martes, 19 de enero de 2021

2º de Bachillerato: Vías de demostración de la existencia de Dios en Tomás de Aquino

3.3. Vías de demostración de la existencia de Dios.

En los capítulos 2 y 3 de la Primera parte de la Suma de teología de Tomás de Aquino encontramos formuladas las cinco vías de demostración de la existencia de Dios. 

La existencia de Dios, según este pensador, no pertenece necesariamente a la fe (aunque evidentemente se trata de una verdad revelada); sino que, a esta verdad, el ser humano también puede acceder por medio de la razón. 

Frente al argumento ontológico presentado por San Anselmo, pensador del siglo XI, que considera que la existencia de Dios es a priori, esto es, se trata de una verdad evidente que no se necesita mostrar por medio de la experiencia;  Tomás de Aquino, por su parte, presenta un argumento a posteriori , esto es, debemos partir de los datos que nos proporcionan los sentidos para demostrar la existencia de Dios. 

Tomás de Aquino muestra esta verdad por medio de cinco vías que poseen una misma estructura

1) Todas las vías parten de lo dado a la experiencia sensible. 

2) Se aplica el principio de causalidad, según el cual todo tiene una razón de ser. 

3) Se muestra la imposibilidad de una cadena de causas infinitas. 

4) Se termina afirmando la necesidad de una causa o principio primero, que es Dios. Por tanto, se afirmará que Dios existe. 

 

Las cinco vías son las siguientes:  

- Primera vía (basada en el movimiento). Consta por el testimonio de los sentidos que hay seres en este mundo que se mueven (no en un sentido físico, sino metafísico, es decir, como paso de la potencia al acto); pero todo lo que se mueve es movido por otro, y como una serie infinita de causas es imposible, hemos de admitir la existencia de un primer motor, que no es movido por otro, por tanto, inmóvil. Y ese primer motor inmóvil es Dios.  

- Segunda vía (se deduce de la naturaleza de la causa eficiente). Nos consta la existencia de causas eficientes de las cosas que existen. No es posible que una cosa sea causa de sí mismo, ya que para ello tendrían que haber existido antes de existir, lo cual es imposible. Tampoco es posible admitir una serie infinita de causas eficientes, por lo que es necesario admitir una primera causa eficiente incausada. Y esta causa incausada es Dios. 

- Tercera vía (la contingencia de los seres exige un ser necesario). En la naturaleza hay seres que nacen y mueren, es decir, son seres contingentes. Si todos los seres fueran contingentes, no existiría ninguno, pero existen. Por consiguiente, no todos los seres son contingentes, es preciso que en la naturaleza haya un ser necesario. Y este ser necesario es Dios. 

- Cuarta vía (tomada de los grados de perfección que se observan en los seres). Se observa en la naturaleza distintos grados de perfección en los seres de este mundo (bondad, nobleza,belleza, etc.). El más y el menos se les puede atribuir según la proximidad que tengan con respecto a lo que es máximo. Ello implica la existencia de un modelo con respecto al cual establecemos la comparación, un ser óptimo, lo bueno por excelencia, máximamente verdadero, causa de la bondad y de todas las perfecciones de los seres. Ese ser supremo es Dios. 

- Quinta vía (basada en la finalidad). Vemos en la naturaleza seres inorgánicos que actúan con un fin, no por casualidad, sino intencionadamente. Lo que carece de conocimiento no puede tender a un fin si no lo orienta alguien que tenga conocimiento. Por consiguiente, existe un ser sumamente inteligente que dirige todas las cosas a su fin. Y ese ser inteligente es Dios. 

 
Tarea 1: Visualiza el siguiente video que resume las cinco vías deTomás de Aquino:  
 
Tarea 2: ¿Qué críticas crees que se podrían formular a cada una de las vías de Tomás de Aquino? Reflexiona sobre ello y publica un comentario con tus conclusiones. 
 
 
4. El problema del ser humano. 
Según Tomás de Aquino, la naturaleza del hombre está constituida por alma y cuerpo. Tomás de Aquino sigue a Aristóteles al afirmar la unidad de la sustancia humana: El alma es el acto (forma sustancial) del cuerpo, aquello que le da a este la perfección y su principio vital. Así, del mismo modo que el ojo tiene en potencia la capacidad de ver y el ver es su acto o perfección, ciertos cuerpos tienen en potencia la vida, tienden a realizar actividades vitales –crecer, percibir, sentir– y el alma es lo que les permite actualizar o hacer reales dichas capacidades. Por tanto, cuerpo y alma son inseparables. Esta es su forma natural: la unión de cuerpo y alma.

Siguiendo a Aristóteles, Tomás de Aquino considerará que hay tantos tipos de almas como tipos generales de actividades vitales. Cada función superior incluye siempre las inferiores, y hay una escala o jerarquía en los seres vivientes de acuerdo con la realización de esas funciones. Las plantas tienen sólo alma vegetativa, que permite las actividades vitales más básicas como la reproducción, el crecimiento y la nutrición; los animales, alma sensitiva, que permite el conocimiento inferior o sensible (la percepción) y el apetito inferior (los deseos y apetitos que tienen que ver con el cuerpo) y el movimiento local; los seres humanos poseen alma intelectiva cuyas actividades propias son la voluntad (apetito superior orientado a
l bien supremo, es decir, la felicidad, la beatitud) y el intelecto o entendimiento (conocimiento superior).

