martes, 25 de enero de 2022

El club de los jóvenes filósofos. Programa 6 del 25/01/2022 en Canal Extremadura radio

Hoy, 25 de enero de 2022, hemos reflexionado, junto a los alumnos y las alumnas de Valores éticos de 4º de ESO, sobre este asunto: 

¿Debe ser obligatorio en un país estar vacunado contra el COVID? 

Audio del programa.

Estamos viviendo una situación inédita: es sabido por todas y todos que el COVID nos ha llevado a situaciones límite que nosotros, como seres humanos, jamás pensamos que fuéramos a vivir en nuestra sociedad contemporánea, pues, por suerte, no sufrimos las otras célebres pandemias que recuerda la historia: la viruela, las pestes, los inicios de la gripe española, etc. 

Pero si este es un virus más ¿qué lo diferencia de los que acabamos de nombrar?

El pasado 13 de marzo de 2020 el gobierno de España declaró el estado de alarma y, desde entonces, hemos vivido auténticos dilemas morales en situaciones muy concretas que, en muchas ocasiones, seguramente nos han hecho dudar y replantearnos nuestras posturas éticas respecto a dichas situaciones, especialmente, en estas fechas navideñas. ¿Es justo que tengamos que ser confinados, como personas jóvenes y sanas, cuando se está confirmando que la mayoría de las personas que mueren por el covid son personas mayores o con patologías previas? ¿Es legítimo que los autónomos hayan tenido que sufrir una gran caída en los beneficios de sus negocios durante el confinamiento cuando otra alternativa razonable hubiera sido el aislamiento de las personas más proclives a padecer gravemente la enfermedad en sus casas sin “pisar” los lugares de ocio? ¿Es necesario el uso obligatorio de mascarilla cuando he sido vacunado de las dosis recomendadas por la OMS, porque entonces, por qué vacunarme si voy a seguir llevándola de manera indefinida hasta el momento?

Como seres encuadrados en una sociedad es razonable y casi instintivo para muchas y muchos asumir como “regla de oro” en nuestras actuaciones morales “nuestra libertad termina donde empieza la del otro” y, por ello, una postura asumida por gran parte de los ciudadanos, es aquella que defiende que el interés individual debe estar supeditado al interés general.

Ahora bien, está ocurriendo que algunos países como Alemania o Austria están endureciendo sus medidas respecto a algunos derechos de movilidad o acceso a determinadas zonas y lugares, y con ello, muchas de estas personas están sintiendo cómo se les está privando de uno de los derechos básicos del ser humano: la libertad.

En torno a esto, surgen una serie de cuestiones:

1. ¿Debería un país tomar posturas tan restrictivas para salvaguardar el bienestar general por encima del individual?

2. ¿Debería el ministerio de sanidad obligar a cada ciudadano a vacunarse para reducir al mínimo las situaciones de contagio o, sea como fuere el peligro del virus es inmoral que se le prive a un ciudadano a tomar sus propias decisiones?

3. ¿Se puede hacer obligatoria la pauta completa de la vacuna a la ciudadanía a pesar de su corto tiempo de experimentación?

4. ¿Es suficiente alegar el desconocimiento de los efectos secundarios a largo plazo de la vacuna para que esta postura, tomada en libertad, prime sobre el bien que, de otra manera, podría obtener la sociedad?

5. ¿Crees que hay muchas personas que no están oponiéndose a la vacuna, y por tanto, están siendo vacunadas por no recibir el estigma social en vez de hacerlo con miras el bien social?

martes, 4 de enero de 2022

2º de Bachillerato: TEMA 7. LA FILOSOFíA DE HUME

1. Vida y obras. 

Con David Hume el empirismo alcanza su punto más culminante. Hume nació en Edimburgo (Escocia) en 1711. Pertenece a una familia de la pequeña nobleza y, desde muy joven, siente pasión por el estudio de los clásicos y de la filosofía. El Tratado sobre la naturaleza humana es una obra de juventud, publicada en 1739, considerada por los expertos como su obra maestra. Hume no llegó nunca a ingresar en el ámbito académico debido a sus ideas escépticas y próximas al ateísmo; en cambio, tuvo éxito en otros ambientes. Logró trabajos como secretario, bibliotecario, encargado de negocios, subsecretario de Estado en Londres, entre otros. Otra obra que debemos destacar es Investigaciones sobre los principios de la moral de 1751 en la que apela a la dimensión utilitarista para explicar la ética. Hume murió en su ciudad natal en 1776. 

