o "que trasciende". Este aspecto puede hacernos entender que los escritos referidos a cuestiones metafísicas son "libros posteriores a los concernientes a la naturaleza o física", debido a la ubicación en la colección de tratados de Aristóteles hecha por el compilador Andrónico de Rodas; sin embargo, en otro significado de este concepto, que parece el más adecuado, nos indica que se trata de un saber que se ocupa del conocimiento de realidades que superan la percepción de los sentidos o de la experiencia sensible, que va más allá de la experiencia sensible hasta la esencia misma de las cosas.
Aristóteles determina a la metafísica como "filosofía primera" para diferenciarla de otras filosofías en sentido secundario (como la biología, la física o la ética), que son prácticas y se ocupan de un ámbito concreto de la realidad. La metafísica, como "filosofía primera", trata de conocer los primeros principios de la realidad, la esencia de las cosas.
En su tratado titulado Metafísica, Aristóteles explica la realidad y el mundo en el que vivimos. Recordemos que, para Platón, la auténtica realidad tenía que ser algo inmutable y que se localizara más allá del mundo sensible, dado que el mundo en el que vivimos está sometido a cambio continuo y no puede encontrarse en él la realidad como objeto de la ciencia, sino que debe encontrarse en el mundo de las Ideas. Sin embargo, para Aristóteles, en cambio, la realidad debe hallarse en el mundo de la experiencia sensible como estructura que posibilite entender el devenir. En efecto, dado que el mundo está sometido a cambio continuo, es precisamente este cambio lo que debe ser comprendido y explicado. La tarea de la filosofía debe ser el estudio racional del acontecer del mundo buscando las causas que lo expliquen a partir de la observación.
Aristóteles determina que todo lo que existe está compuesto de una forma primordial (sustancia) y variaciones de esa sustancia (accidentes). Así, por ejemplo, la existencia de un árbol (sustancia) implica la existencia de ciertos cambios (accidentes), como por ejemplo crecer, tener hojas o no, sufrir una plaga o estar sano, etc., que no modifican la sustancia del ser árbol.
Dentro de la sustancia, Aristóteles distingue entre sustancia primera y sustancia segunda. La sustancia primera hace referencia a lo primero que captamos por los sentidos, el individuo concreto. Por ejemplo, Sócrates, Juan o Catalina son sustancias primeras, dado que son seres concretos e individuales que captamos por medio de los sentidos. La sustancia segunda, por su parte, hace referencia a la esencia del individuo, esto es, su definición en cuanto género y especie. Esta definición sirve para explicar su composición y sus cambios. Así, por ejemplo, a la sustancia primera "Juan" le corresponde una sustancia segunda "ser humano". Es importante señalar que la sustancia segunda está en la sustancia primera, y solo son separables por medio del entendimiento. Por tanto, solo se puede realizar una separación mental, no real.
2.2. El hilemorfismo.
Toda sustancia tiene dos elementos constituyentes la materia (hylé) y la forma (morphé). Esta teoría se le conoce con el nombre de hilemorfismo. Recordemos que Platón separaba estos dos elementos en dos mundos distintos: la materia se encontraba en el mundo sensible; mientras que, la forma en el mundo de las Ideas. En cambio, Aristóteles considera que toda sustancia natural es un compuesto indisoluble de materia (el sustrato, aquello de lo que está hecha cada cosa) y de forma (lo que cada cosa es, lo que determina la materia). Estos dos elementos no se presentan en la realidad separados el uno del otro. Únicamente pueden descomponerse por medio del pensamiento.
No obstante, hay una clara prioridad de la forma sobre la materia: la forma es la esencia del individuo, lo que hace que un ser sea lo que es y no otra cosa. Mientras que la materia es pasiva -se limita a recibir la forma-.
