domingo, 28 de marzo de 2021

2º de Bachillerato: La ética en Kant

6.3. El problema ético.

6.3.1. El formalismo moral kantiano.

Las éticas materiales

Todas las éticas anteriores a Kant eran materiales. Pero, según Kant, a partir de ellas no se puede fundar la universalidad inherente a la ética. De ahí, que proponga una ética formal, vacía de contenido, la única que puede superar las deficiencias de las éticas materiales. Una ética material es una ética con contenido (= materia). Esto significa que:

  • Establece un bien supremo válido para todos los hombres.

  • Establece las normas o preceptos concretos para alcanzar dicho bien supremo. Así, para la ética cristiana, el bien supremo es la felicidad consistente en la contemplación del ser divino en la otra vida, y los medios son cumplir los mandamientos y preceptos de la ley de Dios.

Kant critica estos tres aspectos de las éticas materiales:

  • Las éticas materiales son empíricas; es decir, su contenido se ha extraído de la experiencia y es, por tanto, a posteriori. ¿Cómo sabemos, por ejemplo, que es bueno, en la ética de Epicuro, no abusar de los placeres? Porque la experiencia nos ha demostrado las consecuencias negativas que se siguen de un abuso de los placeres. Para Kant, este es un asunto importante, pues de la experiencia no se puede extraer ningún principio universal, y todo proyecto ético ha de aspirar a la universalidad; es decir, ha de aspirar a proponer normas válidas para todos los seres humanos.

  • Las normas o preceptos de las éticas materiales son hipotéticos y, por tanto, sólo tienen un valor condicional. La ética cristiana, por ejemplo, prescribe la necesidad de no robar o de no matar, pero tales preceptos sólo valen si se acepta esta condición: la de querer ganar la beatífica vida eterna. ¿Qué ocurre si uno no aspira a una vida eterna en el cielo; si prefiere las llamas del infierno o desaparecer totalmente? ¿Qué ocurre si uno no cree que exista otra vida? La consecuencia inevitable es que todos los preceptos cristianos se vienen abajo para él. Todas las éticas materiales presentan la misma condicionalidad. Por ello, a partir de ellas no puede fundarse una ética universalmente válida.

  • Las éticas materiales son heterónomas. Mientras que la autonomía implica que el sujeto se dé a sí mismo la ley, la heteronomía supone que la ley le viene al sujeto desde fuera de la propia razón. Esta característica aparece muy claramente en la ética cristiana; por ejemplo, cuando Dios pide a Abraham que sacrifique a su hijo Isaac.



La ética formal kantiana

Kant propone una ética formal, vacía de contenido. Esto significa que:

  • No establece un bien supremo que deba ser perseguido.

  • No establece reglas concretas para alcanzar tal bien supremo.

La ética formal de Kant se ocupa únicamente de cómo debemos actuar, de la estructura que han detener nuestras acciones morales, con independencia del contenido que éstas posean; es decir, independientemente de en qué consistan concretamente nuestras acciones. Según Kant, únicamente de esta forma puede fundarse una ética a priori, cuyos preceptos valgan categóricamente-que no estén condicionados-y que garantice la autonomía del individuo.

La ética kantiana está contenida en sus tres obras éticas: Fundamentación para una metafísica de las costumbres, La crítica de la razón práctica y Metafísica de las costumbres.

 

6.3.2. La buena voluntad.

La buena voluntad, la buena intención, no puede ser mala bajo ninguna circunstancia. Esa buena voluntad no es buena por lo que realice o por su adecuación para alcanzar algún fin que nos hayamos propuesto; es buena solo por el querer, es decir, es buena en sí misma. El ser humano actúa moralmente cuando actúa por deber, cuando el móvil que le lleva a realizar determinada acción es el deber. Kant define el deber como "la necesidad de una acción por respeto a la ley”; es decir, por ninguna motivación o interés distinto al respeto mismo. Expone tres tipos de acciones:

  • Acciones contrarias al deber: por ejemplo, asesinar, robar, etc.

