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jueves, 30 de noviembre de 2023

Materiales para la XI Olimpiada filosófica de Extremadura: ¿Qué es el ocio?

Ocio proviene del latín otĭum, que significa reposo. Según la RAE, ocio es el tiempo libre de una persona, fuera de las obligaciones y ocupaciones habituales.  Por su parte, la Declaración universal de los Derechos Humanos indica, en su artículo 24, que "Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas".

Pensadores como Sócrates (filósofo griego, s. V-IV a.C.) consideran que el tiempo libre posibilita el tiempo de la reflexión, de la lectura y el pensamiento crítico, con la intención de conocernos mejor y conocer mejor el mundo que nos rodea. 

Los romanos consideraron el ocio como algo reparador. Un claro ejemplo es la propia ciudad de Mérida (Extremadura).

En el año 25 a.C. el Emperador Octavio Augusto ordenó fundar la Colonia Iulia Augusta Emerita, en la que se asentarán los militares veteranos (eméritos) de las legiones V Alaudae y X Gemina tras las victorias frente los cántabros en el norte de la Península. La ubicación era perfecta. Se situó al margen del río Anas (Guadiana) junto a la desembocadura del río Albarregas, una zona vadeable del Guadiana con una isla central que facilitaba la construcción de puentes.

La actual concepción de ocio está vinculada al bienestar. La normalización de la jornada laboral permite hacer una distinción: el ocio negativo, que es el tiempo libre del trabajo; y el ocio positivo, que es aquel que sirve para hacer tareas diferentes a las habituales. Pero la maximización de las ganancias económicas, ha impuesto el trabajo sobre todo tiempo libre, poniendo en cuestión precisamente si existe tal momento de ocio, ya que se considera una pérdida de tiempo. 

Aunque pensadores actuales como Byung-Chul Han analizan el papel del ocio en la sociedad contemporánea. Para Han, el ocio solo sirve hoy para descansar del trabajo. Pero la crítica que hace Han sobre el ocio es que este se ha convertido en un insufrible no hacer nada, en una insoportable forma vacía del trabajo. Para Han, el tiempo festivo debería ser un tiempo para recrearse, liberada de toda presión del trabajo y de la necesidad de rendimiento. Vivimos, dice Han, en una sociedad del rendimiento, en la que uno se explota voluntariamente a sí mismo creyendo que así se está autorrealizando.

Algunos materiales interesantes para analizar esta cuestión acompañados de algunas cuestiones sugerentes añadidas por mí


LIBROS:

Pieper, J.: El ocio y la vida intelectual. Editorial Rialp.

El filósofo alemán señala que etimológicamente, ocio y tiempo libre se dice en griego skholé, y es también la raíz de la palabra latina  schola, que a su vez da lugar a la palabra "escuela". De esta manera, tanto la noción de enseñanza o lección como la palabra que designa a los establecimientos donde se imparte instrucción tienen su origen en la idea de ocio (es decir, contemplación), diversión (es decir, evasión) y ocupación reposada (descanso físico, no intelectual). Lejos de esta acepción de la idea de ocio y enseñanza, quizás motivada por la expansión del capitalismo, se acepta hoy en día que vivir consiste fundamentalmente en trabajar.

 
¿La esencia del ser humano es trabajar? ¿la existencia humana tiene su plenitud en el trabajo cotidiano? ¿el ocio es la ausencia de toda tarea?


Byung-Chul Han: La crisis de la narración. Editorial Herder.

El pensador surcoreano reflexiona sobre el asunto del ocio y la incapacidad actual generalizada de poder estar en estado contemplativo, esto es, de reflexión y escucha atenta, debido al tsunami informativo que se encarga de mantener permanente estimulado al individuo receptor de información y fragmenta su atención. Señala Han que "estamos perdiendo cada vez más el don de escuchar. Nos escenificamos a nosotros mismos, nos escuchamos a nosotros mismos, en lugar de olvidarnos de nosotros mismos y abandonarnos a la escucha" (pág. 24). La hiperactividad informativa, que busca espantar todo aburrimiento, inhabilita todo momento de ocio y relajación. La comunicación y la información está controlada por medio de algoritmos de los cuales, por supuesto, no somos conscientes. El individuo se convierte en datos que pueden ser controlados y manejados

¿Es algo negativo el aburrirse? ¿Puede surgir algo positivo del aburrimiento? ¿Es negativa la pereza? ¿Debemos estar siempre dispuestos a rendir de manera activa?



Arendt, H.: La condición humana. Editorial Paidós. 

La filósofa alemana Hannah Arendt (s. XX) señala que la sociedad moderna es una sociedad que degrada al ser humano en un animal laborans, esto es, ser meros animales trabajadores. Toda vida activa se reduce al trabajo.
 
 ¿Vivimos para trabajar? ¿Trabajamos para vivir? 

 


Aristóteles: Ética a Nicómaco. Editorial Gredos.

Aristóteles (filósofo griego, s. IV a.C.), en su obra Ética a Nicómano, afirma que la filosofía surge del ocio. El tiempo libre de todo tipo de preocupaciones materiales y tareas prácticas permite al individuo ocioso a dedicarse a la reflexión y la búsqueda de verdades sobre la realidad, la moral y la naturaleza humana

¿Es necesario revitalizar la vida contemplativa o el cuidado del alma? ¿Es una ilusión pensar que cuando uno más activo se vuelve, más libre es?


Epicuro: Sobre el placer y la felicidad

Epicuro (filósofo griego, s. IV-III a.C.), el ocio es un momento de placer que se debe disfrutar, de manera razonable, realizando actividades que contribuyan a la felicidad y la satisfacción.
 
 ¿El ocio debe ser entendido como fiesta desenfrenada? ¿El ocio debe ser disfrutado de manera individual o siempre de manera colectiva (familia, amigos, etc.)? ¿El ocio solo se disfruta si es gracias al consumo de drogas o alcohol?



OBRAS DE ARTE: 

El Bosco: Mesa de los pecados capitales. Museo del Prado (Madrid).

En esta obra encontramos uno de los pecados capitales, la Acidia -o Pereza-, que la personifica un hombre que duerme ante la chimenea en lugar de entregarse a la oración.
 