Hume se muestra fascinado por los avances científicos de Newton en base a la observación y del método experimental. Hume quiere convertirse en "el Newton" de las ciencias humanas, aplicando dicho método a la naturaleza humana, es decir, al sujeto, y no solo al objeto. La importancia de la ciencia de la naturaleza humana es máxima, ya que si lográsemos explicar a fondo "el alcance y la fuerza del intelecto humano", así como "la naturaleza de las ideas de las que nos servimos y de las operaciones que llevamos a cabo en nuestros razonamientos", podríamos realizar progresos incalculables en todos los demás ámbitos del saber. 


2. Principios y elementos del conocimiento. 

2.1. Ciencia de la naturaleza humana. 

Todos los contenidos de nuestra mente se derivan de la experiencia sensible. Hume denomina a dichos contenidos con el nombre de percepciones. Las percepciones se derivan en impresiones e ideas. Por impresiones se entiende aquellos datos directos de la experiencia sensible. Se presentan con mayor fuerza y violencia en nuestra mente. Abarca todas las sensaciones, pasiones y emociones. Por su parte, las ideas son copias atenuadas de las impresiones. Ambas, impresiones e ideas, se corresponden. Las diferencias entre impresiones e ideas son dos: a) la fuerza o viveza con que se presentan ante nuestra mente; b) el orden y la sucesión temporal en que aparecen, ya que las impresiones son la causa de las ideas, y no al revés. Hume elimina las ideas innatas, ya que no tenemos ideas hasta después de haber tenido impresiones. Es fácil entender este punto: para transmitir a un niño la idea de color azul, por ejemplo, le presento objetos azules; puesto que presentarle la idea de azul no produce la impresión correspondiente. 

Además, debemos considerar otra distinción: hay impresiones simples (como, por ejemplo, una mancha azul) e impresiones complejas (como, por ejemplo, la visión de París desde Montmartre). A cada una de ellas le corresponde una idea simple ( como, por ejemplo, el recuerdo posterior de la mancha azul) y una idea compleja (como, por ejemplo, el recuerdo posterior de la visión de París). 

                                                         Paris (visión desde Montmartre)

Las impresiones se dividen en impresiones de sensación e impresiones de reflexión. Las impresiones de sensación proceden de causas externas, por ejemplo, los colores que percibe el sujeto; mientras que las impresiones de reflexión son aquellas que proceden de nuestra experiencia interior, por ejemplo, el agrado que sentimos al dar un paseo.

Hume añade que las ideas simples pueden combinarse por medio de dos facultades: la memoria y la imaginación. La memoria es la facultad que relaciona las ideas según el orden y la posición con que se han presentado en la experiencia; mientas que, la imaginación es la facultad que actúa combinando las ideas libremente. 

2.2. Leyes de asociación de ideas. 

Para Hume, las ideas tienden a agregarse entre sí en nuestra mente, no de manera libre, sino siguiendo unos principios de asociación que se mantienen iguales para todos: 

a) Ley de semejanza: Una idea nos impulsa a pensar en otra que se le asemeja (por ejemplo, una fotografía permite evocar en mi mente la persona que presenta). 

b) Ley de contigüidad espacio-temporal: Unas ideas que se presentan conectadas en el espacio o en el tiempo (por ejemplo, la idea de la torre Eiffel se conecta por contigüidad con la ciudad de París). 


c) Ley de causa y efecto: La mente tiende a asociar ideas de fenómenos que se suceden de manera regular en la experiencia (por ejemplo, si pienso en el fuego me veo llevado inevitablemente a pensar en el calor o en el humo). 

2.3. Tipos de juicios.

Existen para Hume dos tipos de juicios: 

Por un lado, relaciones de ideas. Son relaciones de ideas todas aquellas proposiciones que se limitan a operar sobre contenidos ideales, sin referirse a lo que existe o puede existir. Por tanto, se encuentran vacías de contenido empírico y su verdad es independiente de la realidad. La aritmética, el álgebra y la geometría están constituidas por relaciones de ideas. La negación de una proposición de cualquiera de esos saberes es contradictoria. Estas proposiciones con las que Kant denominará juicios analíticos a priori. 