  • Acciones conformes al deber: son acciones con efectos positivos, pero cuya motivación no es el respeto mismo al deber.

  • Acciones por deber: solo acciones cuya única motivación es el respeto al deber.

Según Kant, solo las acciones realizadas por puro respeto al deber serían propiamente acciones morales. En ellas, la razón determina la voluntad no en vista de obtener un efecto determinado que se desee, sino únicamente como voluntad, prescindiendo de los efectos que pueda lograr. Para explicar esto, propone el ejemplo de un comerciante que no cobra precios abusivos por sus productos. Lo que determina si la acción es moral es el móvil que la inspira. Si lo hace para garantizarla clientela y así ganar más dinero, se trata de una acción conforme al deber, pero sin calidad moral alguna. La acción de no cobrar precios abusivos se convierte en un medio para conseguir un fin: el propio interés económico del comerciante. Por el contrario, si actúa únicamente por deber, no cobrando precios abusivos porque eso es lo justo, entonces la acción es un fin en sí misma y no meramente un medio; y, en consecuencia, se trata de una acción moral.


6.3.3. El imperativo categórico.

La exigencia de obrar moralmente se concreta en un imperativo categórico. Los imperativos son mandatos o deberes que expresan la necesidad objetiva de la acción. Los imperativos categóricos, por tanto, son leyes prácticas que resultan válidas incondicionalmente para el ser racional

Los imperativos no tienen contenido, sino que es únicamente la forma que debemos dar a nuestros actos. Tienen un carácter universal y necesario. Ahora bien, no son universales y necesarias de la misma forma que las leyes naturales, que no pueden no cumplirse; sino que, las leyes morales pueden no cumplirse, esto es, es posible desobedecerlas. 

Dichos imperativos categóricos son la guía de la voluntad y deben seguirse siempre, aunque vaya en contra de nuestra inclinaciones; pero, como ya hemos visto, se pueden desobedecer, ya que la voluntad humana no solo está sujeta a la razón, sino también a las inclinaciones sensibles.

Kant propone varias formulaciones para este imperativo. Nosotros vamos a detenernos sólo en las dos formulaciones más representativas:

Primera formulación: "Obra solo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne en ley universal". Una máxima es el principio subjetivo de la acción. Por ejemplo, puedo decir: "Mi máxima es no tirar basura al suelo", "Dejar el asiento libre a personas de avanzada edad en el autobús", "Esperar mi turno en una cola" o "No pagar impuestos". Lo que está proponiendo Kant, con su imperativo categórico, es que aquello que me lleve a obrar-mi máxima subjetiva-me gustaría que fuera lo mismo que inspirara a todos los seres humanos-ley universal. Una persona que se guía por la máxima de no esperar su turno en una cola no querrá que su máxima se universalice, pues, entonces, no habrá cola, sino un tumulto de personas. Lo mismo puede decirse respecto al pago de impuestos. También en este caso quien paga sus impuestos querría que todos los demás hicieran lo mismo que él. Como vemos, se trata de un imperativo formal, pues no establece qué contenido concreto ha de tener mi acción, sino que se limita a señalar la estructura que ha de poseer cualquier acción moral: si quieres que tu acción sea correcta moralmente, no tienes más que preguntarte si el deseo o la norma que la anima te gustaría que fuera el mismo que inspirara a todos los seres humanos. También queda claro el carácter autónomo, categórico y a priori de esta formulación.

Segunda formulación: “Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca meramente como un medio". Igualmente esta formulación demuestra su índole formal, autónoma y a priori, además de categórica.