Por último, recordemos que Parménides consideraba irracionales el cambio y el movimiento, dado que al utilizar los conceptos de ser y no-ser, había deducido la unicidad e inmovilidad del ser; sin embargo, para Aristóteles, el cambio es un hecho incuestionable de la experiencia. Por ello, Aristóteles añade otro sentido del no-ser: la potencia. Así, ni una piedra ni una semilla son un árbol, pero la semilla puede llegar a ser un árbol.
2.3. Potencia y acto.
Así pues, para explicar el cambio, Aristóteles introduce dos conceptos la potencia y el acto. La potencia se puede definir como "lo que no es, pero que puede llegar a ser". Por ejemplo, la semilla es un árbol en potencia. Por su parte, el acto se puede definir como "lo que ese ser ya es". Por ejemplo, un árbol lo es en acto. Otro ejemplo que puede ser clarificador es el siguiente: un alumno de la Facultad de Medicina es un estudiante en acto, y un médico, en potencia.
3. El problema de la realidad.
En su tratado titulado Física, Aristóteles estudia el movimiento o cambio de la sustancia sensible. Aristóteles define el movimiento como el paso de la potencia al acto, y lo clasifica de la siguiente manera:
1) Cambio sustancial:
a) Generación: Se origina un sustancia nueva. Por ejemplo, la generación de una semilla.
b) Corrupción: Se destruye una sustancia existente. Por ejemplo, la quema de un árbol.
2) Cambio accidental:
a) Cuantitativo: Aumento o disminución. Por ejemplo, el crecimiento de un árbol.
b) Cualitativo: Se altera una cualidad. Por ejemplo, en otoño se le caen las hojas al árbol.
c) Local: Desplazamiento de lugar. Por ejemplo, trasplantar una árbol de un lugar a otro.
Aristóteles, además, analiza que en todo cambio existen tres principios:
1) La sustancia o sujeto que va a cambiar (por ejemplo, una persona que no sabe hablar inglés).
2) La forma que va a adquirir (por ejemplo, después de acudir a muchas clases en la Escuela de Idiomas, esa persona sabe hablar inglés).
3) La privación de la forma que tenía anteriormente (por ejemplo, esa persona, que ha aprendido inglés, ya no es inculta con respecto al dominio de la lengua inglesa y, por tanto, se le priva de su anterior forma, esto es, no saber inglés).
Puesto que conocer científicamente algo es conocer sus causas, Aristóteles se ocupa de establecer las causas de los seres. Se pueden distinguir cuatro tipos:
1) La causa material (por ejemplo, el bronce de una estatua).
2) La causa formal (por ejemplo, la forma de la estatua).
3) La causa eficiente (por ejemplo, el escultor de la estatua).
4) La causa final (por ejemplo, adornar un templo).
Tarea 2: Repaso de la metafísica y de la física por medio de este juego. El juego consiste en salir del laberinto contestando correctamente todas las preguntas sobre la metafísica y la física de Aristóteles. ¿Quién logrará tener más aciertos en el menor tiempo posible? ¿Lo serás tú? ¡Atrévete con Wordwall!
La cosmología de Aristóteles es un modelo cosmológico paradigmático desde la Antigüedad hasta el Renacimiento. La gran aportación aristotélica radica en que fue el primer gran modelo científico de la humanidad. Fue, incluso, aceptado por la Iglesia católica en el siglo XII. Debido a la enorme importancia que tuvo durante muchos siglos el paradigma aristotélico, el cambio a un nuevo paradigma (el modelo de la mecánica clásica de Galileo y Newton), que se efectuará en los siglos XVI y XVII, será bastante complejo.
En su tratado titulado Acerca del cielo, Aristóteles muestra las claves de su modelo cosmológico:
El universo es eterno (en un sentido temporal: existe desde siempre), finito (tiene un límite: la esfera de las estrellas fijas), único, geocéntrico (el centro del universo coincide con el centro de la tierra), esférico, no existe el vacío, teleológicamente ordenado (todo tiene una finalidad, un para qué), basado en el principio de que todo lo que se mueve es movido por otra cosa y, finalmente, dividido en dos partes distintas separadas por la esfera de la Luna.