¿Es la pereza una forma de ocio? 


Caravaggio: Jugadores de cartas. Kimbell Art Museum, Texas (Estados Unidos)

Dos tahúres se la están jugando a un joven y este no parece sospechar nada. Mira concentrado sus cartas y cree que le va a ir bien. Tiene una buena mano. Pero solo hay que fijarse en los tipos que lo rodean para darse cuenta de que esta no va a ser precisamente una mano ganadora.

Uno de ellos mira directamente y sin ninguna discreción las cartas del estafado, y le comunica por señas a su compinche la carta que posee. Además, el compinche, al menos con un poco más de disimulo, saca unas cartas de su cinturón para conseguir la jugada adecuada.

El mensaje es claro: la astucia y la maldad vence, a menudo, a la candidez e inocencia de quienes son buenos y nobles. Por tanto, no seamos ingenuos ante aquellos que nos ofrecen poder conseguir dinero fácil, por ejemplo, las casas de apuestas o los juegos de televisión que prometen grandes fortunas en sus concursos.

¿Se ha convertido el ocio en un negocio? 

 

Seurat: Un baño en Asnieres. National Gallery de Londres.  


La obra representa una instantánea de la vida en los suburbios de París; de hecho Asnieres era un área donde los parisinos concurrían únicamente en los días festivales para andar en barca o bañarse en las aguas del Sena. La escena se sitúa en un sitio de recreo en la periferia de París, hasta donde acudían quienes no podían permitirse un boleto de tren hasta otros sitios de recreo en los que se necesitaba llegar en esa forma como Argenteuil.

El ocio, también hoy en día, se ha convertido en un negocio, del cual solo pueden disfrutar las personas que tienen buenos recursos económicos.

¿Es preciso tener recursos económicos para poder disfrutar del ocio?


Pawel Kuczynski: 

 

 


Estas obras del ilustrador y artista polaco Pawel Kuczynski, nos recuerda que hoy en día no puede entenderse la sociedad actual sin las nuevas tecnologías de información y comunicación. Sin embargo, estas tecnologías están produciendo un efecto contrario al que sugieren contribuir: el aislamiento en forma de "islas solitarias", en las que cada individuo cree poder decidir qué hacer en ellas al margen del mundo. Es un mundo que proporciona una hiperatención informativa y escasa tolerancia al hastío, como señala Byung-Chul Han en La sociedad del cansancio, que ha reemplazado la atención profunda y contemplativa, de la cual han sido posibles los logros culturales de la humanidad, como por ejemplo, la filosofía

¿Se ha perdido la capacidad de la escucha y la atención? ¿Son importantes la escucha y la atención profunda para poder reflexionar sobre sí mismo y el mundo? ¿Nos hemos convertido en una sociedad de puro rendimiento, en el que hay que estar produciendo constantemente?

miércoles, 28 de junio de 2023

4º ESO: TEMA 7. LA ACCIÓN MORAL Y LOS VALORES.

7.1. Ser y deber ser. Normas, valores y sistemas morales. La diferencia entre moralidad, legalidad y normas cívicas.

 
La palabra moral deriva del término latino mos, que significa “costumbre”. El conjunto de mores, costumbres, constituye la moral de un pueblo o de un grupo social. Así pues, podemos definir el término moral como el código de normas o valores que regulan la acción individual y colectiva que se considera correcta. La mayor parte de nuestras acciones se basan en las costumbres y, con ello, no debemos detenernos a cada momento para determinar cuál debe ser nuestro comportamiento en cada caso.
 
Por su parte, la palabra ética deriva del término griego ethos, que significa carácter. La ética es una disciplina filosófica que se encarga de reflexionar acerca de los principios de la moral, esto es, qué acciones son morales y cuáles no. Permite discernir entre lo que está bien y lo que está mal a partir de la práctica en base a la repetición de actos. Así pues, el objetivo de la ética es el que individuo genere un "buen carácter", esto es, ser virtuoso (Aristóteles define la virtud como la excelencia (en griego, areté)).
 
 
 
La relación que se establece entre estos dos conceptos es evidente, dado que los hábitos o costumbres que tenemos determinan nuestro carácter o personalidad, y que este, a su vez, acaba por condicionar nuestras acciones concretas. Así, por ejemplo, quien tiene por costumbre o hábito actuar de forma responsable termina por tener un carácter o personalidad juiciosa. Y este carácter, a su vez, hace más probables en esa persona las acciones juiciosas que las insensatas. 
 
 
 
 
 
Entre los múltiple problemas éticos que existen actualmente (Problemas ecológicos, cuestiones de bioética, la globalización, la tensión felicidad y justicia, entre otros) vamos a centrar nuestra atención en uno de ellos: moralidad y legalidad. La moral y los derechos están relacionados, ya que regulan las acciones en una comunidad. Sin embargo, cada una de ellas presentan características propias: la moral es autónoma (la propia conciencia impone las normas) y requiere la adhesión interior y el convencimiento personal, que cuando no actuamos en base a nuestros principios morales nos crea remordimientos y arrepentimiento por lo realizado; por su parte, el derecho (la ley) es heterónomo (las leyes están impuestas por una entidad exterior al individuo) y exigen un cumplimiento externo, ya que si desobedecemos nos pueden castigar.
 
 
 
7.2. La diversidad de valores y el debate en torno al relativismo. La posibilidad de una ética universal de mínimos. Diversas propuestas y teorías éticas. Los derechos humanos como proyecto ético.

 
Veamos algunas de las teorías éticas que han sido más relevantes en la tradición filosófica occidental. 
 
a) Intelectualismo moral. 
En base a esta teoría, conocer el bien es hacerlo: solo actúa inmoralmente el que desconoce en qué consiste el bien. El representante más destacado de esta teoría fue el filósofo griego Sócrates (siglo V a.C). Para él, no solo el bien es algo que tiene existencia objetiva y validez universal, sino que, además, al ser humano le es posible acceder a él. Así, por tanto, solo el que sabe qué es la justicia es justo. Para Sócrates no hay personas malas, sino ignorantes, esto es, que desconocen lo que es el bien; dado que, si conocieran lo que es el bien, lo harían. 
 