 

 

6.3.4. Postulados de la razón práctica.

En su Crítica de la razón pura Kant había llegado a la conclusión de que es imposible que la Metafísica sea una ciencia, pues realidades como la inmortalidad del alma o la existencia de Dios no son fenómenos que se den en la experiencia, y, por tanto, escapan al conocimiento humano. Ahora bien, con ello Kant no pretende liquidar la Metafísica, sino reubicarla en un lugar más adecuado: en la razón práctica. La crítica de la razón práctica tiene como meta el bien supremo. Este bien supremo reúne las dos aspiraciones humanas fundamentales: la de la virtud y la de la felicidad. La síntesis de ambas aspiraciones, es decir, el que las personas virtuosas sean felices, tiene que realizarse de alguna manera, para que tenga sentido la propia experiencia moral. Para alcanzar este bien supremo, la razón ha de suponer -postular- tres principios que lo hagan posible: la libertad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios.

a) La libertad

La libertad es un postulado de la razón práctica, pues es necesario suponer su existencia para que tenga sentido: si no somos libres, no podemos ser buenos o malos. Cualquier juicio moral presupone la posibilidad de haber realizado una acción diferente, y, por tanto, presupone la libertad.

 

b)  La inmortalidad del alma

Para Kant, alcanzar el bien supremo exige llegar a la santidad; es decir, a la concordancia perfecta y total de nuestra voluntad -lo que quiero- con la ley moral -lo que debo querer. Pero esta perfección no es alcanzable en una vida finita; por tanto, la virtud necesita de un tiempo infinito para realizarse plenamente. El bien supremo sólo es posible bajo el supuesto de la inmortalidad del alma; de ahí, que haya que suponer o postular también esta inmortalidad del alma.

 

c) La existencia de Dios

La disconformidad que encontramos en el mundo entre el ser y el deber-ser exige la existencia de Dios, como realidad en la que el ser y el deber-ser se identifican y en la que se da una unión perfecta de virtud y felicidad.

Dios es el garante del bien supremo; es decir, de la concordancia entre felicidad y moralidad.

 

Actividad 1: Visualiza el siguiente vídeo de Maite Larrauri sobre el imperativo categórico y contesta a las siguientes preguntas: 




a) ¿Qué tipos de imperativos distingue? ¿En qué se diferencian?

b) Kant nos dice que el principio moral viene "de serie" en nosotros. ¿Cómo expresaba él esa idea?

c) ¿Es el imperativo categórico un ideal? ¿Por qué?

 

Actividad 2: ¿Se debe enviar bombas a Yemen?

Eres un profesional que se encarga del envío de bombas a otros países. Un día lees en los periódicos que algunos de los envíos que tú realizas van a parar a Yemen, en donde se están lanzando bombas sobre la población civil. ¿Qué hacer: seguir trabajando como si no supiera a dónde va dirigido el cargamento de bombas o dejar de trabajar como protesta? ¿Qué pasa si te expedientan por tu acto de rebeldía? ¿Tu conciencia estaría tranquila después de conocer la finalidad para la que se usan las bombas que tú envías? ¿Te arriesgas a perder tu trabajo? ¿De qué vas a vivir? ¿Vale más tu sueldo que las vidas de personas inocentes? 

 

Actividad 3: Moral machine: El recurso que vamos a usar nos va a permitir plantear distintos dilemas en el que el protagonista es un coche autónomo, a través de la web desarrollada por Scalable Cooperation, Mit Media Lab y  el MIT. La página se creó para realizar investigaciones acerca de la opinión que muestran los ciudadanos de a pie sobre las posibles implicaciones éticas de los vehículos autónomos y de la Inteligencia Artificial en general. 

Los dilemas que encontramos tienen siempre la misma estructura, heredada del dilema del tranvía. Se plantean dos escenarios en los que se debe decidir qué sacrificio de personas o animales es más aceptable que otro. Los escenarios se plantean mediante imágenes que nos permiten reconocer, si observamos con detalle, todas las posibles circunstancias a tener en cuenta:
  • El tipo de personas o animales que están involucrados en la escena
  • Si hay algún aspecto legal involucrado
  • Si la decisión se toma por acción expresa o por omisión de acción.
En cualquier caso, para asegurarnos de que hemos tenido en cuenta todos los posibles elementos de juicio, se puede desplegar una explicación de los escenarios.

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