Analicemos cada una de esas dos partes:
1) El mundo sublunar: Ocupa desde el centro del universo, que coincide con el centro de la Tierra, hasta la esfera de la Luna (sin incluirla). Está formada por los cuatro elementos de Empédocles (tierra, agua, aire y fuego), que están sometidos a la generación y corrupción, es decir, al cambio y al movimiento. En este mundo, cada elemento tiene un "lugar natural", donde le corresponde estar. Así, por ejemplo, al elemento tierra le corresponde estar en el centro del universo y, por encima de él, el agua. Así también, las burbujas que se puedan formar en el fondo de un estanque intenten atravesar la esfera del agua y se dirijan hacia su lugar natural, el aire. Del mismo modo, una piedra arrojada en un estanque, atravesará las esferas del aire y del agua para llegar a su lugar natural, la esfera de la tierra. El movimiento característico de este mundo es el movimiento rectilíneo y la velocidad con que los cuerpos van a su esfera es proporcional a la diferencia entre el número de átomos que poseen de las esferas que se encuentran por debajo de ellos y el número de átomos que poseen de las esferas que se encuentran por encima de ellos.
2) El mundo supralunar:
Ocupa desde la esfera de la Luna (incluida) hasta el límite del
universo, esto es, la esfera de las estrellas fijas. Todos los cuerpos
de esta esfera celestes están compuestos de éter. Este quinto elemento
es inmutable y está compuesto por átomos que se desplazan de forma
circular. Así, por tanto, todos los cuerpos (planetas y estrellas) de
esta esfera poseen un movimiento circular, eterno y regular, esto es, el
movimiento perfecto, que no tiene principio ni fin. Los planetas se
encuentran alojados en esferas cristalinas que los arrastran de forma
circular, eterna y regular. En el límite del universo, como "telón de
fondo", encontramos la esfera de las estrellas fijas. Es, evidentemente,
una esfera transparente, en la que se encuentran incrustadas las
estrellas. Tiene, como todos los planetas, un movimiento circular,
eterno y regular, cuyo centro de la circunferencia coincide con el
centro del universo, que es la Tierra.
El origen del movimiento en el cosmos viene dado por el denominado Primer motor inmóvil, que trasmite dicho movimiento en cadena a las esferas y al mundo sublunar. Por tanto, es causa del movimiento eterno del cosmos. Dicho Primer motor inmóvil es inmaterial y acto puro, mueve el mundo hacia su perfección; pero no es un Dios, ya que no crea el mundo.
Tarea 3: Lee el siguiente texto de A. C. Crombie titulado Historia de la ciencia: De San Agustín a Galileo (Madrid: Alianza, 1996) y realiza en tu cuaderno un dibujo del cosmos aristotélico a partir de la descripción dada.
"El cosmos de Aristóteles era una esfera vasta, pero finita, con su centro en la Tierra y limitada por la esfera de las estrellas fijas, que era también el “primer motor” (…), la fuente original de todos los movimientos en el universo. En el centro del universo estaba la Tierra esférica, y rodeándola concéntricamente estaban las distintas esferas, dispuestas como las pieles de una cebolla. En primer lugar venían las envolturas esféricas de los otros tres elementos terrestres, agua, aire y fuego, respectivamente. Rodeando a la esfera del fuego estaban las esferas cristalinas, en las que se encontraban insertas, y eran transportadas por ellas, la Luna, Mercurio, Venos, el Sol, Marte, Júpiter y Saturno, que eran los siete “planetas”. Más allá de la esfera del último planeta venía la de las estrellas fijas, y tras esta última, nada".
Tarea 4: Coloca las etiquetas correctamente en la siguiente imagen:
4. El problema del ser humano.
La física aristotélica se ocupa no solo del universo físico, sino que también de los seres que están en el universo. Entre ellos, los seres animados se distinguen de los inanimados porque poseen un principio que les otorga vida y dicho principio es el alma. ¿Qué es el alma? De ello se ocupa Aristóteles en el tratado titulado Sobre el alma.
