1. Introducción.
La
Filosofía medieval se desarrolla en Europa entre los siglos V y XV. La Filosofía medieval en Europa está profundamente marcada por el
desarrollo y expansión del cristianismo. Y, además, este periodo de la Filosofía se caracteriza por
una profundización en la Filosofía antigua, en concreto, Platón y
Aristóteles, que serán una fuente de inspiración para los filósofos
medievales.
La creación de Adán es un fresco en la bóveda de la Capilla Sixtina, pintado por Miguel Ángel alrededor del año 1511.
El gran objetivo de la Filosofía medieval es la de dotar de profundidad y rigor intelectual a la doctrina cristiana, empleando recursos filosóficos previos, esto es, sus términos, sus ideas, etc. Se puede decir, por tanto, que la Filosofía se pone al servicio de la Religión. Sin embargo, no es menos cierto que la Filosofía medieval tendrá una cierta originalidad en problemas tales como la libertad, el problema del bien y del mal, entre otros.
2. El problema metafísico: El problema fe-razón.
Quizás el problema más destacado en este periodo de la Historia de la Filosofía sea el problema fe-razón. Fe y razón son consideradas dos vías distintas para alcanzar determinadas verdades. La Fe, por su parte, accede a verdades reveladas, sus enunciados son dogmas de fe (principios incuestionables) y de su estudio se ocupa la teología; mientras que la razón, por su parte, accede a verdades naturales por la vía del entendimiento y sus enunciados son los propios de la filosofía y la ciencia.
Los pensadores medievales han abordado este problema desde distintos ángulos:
1) Los pensadores místicos apostaron por la fe (fideísmo=solo fe). Consideraron a la fe como la única vía de acceso a Dios y encontrar el sentido de todo. Por su parte, para ellos, la filosofía y la ciencia son considerados un error y un pecado.
2) Agustín de Hipona (354-430) es el primer gran representante de la Filosofía medieval. En concreto, pertenece a la parte inicial de este periodo denominada la Patrística, en la que encontramos a varios de los Padres de la Iglesia. Estos pensadores trataron de encontrar un síntesis entre la filosofía clásica grecorromana y la religión cristiana. En concreto, la filosofía de Agustín de Hipona es una síntesis entre platonismo y cristianismo. Agustín de Hipona desarrolló sus tesis en sus obras más destacadas tituladas Confesiones y La ciudad de Dios.
Para Agustín de Hipona, la Filosofía no es "enemiga" de la fe, sino su "sierva". Expliquemos esto: La verdad que se pretende alcanzar es, en último término, Dios. Para alcanzar dicho objetivo, Agustín de Hipona considera que se puede alcanzar a través de dos "caminos": La fe, que dirige, orienta y guía a la razón; y la razón, que explica y esclarece los contenidos de la fe. Por tanto, ambas (fe y razón) van unidas y son necesarias para alcanzar la única verdad, la verdad revelada; aunque hay una primacía de la fe sobre la razón.
Tarea 1: Lee y reflexiona sobre la siguiente afirmación de Agustín de Hipona. ¿Qué crees que quiere decir? ¿El orden de cada una de las dos partes de esta afirmación es azarosa o tiene un sentido lógico desde el punto de vista de la filosofía agustiniana? Deja tu opinión, de forma argumentada, en los comentarios.
3) Dentro de la filosofía judía, Maimónides (Códoba, 1135- Egipto, 1204) anticipó los tratados teológicos del siglo XIII. Considera que fe y razón se deben armonizar, de tal manera que si algún contenido de los textos sagrados entra en conflicto con lo que indica la razón, este se debe interpretar alegóricamente, esto es, de manera figurada.
Maimónides
Por su parte, dentro de la filosofía cristiana, Tomás de Aquino (1224-1274) pertenece al segundo periodo de la Filosofía medieval denominado la Escolástica (scholasticus= erudito, escolar). La Escolástica es un movimiento filosófico y teológico que intentó utilizar la razón natural (filosofía y ciencia de Aristóteles) para comprender el contenido sobrenatural de la revelación cristiana. Tomás de Aquino es el mayor teólogo cristiano. Su obra más destacada se titula Suma de teología.
El objetivo de su filosofía es armonizar fe y razón, dado que ambas proceden de Dios y, por tanto, no puede haber contradicción entre ellas. Ambas son herramientas válidas para comprender la realidad creada por Dios: La fe, desde la interpretación de los textos sagrados; y la razón, desde la interpretación de la naturaleza. No hay contracción entre ellas porque ambas son expresiones de Dios. Si existiera alguna contradicción, el problema proviene del intérprete, que no ha sabido interpretar ambas herramientas. ¿A qué debemos acudir entonces? En último término se debe acudir a los textos sagrados.
La fe demuestra, evidentemente, verdades teológicas (por ejemplo, la trinidad de Dios, la creación desde la nada, etc.); mientras que la razón, además de poder acceder a verdades matemáticas, físicas o astrológicas, entre otros, también demuestra algunas verdades teológicas, pero más básicas. Estas verdades teológicas a las que se puede acceder, tanto por la vía de la razón, como por la vía de la fe, se denominan Preámbulos de la fe (por ejemplo, la existencia de Dios).
4) Finalmente, encontramos dos grupos de pensadores que apuestan por separar la fe y la razón.
Por un lado, el filósofo árabe Averroes (1126-1198), nacido en Córdoba (España), defiende que las verdades metafísicas pueden expresarse a través de dos caminos: el camino de la filosofía, siguiendo a Aristóteles y los postulados neoplatónicos; y el camino de la religión como muestran los libros sagrados.
Serán sus seguidores los que desarrollen la doctrina conocida con el nombre de averroísmo. Dicha doctrina dará forma a la denominada Teoría de la doble verdad. Esta teoría filosófica afirma que las verdades de fe y razón no se contradicen ni entran en conflicto, ya que se ocupan de ámbitos de la realidad distintos.
Estatua de Averroes en Córdoba
Por otra lado, el filósofo y teólogo inglés Guillermo de Ockham (1285-1349) separa fe y razón, ya que ambos poseen contenidos distintos: la fe permite un conocimiento cierto de la existencia de Dios ("Dios no se entiende, se cree" - afirma Ockham); mientras que, la razón explica el mundo y la naturaleza. Hay, por tanto, una radical distinción e independencia de la fe y de la razón, con cierta superioridad de la fe sobre la razón.
Además, la teóloga y religiosa alemana Hildegarda de Bingen (1098- 1179) considera que hay dos cuestiones fundamentales: la cuestión de quién es Dios y la cuestión por quién es el ser humano. Pues bien, según ella, la primera es la gran cuestión de la teología y la segunda es el tema central de la filosofía. Por medio de la fe se alcanza cierto conocimiento de Dios, aunque su conocimiento total es imposible. Por otra parte, el ser humano es una ser hecho a imagen y semejanza de Dios, que puede llegar a entablar cierta relación con Dios por medio de la espiritualidad.
Tarea 2: Valorando todas las posiciones estudiadas con respecto al problema fe-razón en la Edad Media, ¿cuál crees que es la más adecuada? Valora tu respuesta de forma razonada.