📌Actividad 1: ¡Juguemos a salir del laberinto filosófico! Wordwall sobre Sócrates
 
 

sábado, 2 de octubre de 2021

1º de Bachillerato: TEMA 2. PREGUNTAS Y PROBLEMAS DE LA FILOSOFÍA

1. El problema del ser. 

La metafísica es la rama de la Filosofía que se ocupa de ser. Relacionado con ese asunto, los filósofos se han ocupado de otros problemas como la relación entre ser y devenir, realidad y apariencia, así como las posturas entre las corrientes filosóficas espiritualismo y materialismo. 

  

1.1. Ser y devenir. 

El ser constituye el conjunto de todo lo que existe o es. Pues bien, el ser se presenta en dos sentidos: a) en un sentido restrictivo, que considera que la realidad es todo aquello que se muestra a la experiencia (por ejemplo, árboles, átomos, etc.); pero también, b) en un sentido amplio, que considera que no solo tienen existencia los seres materiales y observables, sino que también las realidades subjetivas (por ejemplo, sentimientos, ideas, etc.), productos culturales (por ejemplo, personajes literarios, etc.), o incluso, realidades inmateriales o espirituales (por ejemplo, Dios, alma, libertad, etc.). 

Ahora bien, nos podemos plantear una cuestión fundamental: ¿el ser cambia o permanece inmutable? El filósofo Heráclito de Éfeso (s. VI - V a.C.) pensó que todo es devenir (Panta rei, "todo fluye"); sin embargo, el filósofo Parménides (s. VI - V a.C.) consideró que el movimiento es una ilusión y que el verdadero ser es inmutable, que subyace a todos los cambios. El acceso a dicho ser es por medio de la razón. 


1.2. Realidad y apariencia. 

¿Qué es la realidad? ¿Lo que es real para nosotros es lo real? ¿Cómo es la realidad para un animal? La realidad es la misma para todos y lo que cambia es la percepción que tenemos de ella. Debemos distinguir, por tanto, entre: 

a) Realidad: Conjunto de todo los seres y objetos que tienen existencia por sí mismos, independientemente de un sujeto que los perciba. 

b) Apariencia: Forma en la que se manifiesta o aparece la realidad a los sujetos que la perciben.  

Manantial de Jacob (Texas)

1.3. Espiritualismo y materialismo. 

Relacionado con el problema del ser, dos corrientes filosóficas perduran desde la Antigüedad: 

a) Espiritualismo: Corriente de pensamiento que sostiene la existencia de una realidad espiritual que da sentido a la realidad material (por ejemplo, Dios en la filosofía cristiana; o el Nous del filósofo griego Anaxágoras, entre otros).

 

b) Materialismo: Corriente de pensamiento que niega la existencia de realidades de tipo espiritual y, por tanto, afirman que todo lo que hay es una realidad material (por ejemplo, el atomismo del filósofo griego Demócrito).

 

2. Las concepciones de la muerte. 

La muerte está más allá de la vida y, por tanto, es algo que no se puede experimentar. Por ello, resulta siendo un misterio en qué pueda consistir. 

                                                     Las edades y la muerte de Hans Baldung Grien (Museo del Prado)

La imposibilidad de conocer qué es, ha dado pie a la aparición de diversas concepciones desde un punto de vista filosófico: 

a) Epicuro (s. IV-III a. C.): Filósofo, cuyo ideal de vida es una vida tranquila y sin temor a la muerte. Esta idea es característica de su corriente filosófica, el epicureísmo, cuya ética se caracteriza por el hedonismo (identificación de la felicidad y el placer). La objeción que se le hace a Epicuro es que se olvida de la angustia que produce la muerte. 

b) Martin Heidegger (s. XX): Filósofo alemán que considera a la muerte un rasgo fundamental de la vida, ya que revela la existencia humana y hace que nos tomemos en serio nuestra vida. Lejos de la visión de Epicuro, la anticipación de la muerte produce angustia. 

c) Miguel de Unamuno (s. XIX y XX): Escritor y filósofo español perteneciente a la Generación del 98. Tiene una actitud de rebeldía ante la muerte o, al menos, ante el hecho de una aniquilación total de nuestro ser. Si esto fuera así, Unamuno se cuestiona qué sentido tendría todo. Por tanto, Unamuno admite que nuestra mente, con sus recuerdos, creencias y experiencias personales deben sobrevivir a la muerte para hacer más llevadera nuestra vida.

d) Séneca (s. I d.C.): Filósofo que tiene una actitud de rechazo a cualquier tipo de temor ante el hecho de la muerte. Propugna que la existencia humana viviera en consonancia con el orden universal. Según Séneca, debemos afrontar la muerte desde la vida misma, no desde "fantasmas" que inspiran temor a la muerte. Hay que entender vida y muerte como un ciclo cósmico: Antes de nacer estábamos en la muerte y después de la vida volveremos a ella. Hay que admitir que envejecer es un proceso natural, que debe aceptarse, ya que no se puede cambiar.

                                       Séneca, después de abrirse las venas de Manuel Domínguez (Museo del Prado)

e) Platón (s. V - IV a.C.): Para este pensador, el verdadero filósofo se inclina hacia la sabiduría y desdeña las llamadas que los sentidos le hacen. El verdadero filósofo ve en el cuerpo nada más que una "prisión" que ahoga al alma, el cual es inmoral y anhela regresar al Mundo de las Ideas. 

f) Nietzsche (s. XIX): Filósofo alemán, principal representante del vitalismo, que considera que la vida en su contexto biológico consiste en la afirmación y revaloración del cuerpo y de los instintos, de la lucha por la supervivencia, de la naturaleza, del amor y de la muerte, de la finitud y la parte irracional de la vida. Afirma también el eterno retorno de lo mismo, esto es, una concepción filosófica que consiste en aceptar que todos los acontecimientos del mundo, todas las situaciones pasadas, presentes y futuras se repetirán eternamente.

Actividad 1: ¿Por qué nos da miedo la muerte?. Argumenta tu razonamiento. 