Aristóteles aplica su teoría hilemórfica de la realidad, según la cual todas las cosas son un compuesto de materia y forma, donde la materia es potencia, mientras que la forma es acto. Así pues, el hombre está compuesto de materia (su cuerpo) y su forma (el alma). Se entiende el alma como el principio vital que organiza a todo el organismo.
En base a dicha distinción se puede señalar que Aristóteles coincide con Platón en la composición del hombre (cuerpo y alma); pero para Aristóteles dicha unión es no accidental, sino sustancial. Así, por tanto, cuerpo y alma no pueden darse por separado, del mismo modo que no pueden darse por separado la materia y la forma (por ejemplo, la forma y la materia de una medalla de oro). Y, por tanto, se puede inferir que el alma es mortal.
Por último, señalar que Aristóteles distingue tres partes del alma:
1) Vegetativa: Sus funciones son el crecimiento y la nutrición. Esta parte del alma es propia de las plantas y del resto de seres animados.
2) Sensitiva: Sus funciones son las apetencias, los deseos y el movimiento. Esta parte del alma es propia de los animales y de los hombres.
3) Racional: Sus funciones son la capacidad de pensar y entender. Esta parte del alma es propia exclusivamente del hombre.
5. El problema del conocimiento.
Aristóteles, en el inicio de su obra Metafísica, señala que “todos los hombres poseen por naturaleza el deseo de conocer”, entendiendo por conocer “el poseer intencionalmente la forma del objeto conocido”, es decir, se trata de trasladar la forma, que se encuentra contenida en la materia, a nuestro entendimiento.
Para Aristóteles todo conocimiento comienza con los datos sensibles que nos proporcionan los sentidos. Aristóteles es un precursor del empirismo. Partiendo de los sentidos, junto al conocimiento intelectual, posibilitan alcanzar la verdad.
Frente a su maestro Platón, Aristóteles rechaza la existencia de un mundo inteligible o mundo de las Ideas separado del mundo de los sentidos. Unida esta idea al rechazo que tiene Aristóteles a la existencia de un alma anterior al nacimiento, las ideas no están ya en el alma, sino que son producto de la abstracción (separar por medio de una operación intelectual un rasgo o una cualidad de algo para analizarlos aisladamente o considerarlos en su pura esencia o noción) a partir de los datos que nos proporcionan los sentidos.
Aristóteles afirma la existencia de ideas universales (esencias), pero como realidades no separadas de las cosas. De hecho, si separamos la esencia (lo que hace que una cosa sea tal cosa y no otra) de la cosa, dejaría de existir una y la otra.
¿Cómo es el proceso del conocimiento según Aristóteles? Debemos hablar de dos niveles:
En primer lugar, el conocimiento basado en los sentidos. Todo conocimiento para Aristóteles comienza por los sentidos. Esta es la facultad que se pone en acto ante la presencia del objeto. Gracias a la información que nos proporcionan los sentidos (vista, oído, olfato, gusto y tacto) obtenemos características propias de cada cosa (color, sabor, olor, etc.) Los datos suministrados se unifican en el denominado “sentido común” que organiza, distingue y unifica los sentidos propios y comunes de cada cosa (tamaño, figura, movimiento, etc.)
Entre el primer y el segundo nivel encontramos dos capacidades: la imaginación, que es la capacidad de elaborar imágenes a partir de un proceso de inducción ( a partir de casos particulares y concretos); y la memoria, que es la capacidad de acumular y actualizar imágenes de una misma cosa o de muchas parecidas.
En segundo lugar, el conocimiento basado en el entendimiento. Esta es la facultad que piensa lo universal (las esencias). Posibilita la ciencia. Aristóteles distingue dos tipos de entendimiento:
a) Entendimiento agente: Tiene la función de abstraer las cualidades particulares de cada cosa. Extrae lo común de cada cosa, excluyendo lo accidental (sus variaciones). Así, por ejemplo, después de observar muchos caballos, se puede abstraer la forma común a todos ellos, esto es, las propiedades que definen a todo caballo. Se extrae, por tanto, el concepto de “caballo”.
b) Entendimiento paciente: Genera el concepto universal y lo aplica a todos los individuos de la misma clase.