En cuanto a la inmortalidad del alma humana, Santo Tomás presenta varias pruebas, aunque la más comprensible se refiere al hecho de que el alma es inmaterial y transciende a la materia como se muestra en la actividad intelectual misma. Las actividades superiores del alma humana (entendimiento y voluntad) prueban la inmaterialidad del entendimiento y, por ello, esta inmaterialidad demuestra que el alma transciende a la materia. 

Así, cuando el alma se separa del cuerpo con la llegada de la muerte, el alma no depende de sus facultades sensitivas, pero sí puede conocer a los objetos espirituales. Por ello, se afirma la inmortalidad del alma.
 

5. El problema ético. 
 
Partiendo de la quinta prueba de demostración de la existencia de Dios, se deduce que Dios dirige todas las cosas hacia un fin supremo. Dicho fin supremo es Él mismo, el Bien supremo.
Dios gobierna el mundo. De este modo, la providencia divina, esto es, el cuidado que Dios tiene de la creación y de sus criaturas, somete a todo. Sin embargo, la existencia de la providencia divina no excluye la libertad del hombre, puesto que la libre acción del hombre forma parte de la providencia divina. 
La voluntad humana es un libre albedrío que no es eliminado ni disminuido por el orden finalista del mundo, ni por la presciencia divina (Dios prevé todas las acciones futuras), ni siquiera por la gracia, que es una ayuda concedida de forma gratuita de Dios al hombre para alcanzar el objetivo de conocer a Dios. 
La presencia del mal en el mundo es debida a dicho libre albedrío del hombre. El mal solo es carencia de bien. Partiendo de la idea de que existe el bien en diferentes grados del mismo, es necesario que existan grados inferiores, incluso deficientes del bien, y por tanto, malos en relación a los grados superiores del bien. El mayor mal de todos es la culpa (o el pecado). Este es el acto humano de escoger deliberadamente el mal y, por tanto, actuar en contra del orden de la razón y la ley divina. 
Sin embargo, admite Tomás de Aquino que el hombre posee una disposición natural (habitus) hacia el vivir rectamente y huir del mal. No basta simplemente con las virtudes intelectuales y morales de Aristóteles para conseguir la beatitud eterna, sino que son necesarias las virtudes teologales, que el propio Dios ha infundido directamente en el hombre: la fe, esperanza y caridad
 

El triunfo de la divina Providencia, fresco del Palazzo Barberini en Roma, de Pietro da Cortona.



6. El problema político. 

Según Tomás de Aquino existe una ley eterna, esto es, una razón que gobierna todo el universo y que existe en la mente divina. Es el plan racional de Dios, el orden de todo el universo por medio del cual la sabiduría divina orienta todas las cosas hacia su fin. De dicha ley se deriva, como reflejo o participación de la misma, la ley natural, que también está en los hombres, en cuanto seres racionales, y que se resume en la norma: "hay que hacer el bien y evitar el mal". Esta ley natural se concreta en tres inclinaciones principales: 1) Una inclinación hacia el bien natural, que el hombre comparte con otros seres, como la propia conservación, que es un bien; 2) una inclinación a seguir las enseñanzas universales de la naturaleza, que son aquellos que también la naturaleza ha enseñado a todos los animales, como la educación de los hijos, la unión varón y hembra, entre otros; 3) la inclinación al bien en base a la naturaleza racional propia del hombre, como la inclinación a conocer la verdad o vivir en sociedad, entre otras. 
Existen otras dos clases de leyes: la divina (la ley revelada por Dios en el Evangelio, aquella encaminada a alcanzar el fin sobrenatural del hombre y está por encima de todas las leyes, incluso la eterna) y la humana (la ley jurídica, la ley puesta por el hombre con el fin de hacer posible la convivencia pacífica y orientar los actos virtuosos para alcanzar el bien común). Esta ley humana debe concordar con la ley natural. Las leyes humanas son fruto de la colectividad y pretenden disuadir de cometer el mal; sin embargo, a diferencia de Aristóteles, cree que la mejor forma de gobierno es la monarquía, pues garantiza mejor el orden y la unidad del Estado y la más semejante al gobierno divino del mundo. Ahora bien, este Estado no puede encaminar a los hombres a fin supremo, el conocimiento de Dios. En efecto, el Estado encauza a los hombres hacia el bien común, pero no permite alcanzar su fin último, esto es, el sobrenatural. Es por ello necesario que el gobierno civil se subordine al religioso. Un gobierno este, el religioso, que Cristo confió no a los reyes terrenales, sino al Papa.


 

Tarea 3:  Visualiza el siguiente documental sobre Tomás de Aquino: https://www.rtve.es/play/videos/this-is-philosophy/tomas-aquino/6290578/

 

Bibliografía:

- COPLESTON, Frederick: Historia de la filosofía. Ariel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por su comentario en este blog educativo! Antes de ser publicado, su comentario será revisado por un moderador.