Actividad 2: En el siguiente enlace puedes ver un documental sobre Heidegger y el concepto de la muerte.

                       Juan de Valdés Leal: Las postrimerías. Iglesia del Hospital de la Caridad (Sevilla).

3. El problema de lo Absoluto. 

Lo Absoluto surge de la necesidad propia del ser humano de dar sentido a su existencia; y también, rebasa las dimensiones de lo humano, pero hace comprensible y valioso todo lo humano. 

Los rasgos que presenta lo Absoluto en la mayoría de pensadores son los siguientes: 

a) Incondicionado e independiente: No necesita de algo distinto a sí mismo para ser y no depende de nada ni de nadie; sin embargo, es causa y razón de la existencia de todo lo demás. 

b) Infinito e ilimitado: No está sujeto a las limitaciones de tiempo y espacio. 

c) Sobrehumano: Sobrepasa las dimensiones de lo humano. 

                                                       El paraíso de Tintoretto (Museo Thyssen-Bornemisza)
 

Existen además diversas concepciones de lo Absoluto en la necesidad de la persona de la búsqueda y el anhelo de ese ser superior, que generalmente se le atribuye a Dios: 

a) Panteísmo: Lo Absoluto es inmanente al mundo. Presenta una concepción que identifica a Dios con la naturaleza. Esta sería la concepción cuyo representante es Spinoza (filósofo holandés del s. XVII). 

b) Teísmo: Lo Absoluto es una realidad divina transcendente al mundo. Admiten que Dios es creador del universo, tiene cualidades personales y se revela a los seres humanos. Esta sería la concepción cuyo representante es Tomás de Aquino (teólogo y filósofo italiano del s. XIII). 

c) Deísmo: Lo Absoluto es trascendente al mundo. Admiten la existencia de un Dios que no interviene en el mundo, excepto para crearlo y ser su fundamento. El acceso a Dios es exclusivamente racional. Esta sería la concepción cuyo representante es Voltaire (filósofo francés del s. XVIII).

                                               La reconvención de Adán de Bassano (Museo del Prado)


Por último, veamos las diferentes posturas ante la existencia y la posibilidad de conocer lo Absoluto

a) Teísmo: Aceptan y creen en la existencia de Dios; además, consideran la posibilidad de acceder y conocer a Dios. 

b) Ateísmo: Rechazan y niegan la existencia de Dios; además, consideran imposible acceder a Dios, ya que no existe. 

c) Agnosticismo: Aceptan la duda permanente, ya que es imposible demostrar la existencia y la no existencia de Dios. 

d) Indiferencia: Ni afirman, ni niegan, porque no les interesa la existencia o no de Dios. 

 

Actividad 3: Vamos a trabajar con el texto de la primera vía de demostración de la existencia de Dios según Tomás de Aquino. Debes realizar las siguientes actividades: Enumera todas las líneas del texto, lee atentamente el texto y divídelo en los siguientes apartados, indicando la línea o líneas en los que se encuentran:

a) Nombre de la vía:

b) Punto de partida: 

c) Aplicación del principio de causalidad

d) Imposibilidad de una cadena causal infinita: 

e) Conclusión:  

 

Actividad 4: Repaso de los grandes problemas de la Filosofía:  https://www.rtve.es/play/videos/this-is-philosophy/grandes-preguntas/6833545/


✅Conceptos: Metafísica, realidad, apariencia, espiritualismo, materialismo, panteísmo, inmanente, teísmo, deísmo.


FUENTES:

AA.VV: Filosofía y ciudadanía. Barcelona: Editorial Edebé, 2008. 

García Moriyón, F., Miranda, T., Sainz, L. : Revuela. Filosofía. Editorial SM, 2022.

lunes, 26 de abril de 2021

1º de Bachillerato: TEMA 10. LA ACCIÓN MORAL Y LAS TEORÍAS ÉTICAS

1. LA DISTINCIÓN ENTRE ÉTICA Y MORAL. 
 
La palabra moral deriva del término latino mos, que significa “costumbre”. El conjunto de mores, costumbres, constituye la moral de un pueblo o de un grupo social. Así pues, podemos definir el término moral como el código de normas o valores que regulan la acción individual y colectiva que se considera correcta. La mayor parte de nuestras acciones se basan en las costumbres y, con ello, no debemos detenernos a cada momento para determinar cuál debe ser nuestro comportamiento en cada caso.
 
Por su parte, la palabra ética deriva del término griego ethos, que significa carácter. La ética es una disciplina filosófica que se encarga de reflexionar acerca de los principios de la moral, esto es, qué acciones son morales y cuáles no. Permite discernir entre lo que está bien y lo que está mal a partir de la práctica en base a la repetición de actos. Así pues, el objetivo de la ética es el que individuo genere un "buen carácter", esto es, ser virtuoso (Aristóteles define la virtud como la excelencia (en griego, areté)).
 
 
 
La relación que se establece entre estos dos conceptos es evidente, dado que los hábitos o costumbres que tenemos determinan nuestro carácter o personalidad, y que este, a su vez, acaba por condicionar nuestras acciones concretas. Así, por ejemplo, quien tiene por costumbre o hábito actuar de forma responsable termina por tener un carácter o personalidad juiciosa. Y este carácter, a su vez, hace más probables en esa persona las acciones juiciosas que las insensatas. 
 
 
 
 
2. PRINCIPALES TEORÍAS ÉTICAS.
 
Veamos algunas de las teorías éticas que han sido más relevantes en la tradición filosófica occidental. 
 
2.1. Intelectualismo moral. 
En base a esta teoría, conocer el bien es hacerlo: solo actúa inmoralmente el que desconoce en qué consiste el bien. El representante más destacado de esta teoría fue el filósofo griego Sócrates (siglo V a.C). Para él, no solo el bien es algo que tiene existencia objetiva y validez universal, sino que, además, al ser humano le es posible acceder a él. Así, por tanto, solo el que sabe qué es la justicia es justo. Para Sócrates no hay personas malas, sino ignorantes, esto es, que desconocen lo que es el bien; dado que, si conocieran lo que es el bien, lo harían. 
 

sábado, 21 de noviembre de 2020

2º de Bachillerato: Aristóteles y la filosofía helenística.