6. El problema ético.
Aristóteles recoge sus reflexiones éticas, fundamentalmente, en su tratado titulado Ética a Nicómaco. Su ética tiene dos características principales: 1) Se trata de una ética teleológica (telos=fin o propósito), esto es, todas las acciones humanas persiguen fines o bienes; 2) además, se trata de una ética eudemonista (eudaimonia= felicidad, bienestar o vida buena), esto es, las acciones van dirigidas a alcanzar el bien supremo del hombre, en este caso, la felicidad.
¿Qué se entiende por felicidad en Aristóteles? Según Aristóteles, todos los fines están jerarquizados y orientados a alcanzar el bien supremo. Así, por ejemplo, cuando adquiero un bolígrafo, tiene la finalidad de redactar unos apuntes; esos apuntes me permiten dar mis clase de Filosofía; mis clases de Filosofía me permiten ganar un sueldo, etc. Pues bien, para Aristóteles el fin último es alcanzar la felicidad; pero debemos entender la felicidad del siguiente modo: La vida dedicada al conocimiento y la ciencia, esto es, la actividad intelectual. Es una actividad propia y exclusiva del ser humano (alma racional), que debe mantenerse durante la vida entera, y no solo en breves periodos. Evidentemente, también precisamos de otros bienes, como los bienes corporales (salud, ...) y los bienes exteriores ( economía, honores, ...); pero todos ellos deben estar encaminados a alcanzar el bien supremo del hombre, la actividad intelectual.
Aristóteles se aleja del intelectualismo socrático que vincula la virtud con el conocimiento. Para Aristóteles, la virtud se adquiere por el hábito y el ejercicio. Así, mediante la vida dedicada al conocimiento y a la ciencia, el ser humano desarrolla las virtudes intelectuales o dianoética (diánoia=razón), que son básicamente la sabiduría y la prudencia. Son aquellas virtudes que pertenecen a la parte intelectual del alma.
Pero el ser humano no es solo alma, sino que también es cuerpo. Tiene, por tanto, una parte sensitiva y vegetativa, que deben ser reguladas racionalmente. Dicho de otra forma, que la razón debe organizar los deseos y las pasiones del cuerpo. Para ello, según Aristóteles, se precisan las virtudes morales o éticas. Estas virtudes se adquieren en base a la repetición de actos semejantes. Debe ser un hábito, una costumbre. Así, por tanto, nos hacemos virtuosos, practicando actos virtuosos. ¿Por qué hacemos actos virtuosos? Porque nos reportan beneficios. Será la experiencia, en base a la repetición de actos virtuosos, la que permitirá que se vayan "afinando" estas virtudes. No nacemos por naturaleza siendo buenos o justos; sino que, según Aristóteles, debemos practicar actos bondadosos y justos para saber qué es el bien o la justicia. La virtud ética, por tanto, consiste en decidir bien y actuar de forma correcta. ¿Qué tipo de hábito es ese en el que consiste la virtud ética? Esa virtud consiste en el hábito de actuar siempre de conformidad con el justo término medio entre dos extremos defectuosos, uno por defecto y otro por exceso. Así, por ejemplo, una persona que sea valiente, logra adoptar el justo término medio entre la cobardía y la temeridad. La virtud más elevada de estas virtudes es la justicia, que consiste en repartir y obtener lo que a cada uno le corresponde según sus méritos.
Tarea 5: Visualice el siguiente video que repasa los aspectos más importantes de la ética aristotélica:
7. El problema político.
Aristóteles expone su teoría política en el tratado titulado Política. La política es, junto a la ética, las dos ciencias prácticas para Aristóteles. Y, además, la ética está subordinada a la política, que es para Aristóteles la ciencia más "eminentemente directiva". Es considerada la ciencia suprema, esto es, es el conocimiento más elevado al que se puede aspirar, ya que todo lo que se hace tiene, en último término, una finalidad política. Dicho de otra manera, se busca alcanzar el fin último de la sociedad, que es el bien colectivo.