Por otro lado, cuestiones de hecho. Son cuestiones de hecho todas aquellas proposiciones que están basadas en la experiencia sensible. Las proposiciones del tipo "el sol saldrá mañana" no implica una necesidad lógica, esto es, su contrario siempre es posible y no implica una contradicción. Estas proposiciones permiten elaborar solo razonamientos probables. A este tipo de proposiciones Kant las denominará juicios sintéticos a posteriori. 

3. Crítica a la metafísica. 

3.1. Crítica a la idea de causa. 

Desde los orígenes de la Filosofía, la pregunta por la realidad es la pregunta por la causa. Ahora bien, indica Hume que ningún análisis de la idea de causa nos permite descubrir a priori el efecto que de él se deriva, ya que el efecto es completamente distinto a la causa. El ejemplo paradigmático de Hume es el movimiento de una bola de billar que causa el movimiento de una segunda bola. Si suponemos que acabamos de llegar a este mundo de manera repentina, en absoluto podríamos saber a priori - al ver una bola de billar- que esta, al golpear a la otra, producirá como efecto el movimiento de esta otra. Por tanto, debemos concluir que es la experiencia sensible el fundamento de todas nuestras conclusiones referentes a la causa y el efecto. Pero, ¿qué garantiza que un efecto acompañe a una causa en un futuro? Son, para Hume, el hábito y la costumbre de observar que en la experiencia sensible dos fenómenos cualesquiera se suceden regularmente el fundamento de la idea de causa y efecto. Además, tendemos a imaginar, en base a un fuerte instinto natural, que se seguirá produciendo en un futuro. 

Por tanto, la mente humana es limitada. La verdad científica basada en el conocimiento de hechos es solamente probable, ya que el futuro nos resulta absolutamente desconocido. 

3.2. Crítica a las ideas de sustancia y Dios. 

Hume somete a crítica el concepto clásico de sustancia y Dios. Por una lado, con respecto a la idea de sustancia, Hume indica que solo captamos impresiones e ideas que, debido a la constancia con que se presentan estos conjuntos de percepciones, imaginamos que existe un principio que constituye el fundamento de la cohesión entre dichas percepciones. Por tanto, Hume niega la idea de sustancia. Se entiende por sustancia una "colección de impresiones unidas por la imaginación". 

Por otro lado, sucede exactamente lo mismo con la idea de Dios. La identidad de Dios no es objeto de mi conocimiento, sino objeto de la creencia. Por tanto, debe eliminarse todo intento de conocimiento racional de Dios. 

Por tanto, Hume cae en un escepticismo moderado, ya se cambia la certeza por la probabilidad. 

 

Actividad 1: Visualiza el siguiente documental sobre los empiristas:   Enlace al programa. 

Actividad 2: Repaso del tema:

 

 

4. El emotivismo moral. 

El interés de Hume por la moral es un tema central de su filosofía. Se ocupa de ella en obras como Investigación sobre los principios de la moral. La moral no se ocupa de hechos (de los cuales se ocupa la razón); sino de lo que se debe o no se debe hacer. Apeló a dimensión utilitarista como objeto para explicarla. Para Hume, lo útil o lo placentero provoca nuestro asentimiento o aceptación a un acto virtuoso y, al contrario, nuestra aversión ante un acto vicioso. Todo ello posibilita los juicios morales. Pero lo útil, en el terreno de la ética, no es nuestro útil particular o subjetivo, sino lo útil que va más allá de nosotros y se extiende también a los demás. Lo útil para la felicidad de todos. Hume reconoce la existencia de un sentimiento moral, un sentimiento de aprobación o desaprobación hacia las acciones, las cualidades o los caracteres, basado en la simpatía, que es desinteresado. 

Actividad 3. Lee atentamente esta noticia y responde a la siguiente pregunta: ¿qué sentimientos tienes una vez leída la noticia? ¿Crees que compartimos un mismo sentimiento de desaprobación ante esta propuesta? Reflexiona y justifica tu respuesta. 


Bibliografía: 

- Copleston, F. (2011). Historia de la Filosofía. Volumen 2. De la Escolástica al empirismo. Ariel Filosofía.