LA FILOSOFÍA DE ARISTÓTELES

1. Vida y obras de Aristóteles. 

En la historia del pensamiento, Aristóteles (nacido en Estagira durante el siglo IV a. C.) representa uno de los máximos exponentes de la metafísica.

Tarea 1: Visualiza el siguiente documental sobre Aristóteles:
https://www.rtve.es/play/videos/this-is-philosophy/aristoteles/6297519/

 

2. El problema metafísico. 

2.1. El ser y la sustancia. 

El significado de la palabra "metafísica" no está exenta de cierta polémica: el prefijo meta- hace referencia a "ir más allá de" o "que trasciende". Este aspecto puede hacernos entender que los escritos referidos a cuestiones metafísicas son "libros posteriores a los concernientes a la naturaleza o física", debido a la ubicación en la colección de tratados de Aristóteles hecha por el compilador Andrónico de Rodas; sin embargo, en otro significado de este concepto, que parece el más adecuado, nos indica que se trata de un saber que se ocupa del conocimiento de realidades que superan la percepción de los sentidos o de la experiencia sensible, que va más allá de la experiencia sensible hasta la esencia misma de las cosas. 

Aristóteles determina a la metafísica como "filosofía primera" para diferenciarla de otras filosofías en sentido secundario (como la biología, la física o la ética), que son prácticas y se ocupan de un ámbito concreto de la realidad. La metafísica, como "filosofía primera", trata de conocer los primeros principios de la realidad, la esencia de las cosas.

En su tratado titulado Metafísica, Aristóteles explica la realidad y el mundo en el que vivimos. Recordemos que, para Platón, la auténtica realidad tenía que ser algo inmutable y que se localizara más allá del mundo sensible, dado que el mundo en el que vivimos está sometido a cambio continuo y no puede encontrarse en él la realidad como objeto de la ciencia, sino que debe encontrarse en el mundo de las Ideas. Sin embargo, para Aristóteles, en cambio, la realidad debe hallarse en el mundo de la experiencia sensible como estructura que posibilite entender el devenir. En efecto, dado que el mundo está sometido a cambio continuo, es precisamente este cambio lo que debe ser comprendido y explicado. La tarea de la filosofía debe ser el estudio racional del acontecer del mundo buscando las causas que lo expliquen a partir de la observación. 

Aristóteles determina que todo lo que existe está compuesto de una forma primordial (sustancia) y variaciones de esa sustancia (accidentes). Así, por ejemplo, la existencia de un árbol (sustancia) implica la existencia de ciertos cambios (accidentes), como por ejemplo crecer, tener hojas o no, sufrir una plaga o estar sano, etc., que no modifican la sustancia del ser árbol. 

Dentro de la sustancia, Aristóteles distingue entre sustancia primera y sustancia segunda. La sustancia primera hace referencia a lo primero que captamos por los sentidos, el individuo concreto. Por ejemplo, Sócrates, Juan o Catalina son sustancias primeras, dado que son seres concretos e individuales que captamos por medio de los sentidos. La sustancia segunda, por su parte, hace referencia a la esencia del individuo, esto es, su definición en cuanto género y especie. Esta definición sirve para explicar su composición y sus cambios. Así, por ejemplo, a la sustancia primera "Juan" le corresponde una sustancia segunda "ser humano". Es importante señalar que la sustancia segunda está en la sustancia primera, y solo son separables por medio del entendimiento. Por tanto, solo se puede realizar una separación mental, no real.

2.2. El hilemorfismo.

Toda sustancia tiene dos elementos constituyentes la materia (hylé) y la forma (morphé). Esta teoría se le conoce con el nombre de hilemorfismo. Recordemos que Platón separaba estos dos elementos en dos mundos distintos: la materia se encontraba en el mundo sensible; mientras que, la forma en el mundo de las Ideas. En cambio, Aristóteles considera que toda sustancia natural es un compuesto indisoluble de materia (el sustrato, aquello de lo que está hecha cada cosa) y de forma (lo que cada cosa es, lo que determina la materia). Estos dos elementos no se presentan en la realidad separados el uno del otro. Únicamente pueden descomponerse por medio del pensamiento. 

No obstante, hay una clara prioridad de la forma sobre la materia: la forma es la esencia del individuo, lo que hace que un ser sea lo que es y no otra cosa. Mientras que la materia es pasiva -se limita a recibir la forma-. 

Por último, recordemos que Parménides consideraba irracionales el cambio y el movimiento, dado que al utilizar los conceptos de ser y no-ser, había deducido la unicidad e inmovilidad del ser; sin embargo, para Aristóteles, el cambio es un hecho incuestionable de la experiencia. Por ello, Aristóteles añade otro sentido del no-ser: la potencia. Así, ni una piedra ni una semilla son un árbol, pero la semilla puede llegar a ser un árbol. 

2.3. Potencia y acto. 

Así pues, para explicar el cambio, Aristóteles introduce dos conceptos la potencia y el acto. La potencia se puede definir como "lo que no es, pero que puede llegar a ser". Por ejemplo, la semilla es un árbol en potencia. Por su parte, el acto se puede definir como "lo que ese ser ya es". Por ejemplo, un árbol lo es en acto. Otro ejemplo que puede ser clarificador es el siguiente: un alumno de la Facultad de Medicina es un estudiante en acto, y un médico, en potencia. 

 

 

3. El problema de la realidad.

En su tratado titulado Física, Aristóteles estudia el movimiento o cambio de la sustancia sensible. Aristóteles define el movimiento como el paso de la potencia al acto, y lo clasifica de la siguiente manera:

1) Cambio sustancial:

     a) Generación: Se origina un sustancia nueva. Por ejemplo, la generación de una semilla.

     b) Corrupción: Se destruye una sustancia existente. Por ejemplo, la quema de un árbol.

2) Cambio accidental:

     a) Cuantitativo: Aumento o disminución. Por ejemplo, el crecimiento de un árbol.

     b) Cualitativo: Se altera una cualidad. Por ejemplo, en otoño se le caen las hojas al árbol.

     c) Local: Desplazamiento de lugar. Por ejemplo, trasplantar una árbol de un lugar a otro.