Para Aristóteles, el hombre es un zoom politikon (animal político por naturaleza), dado que solo en sociedad el hombre puede alcanzar su bien, el fin que le es propio, esto es, una vida digna y feliz. Solo en el ámbito de la sociedad, el hombre puede actualizar todas sus potencialidades.
Aristóteles defiende el modelo de ciudad-Estado (polis), como único tipo de comunidad autosuficiente o autárquica en dos sentidos: en un sentido económico y, sobre todo, en un sentido ético, esto es, permite al hombre su perfeccionamiento moral e intelectual. La polis es superior a otras comunidades políticas que existen, como son la familia y la aldea, que únicamente cubren las necesidades cotidianas más básicas.
Así, por tanto, el mejor gobierno es aquel que ejerce el poder justamente y que persigue el bien común de los ciudadanos, esto es, alcanzar el bien y la justicia. Serán, por tanto, gobiernos injustos aquellos que gobiernan persiguiendo el interés particular de un individuo o grupo.
Las formas de gobiernos legítimos serían: la monarquía (gobierno de uno solo), aristocracia (gobierno de unos pocos) y la democracia (gobierno de todos); mientras que los gobiernos ilegítimos serían: la tiranía, la oligarquía y la demagogia (democracia en un sentido negativo, ya que busca sacar provecho de la comunidad).
Tarea 7: Lee la siguiente noticia sobre el asalto al Capitolio en EEUU en enero de 2021 y trata de relacionarlo con la filosofía de Aristóteles. ¿Qué crees que pensaría Aristóteles si viviera hoy? Exponga su opinión de forma argumentada en los comentarios de esta entrada del blog.
8. LA FILOSOFÍA HELENÍSTICA.
8.1. Escuelas éticas.
La filosofía helenística se desarrolló a partir de las escuelas de Atenas y se concretó en tres corrientes cuya temática central es la ética:
a) El epicureísmo: Su fundador fue Epicuro (341-270 a. C.) en Atenas. Identificó la felicidad con el placer individual. El máximo placer no es el sensible, el cual es efímero, sino la ausencia de dolor o la tranquilidad del alma (ataraxia).
b) El estoicismo: Su fundador fue Zenón de Citio (336 - 264 a. C.). Sostuvo la existencia de una ley o razón del universo, como es el destino, a la que nada ni nadie puede escapar. El alma humana es capaz de conocer esa ley o razón universal y vivir conforme a ella para lograr la felicidad. Por ello, la actitud del sabio debe ser la búsqueda de la imperturbabilidad, esto es, la supresión de pasiones y aceptar su propio destino.
c) El escepticismo: Su fundador fue Pirrón (365-270 a. C.). Para esta escuela la felicidad no se encuentra en ninguna certeza, sino en la ausencia de toda verdad, es decir, en abstenerse de todo juicio (afasia) y en mostrarse indiferente ante todo (ataraxia).
8.2. Hipatia de Alejandría.
Hipatia (355-415 d.C.) fue una excelente matemática, astrónoma y filósofa. Reconocida mujer en su época, dado que se dedica a la tarea intelectual y a la enseñanza. Generó grandes controversias, ya que no profesaba ninguna religión dominante, como el judaísmo o el cristianismo, y se decantó por la filosofía neoplatónica. Esta corriente filosófica se desarrolló durante los siglos I y VI, y supuso una actualización de la filosofía de Platón. Esta escuela afirma la absoluta transcendencia del origen último de todas las cosas, al que denominan Uno. El Uno está más allá de todas las cosas, pero no puede ser identificado con nada.
Detalle de un personaje del fresco
La escuela de Atenas de Rafael Sanzio