El pasado día 18 de diciembre de 2021 tuvo lugar una concentración ante el Ministerio de Educación en Madrid para que las enseñanzas de Ética y Filosofía estén presentes en la Educación Secundaria Obligatoria. Asociaciones filosóficas de todo el país acudieron a la cita para recordar a nuestros representantes el compromiso unánime de todos los partidos políticos de establecer un ciclo completo de materias filosóficas en el último curso de la ESO y el Bachillerato. Y es que el borrador de la nueva Ley educativa no contempla introducir la Ética en 4º de ESO y, además, Filosofía desaparece como materia opcional en ese mismo curso dentro del grupo de materias propuestas por Educación.
Nadie entiende, como señala Víctor Bermúdez, "a qué se debe este olímpico desprecio. Más aún cuando todo el mundo, desde la UNESCO a los mayores expertos en educación, insisten en la importancia de la ética y el pensamiento reflexivo para la formación de una ciudadanía activa, crítica y comprometida con los valores democráticos y los desafíos del siglo XXI"1. En efecto, no deja de ser paradójico que se abogue por una educación que forme a personas autónomas y críticas; y, sin embargo, no exista una materia de Ética, impartida por especialistas, con una carga horaria digna, que se ocupe de la moral, de la legalidad y la legitimidad, de la justicia y sobre qué es la vida buena, tal y cómo lo indicaba Aristóteles en el Libro I de su Ética a Nicómaco. Y peor aún, una materia (al menos) de Filosofía que posibilite una formación académica fundamental en filosofía política, en metafísica, en ética, en epistemología, en lógica, en estética, entre otras. Disciplinas que son complementarias del resto de saberes. Disciplinas que introducen en los métodos científicos y disponen a la persona a razonar de manera adecuada. Disciplinas, por supuesto, que preparan al individuo para enfrentarse a los grandes avances tecnológicos, transhumanistas o relacionados con el mundo de la inteligencia artificial.
Las grandes preguntas que han planteado (y plantean) los filósofos, como por ejemplo, ¿qué es la persona? ¿quién soy yo? ¿qué es lo que me rodea? ¿qué es la verdad? ¿qué es la justicia? ¿qué es lo correcto? ¿o qué es lo bello?, siguen vigentes hoy en día y sin una mínima respuesta individual meditada, razonada y argumentada, la vida se convierte en un camino sin sentido, carente de criterio propio fundamentado en orden a principios éticos.
El grito de los profesores que se manifestaron en Madrid es el grito de una ciudadanía que no entiende que se eliminen de la ESO las materias que, no solo transmiten valores o que no solo use el pensamiento crítico, sino que sea el tema central y que se trate de forma adecuada por un especialista en las materias. Y estas materias son la Ética y la Filosofía.