 

Aristóteles, además, analiza que en todo cambio existen tres principios:

1) La sustancia o sujeto que va a cambiar (por ejemplo, una persona que no sabe hablar inglés).

2) La forma que va a adquirir (por ejemplo, después de acudir a muchas clases en la Escuela de Idiomas, esa persona sabe hablar inglés).

3) La privación de la forma que tenía anteriormente (por ejemplo, esa persona, que ha aprendido inglés, ya no es inculta con respecto al dominio de la lengua inglesa y, por tanto, se le priva de su anterior forma, esto es, no saber inglés).

 

Puesto que conocer científicamente algo es conocer sus causas, Aristóteles se ocupa de establecer las causas de los seres. Se pueden distinguir cuatro tipos:

1) La causa material (por ejemplo, el bronce de una estatua).

2) La causa formal (por ejemplo, la forma de la estatua).

3) La causa eficiente (por ejemplo, el escultor de la estatua).

4) La causa final (por ejemplo, adornar un templo).

Tarea 2: Repaso de la metafísica y de la física por medio de este juego. El juego consiste en salir del laberinto contestando correctamente todas las preguntas sobre la metafísica y la física de Aristóteles. ¿Quién logrará tener más aciertos en el menor tiempo posible? ¿Lo serás tú? ¡Atrévete con Wordwall!

 

La cosmología de Aristóteles es un modelo cosmológico paradigmático desde la Antigüedad hasta el Renacimiento. La gran aportación aristotélica radica en que fue el primer gran modelo científico de la humanidad. Fue, incluso, aceptado por la Iglesia católica en el siglo XII. Debido a la enorme importancia que tuvo durante muchos siglos el paradigma aristotélico, el cambio a un nuevo paradigma (el modelo de la mecánica clásica de Galileo y Newton), que se efectuará en los siglos XVI y XVII, será bastante complejo. 

En su tratado titulado Acerca del cielo, Aristóteles muestra las claves de su modelo cosmológico: 

El universo es eterno (en un sentido temporal: existe desde siempre), finito (tiene un límite: la esfera de las estrellas fijas), único, geocéntrico (el centro del universo coincide con el centro de la tierra), esférico, no existe el vacío, teleológicamente ordenado (todo tiene una finalidad, un para qué), basado en el principio de que todo lo que se mueve es movido por otra cosa y, finalmente, dividido en dos partes distintas separadas por la esfera de la Luna. 

 

Analicemos cada una de esas dos partes: 

1) El mundo sublunar: Ocupa desde el centro del universo, que coincide con el centro de la Tierra, hasta la esfera de la Luna (sin incluirla). Está formada por los cuatro elementos de Empédocles (tierra, agua, aire y fuego), que están sometidos a la generación y corrupción, es decir, al cambio y al movimiento. En este mundo, cada elemento tiene un "lugar natural", donde le corresponde estar. Así, por ejemplo, al elemento tierra le corresponde estar en el centro del universo y, por encima de él, el agua. Así también, las burbujas que se puedan formar en el fondo de un estanque intenten atravesar la esfera del agua y se dirijan hacia su lugar natural, el aire. Del mismo modo, una piedra arrojada en un estanque, atravesará las esferas del aire y del agua para llegar a su lugar natural, la esfera de la tierra. El movimiento característico de este mundo es el movimiento rectilíneo y la velocidad con que los cuerpos van a su esfera es proporcional a la diferencia entre el número de átomos que poseen de las esferas que se encuentran por debajo de ellos y el número de átomos que poseen de las esferas que se encuentran por encima de ellos.

2) El mundo supralunar: Ocupa desde la esfera de la Luna (incluida) hasta el límite del universo, esto es, la esfera de las estrellas fijas. Todos los cuerpos de esta esfera celestes están compuestos de éter. Este quinto elemento es inmutable y está compuesto por átomos que se desplazan de forma circular. Así, por tanto, todos los cuerpos (planetas y estrellas) de esta esfera poseen un movimiento circular, eterno y regular, esto es, el movimiento perfecto, que no tiene principio ni fin. Los planetas se encuentran alojados en esferas cristalinas que los arrastran de forma circular, eterna y regular. En el límite del universo, como "telón de fondo", encontramos la esfera de las estrellas fijas. Es, evidentemente, una esfera transparente, en la que se encuentran incrustadas las estrellas. Tiene, como todos los planetas, un movimiento circular, eterno y regular, cuyo centro de la circunferencia coincide con el centro del universo, que es la Tierra.

El origen del movimiento en el cosmos viene dado por el denominado Primer motor inmóvil, que trasmite dicho movimiento en cadena a las esferas y al mundo sublunar. Por tanto, es causa del movimiento eterno del cosmos. Dicho Primer motor inmóvil es inmaterial y acto puro, mueve el mundo hacia su perfección; pero no es un Dios, ya que no crea el mundo.


Tarea 3: Lee el siguiente texto de A. C. Crombie titulado Historia de la ciencia: De San Agustín a Galileo (Madrid: Alianza, 1996) y realiza en tu cuaderno un dibujo del cosmos aristotélico a partir de la descripción dada.

"El cosmos de Aristóteles era una esfera vasta, pero finita, con su centro en la Tierra y limitada por la esfera de las estrellas fijas, que era también el “primer motor” (…), la fuente original de todos los movimientos en el universo. En el centro del universo estaba la Tierra esférica, y rodeándola concéntricamente estaban las distintas esferas, dispuestas como las pieles de una cebolla. En primer lugar venían las envolturas esféricas de los otros tres elementos terrestres, agua, aire y fuego, respectivamente. Rodeando a la esfera del fuego estaban las esferas cristalinas, en las que se encontraban insertas, y eran transportadas por ellas, la Luna, Mercurio, Venos, el Sol, Marte, Júpiter y Saturno, que eran los siete “planetas”. Más allá de la esfera del último planeta venía la de las estrellas fijas, y tras esta última, nada". 

Tarea 4: Coloca las etiquetas correctamente en la siguiente imagen:

 

4. El problema del ser humano.

La física aristotélica se ocupa no solo del universo físico, sino que también de los seres que están en el universo. Entre ellos, los seres animados se distinguen de los inanimados porque poseen un principio que les otorga vida y dicho principio es el alma. ¿Qué es el alma? De ello se ocupa Aristóteles en el tratado titulado Sobre el alma

Aristóteles aplica su teoría hilemórfica de la realidad, según la cual todas las cosas son un compuesto de materia y forma, donde la materia es potencia, mientras que la forma es acto. Así pues, el hombre está compuesto de materia (su cuerpo) y su forma (el alma). Se entiende el alma como el principio vital que organiza a todo el organismo. 

En base a dicha distinción se puede señalar que Aristóteles coincide con Platón en la composición del hombre (cuerpo y alma); pero para Aristóteles dicha unión es no accidental, sino sustancial. Así, por tanto, cuerpo y alma no pueden darse por separado, del mismo modo que no pueden darse por separado la materia y la forma (por ejemplo, la forma y la materia de una medalla de oro). Y, por tanto, se puede inferir que el alma es mortal. 

 

Por último, señalar que Aristóteles distingue tres partes del alma

1) Vegetativa: Sus funciones son el crecimiento y la nutrición. Esta parte del alma es propia de las plantas y del resto de seres animados. 

2) Sensitiva: Sus funciones son las apetencias, los deseos y el movimiento. Esta parte del alma es propia de los animales y de los hombres. 

3) Racional: Sus funciones son la capacidad de pensar y entender. Esta parte del alma es propia exclusivamente del hombre. 

 5. El problema del conocimiento.

Aristóteles, en el inicio de su obra Metafísica, señala que “todos los hombres poseen por naturaleza el deseo de conocer”, entendiendo por conocer “el poseer intencionalmente la forma del objeto conocido”, es decir, se trata de trasladar la forma, que se encuentra contenida en la materia, a nuestro entendimiento. 

Para Aristóteles todo conocimiento comienza con los datos sensibles que nos proporcionan los sentidos. Aristóteles es un precursor del empirismo. Partiendo de los sentidos, junto al conocimiento intelectual, posibilitan alcanzar la verdad.

Frente a su maestro Platón, Aristóteles rechaza la existencia de un mundo inteligible o mundo de las Ideas separado del mundo de los sentidos. Unida esta idea al rechazo que tiene Aristóteles a la existencia de un alma anterior al nacimiento, las ideas no están ya en el alma, sino que son producto de la abstracción (separar por medio de una operación intelectual un rasgo o una cualidad de algo para analizarlos aisladamente o considerarlos en su pura esencia o noción) a partir de los datos que nos proporcionan los sentidos.

Aristóteles afirma la existencia de ideas universales (esencias), pero como realidades no separadas de las cosas. De hecho, si separamos la esencia (lo que hace que una cosa sea tal cosa y no otra) de la cosa, dejaría de existir una y la otra.


¿Cómo es el proceso del conocimiento según Aristóteles? Debemos hablar de dos niveles:

En primer lugar, el conocimiento basado en los sentidos. Todo conocimiento para Aristóteles comienza por los sentidos. Esta es la facultad que se pone en acto ante la presencia del objeto. Gracias a la información que nos proporcionan los sentidos (vista, oído, olfato, gusto y tacto) obtenemos características propias de cada cosa (color, sabor, olor, etc.) Los datos suministrados se unifican en el denominado “sentido común” que organiza, distingue y unifica los sentidos propios y comunes de cada cosa (tamaño, figura, movimiento, etc.)

Entre el primer y el segundo nivel encontramos dos capacidades: la imaginación, que es la capacidad de elaborar imágenes a partir de un proceso de inducción ( a partir de casos particulares y concretos); y la memoria, que es la capacidad de acumular y actualizar imágenes de una misma cosa o de muchas parecidas.

En segundo lugar, el conocimiento basado en el entendimiento. Esta es la facultad que piensa lo universal (las esencias). Posibilita la ciencia. Aristóteles distingue dos tipos de entendimiento:

a) Entendimiento agente: Tiene la función de abstraer las cualidades particulares de cada cosa. Extrae lo común de cada cosa, excluyendo lo accidental (sus variaciones). Así, por ejemplo, después de observar muchos caballos, se puede abstraer la forma común a todos ellos, esto es, las propiedades que definen a todo caballo. Se extrae, por tanto, el concepto de “caballo”.

b) Entendimiento paciente: Genera el concepto universal y lo aplica a todos los individuos de la misma clase.

 

6. El problema ético. 

Aristóteles recoge sus reflexiones éticas, fundamentalmente, en su tratado titulado Ética a Nicómaco. Su ética tiene dos características principales: 1) Se trata de una ética teleológica (telos=fin o propósito), esto es, todas las acciones humanas persiguen fines o bienes; 2) además, se trata de una ética eudemonista (eudaimonia= felicidad, bienestar o vida buena), esto es, las acciones van dirigidas a alcanzar el bien supremo del hombre, en este caso, la felicidad

¿Qué se entiende por felicidad en Aristóteles? Según Aristóteles, todos los fines están jerarquizados y orientados a alcanzar el bien supremo. Así, por ejemplo, cuando adquiero un bolígrafo, tiene la finalidad de redactar unos apuntes; esos apuntes me permiten dar mis clase de Filosofía; mis clases de Filosofía me permiten ganar un sueldo, etc. Pues bien, para Aristóteles el fin último es alcanzar la felicidad; pero debemos entender la felicidad del siguiente modo: La vida dedicada al conocimiento y la ciencia, esto es, la actividad intelectual. Es una actividad propia y exclusiva del ser humano (alma racional), que debe mantenerse durante la vida entera, y no solo en breves periodos. Evidentemente, también precisamos de otros bienes, como los bienes corporales (salud, ...) y los bienes exteriores ( economía, honores, ...); pero todos ellos deben estar encaminados a alcanzar el bien supremo del hombre, la actividad intelectual. 

 


Aristóteles se aleja del intelectualismo socrático que vincula la virtud con el conocimiento. Para Aristóteles, la virtud se adquiere por el hábito y el ejercicio. Así, mediante la vida dedicada al conocimiento y a la ciencia, el ser humano desarrolla las virtudes intelectuales o dianoética (diánoia=razón), que son básicamente la sabiduría y la prudencia. Son aquellas virtudes que pertenecen a la parte intelectual del alma.

Pero el ser humano no es solo alma, sino que también es cuerpo. Tiene, por tanto, una parte sensitiva y vegetativa, que deben ser reguladas racionalmente. Dicho de otra forma, que la razón debe organizar los deseos y las pasiones del cuerpo. Para ello, según Aristóteles, se precisan las virtudes morales o éticas. Estas virtudes se adquieren en base a la repetición de actos semejantes. Debe ser un hábito, una costumbre. Así, por tanto, nos hacemos virtuosos, practicando actos virtuosos. ¿Por qué hacemos actos virtuosos? Porque nos reportan beneficios. Será la experiencia, en base a la repetición de actos virtuosos, la que permitirá que se vayan "afinando" estas virtudes. No nacemos por naturaleza siendo buenos o justos; sino que, según Aristóteles, debemos practicar actos bondadosos y justos para saber qué es el bien o la justicia. La virtud ética, por tanto, consiste en decidir bien y actuar de forma correcta. ¿Qué tipo de hábito es ese en el que consiste la virtud ética? Esa virtud consiste en el hábito de actuar siempre de conformidad con el justo término medio entre dos extremos defectuosos, uno por defecto y otro por exceso. Así, por ejemplo, una persona que sea valiente, logra adoptar el justo término medio entre la cobardía y la temeridad. La virtud más elevada de estas virtudes es la justicia, que consiste en repartir y obtener lo que a cada uno le corresponde según sus méritos.

Tarea 5: Visualice el siguiente video que repasa los aspectos más importantes de la ética aristotélica:

 

 

 7. El problema político.

Aristóteles expone su teoría política en el tratado titulado Política. La política es, junto a la ética, las dos ciencias prácticas para Aristóteles. Y, además, la ética está subordinada a la política, que es para Aristóteles la ciencia más "eminentemente directiva". Es considerada la ciencia suprema, esto es, es el conocimiento más elevado al que se puede aspirar, ya que todo lo que se hace tiene, en último término, una finalidad política. Dicho de otra manera, se busca alcanzar el fin último de la sociedad, que es el bien colectivo. 

Para Aristóteles, el hombre es un zoom politikon (animal político por naturaleza), dado que solo en sociedad el hombre puede alcanzar su bien, el fin que le es propio, esto es, una vida digna y feliz. Solo en el ámbito de la sociedad, el hombre puede actualizar todas sus potencialidades. 

Aristóteles defiende el modelo de ciudad-Estado (polis), como único tipo de comunidad autosuficiente o autárquica en dos sentidos: en un sentido económico y, sobre todo, en un sentido ético, esto es, permite al hombre su perfeccionamiento moral e intelectual. La polis es superior a otras comunidades políticas que existen, como son la familia y la aldea, que únicamente cubren las necesidades cotidianas más básicas. 

Así, por tanto, el mejor gobierno es aquel que ejerce el poder justamente y que persigue el bien común de los ciudadanos, esto es, alcanzar el bien y la justicia. Serán, por tanto, gobiernos injustos aquellos que gobiernan persiguiendo el interés particular de un individuo o grupo. 

Las formas de gobiernos legítimos serían: la monarquía (gobierno de uno solo), aristocracia (gobierno de unos pocos) y la democracia (gobierno de todos); mientras que los gobiernos ilegítimos serían: la tiranía, la oligarquía y la demagogia (democracia en un sentido negativo, ya que busca sacar provecho de la comunidad). 


Tarea 6: Visualiza el siguiente video en referencia a la política de Aristóteles: 

 

Tarea 7: Lee la siguiente noticia sobre el asalto al Capitolio en EEUU en enero de 2021 y trata de relacionarlo con la filosofía de Aristóteles. ¿Qué crees que pensaría Aristóteles si viviera hoy? Exponga su opinión de forma argumentada en los comentarios de esta entrada del blog.

8. LA FILOSOFÍA HELENÍSTICA.

8.1. Escuelas éticas.

La filosofía helenística se desarrolló a partir de las escuelas de Atenas y se concretó en tres corrientes cuya temática central es la ética: 

a) El epicureísmo: Su fundador fue Epicuro (341-270 a. C.) en Atenas. Identificó la felicidad con el placer individual. El máximo placer no es el sensible, el cual es efímero, sino la ausencia de dolor o la tranquilidad del alma (ataraxia). 

b) El estoicismoSu fundador fue Zenón de Citio (336 - 264 a. C.). Sostuvo la existencia de una ley o razón del universo, como es el destino, a la que nada ni nadie puede escapar. El alma humana es capaz de conocer esa ley o razón universal y vivir conforme a ella para lograr la felicidad. Por ello, la actitud del sabio debe ser la búsqueda de la imperturbabilidad, esto es, la supresión de pasiones y aceptar su propio destino. 

c) El escepticismo: Su fundador fue Pirrón (365-270 a. C.). Para esta escuela la felicidad no se encuentra en ninguna certeza, sino en la ausencia de toda verdad, es decir, en abstenerse de todo juicio (afasia) y en mostrarse indiferente ante todo (ataraxia). 

 

8.2. Hipatia de Alejandría. 

Hipatia (355-415 d.C.) fue una excelente matemática, astrónoma y filósofa. Reconocida mujer en su época, dado que se dedica a la tarea intelectual y a la enseñanza. Generó grandes controversias, ya que no profesaba ninguna religión dominante, como el judaísmo o el cristianismo, y se decantó por la filosofía neoplatónica. Esta corriente filosófica se desarrolló durante los siglos I y VI, y supuso una actualización de la filosofía de Platón. Esta escuela afirma la absoluta transcendencia del origen último de todas las cosas, al que denominan Uno. El Uno está más allá de todas las cosas, pero no puede ser identificado con nada.

 Detalle de un personaje del fresco
La escuela de Atenas de Rafael Sanzio