- Reale, G. y Antiseri, D. (2018). Historia del pensamiento filosófico y científico. II Del Humanismo a Kant. Herder.

domingo, 2 de enero de 2022

2º de Bachillerato: TEMA 6: LA FILOSOFÍA DE DESCARTES

1. Vida y obras. 

René Descartes nació en La Haye (Francia) en el año 1596. De noble familia, fue enviado al colegio jesuita de La Flèche en Anjou, en el que recibió una sólida formación filosófica y científica basada en estudios humanísticos, matemáticos y teológicos. Se trataba de una formación inspirada en los principios de la filosofía escolástica. Dicha formación dejó insatisfecho y confuso a Descartes, que continuó sus estudios en la universidad de Poitiers, en la que obtuvo el bachillerato y la licenciatura en Derecho. Su confusión espiritual y cultural fue en aumento y decidió alistarse en las tropas de Mauricio de Nassau, que combatía en favor de la libertad de los Países Bajos. Posteriormente, Descartes decidió instalarse en Holanda, tierra de tolerancia y de libertades, donde se dedicó a elaborar algunos de sus tratados metafísicos. Desde 1633 a 1637 redactó su famosa obra titulada Discurso del método, tratado que se encarga de analizar el carácter objetivo de la razón, así como las reglas que sigue para alcanzar dicha objetividad. Poco después, en 1641, publicaría otra obra destacada: Meditaciones metafísicas. Finalmente, en 1649, Descartes acepta la invitación de la reina Cristina de Suecia para instalarse en la corte sueca. Su tiempo en la corte fue bastante breve. En febrero de 1650 murió el filósofo a consecuencia de una pulmonía. 

Descartes es considerado el "fundador de la filosofía moderna" y forma parte de la corriente filosófica conocida con el nombre de racionalismo, junto a Spinoza o Leibniz, entre otros. El racionalismo sostiene que la fuente de conocimiento es la razón dada por Dios y rechaza la idea de los sentidos, ya que nos pueden engañar; defiende las ciencias exactas, en concreto las matemáticas. 


2. Objetivos de su filosofía. 

Descartes no acepta los cimientos filosóficos precedentes y se esfuerza por construir un nuevo edificio filosófico completo. Para ello se propone: 

- Comenzar desde el principio, sin confiar en ninguna autoridad filosófica. 

- Evitar la confusión entre lo claro y evidente de las meras conjeturas. 

- Alcanzar ideas claras y distintas para trabajar solamente con ellas. El método que considera más adecuado para este fin es el método matemático, del mismo modo que Kepler y Galileo, que estaban convencidos de la estructura matemática del mundo. 

Por tanto, su interés por la búsqueda del método científico adecuado es constante, que abarque además todas las ramas de la investigación humana, en su propósito de alcanzar la verdad mediante la razón. 

 

3. Las reglas del método. 

Descartes quiere ofrecer "reglas fáciles y ciertas que, a quien las observe escrupulosamente, le impidan tomar lo falso por lo verdadero, y sin ningún esfuerzo mental, aumentando gradualmente la ciencia, lo conduzca al conocimiento verdadero de todo aquello que sea capaz de conocer". En su obra Discurso del método, Descartes establece cuatro reglas: 

1) La primera regla es la regla de la evidencia: Solo es verdadero lo evidente, esto es, aquello de lo que tengo una intuición intelectual. Este acto intelectual mediante el cual se logra la evidencia es aquel en el que la mente pura y atenta capta la idea de forma clara y evidente, sin ninguna duda, sin que se haya puesto en relación con otras ideas, a partir del ejercicio exclusivo de la razón. Por ejemplo, la idea de triángulo.

2)  La segunda regla es la regla del análisis. Se trata de descomponer las ideas complejas en ideas simples que permita al intelecto disipar las ambigüedades. 

3) La tercera regla es la regla de la síntesis. Se trata de proceder de modo inverso al análisis. Partiendo de los objetos más simples y fáciles de conocer, para ascender poco a poco, hasta el conocimiento de los más complejos. 

4) La cuarta regla es la regla de la comprobación y revisión. Se debe impedir toda improvisación, comprobando y revisando periódicamente todo el proceso. 

4. Duda metódica. 

La duda de Descartes no es la duda de los escépticos, "que dudan por dudar"; sino todo lo contrario. La duda de Descartes quiere llevar a la verdad. Por eso se llama "metódica", ya que constituye un paso obligado, pero también provisional, para llegar a la verdad. Por tanto, es necesario dudar de todo lo que se pueda dudar y considerarlo, provisionalmente, como falso. Es una duda universal, metódica y universal. 

¿Hasta dónde se extiende la duda? 

1) Buena parte del saber tradicional pretende estar basado en la experiencia sensible, pero los sentidos nos proporcionan un conocimiento confuso y engañoso. Por ejemplo, en un mismo lugar alguien puede sentir frío y otra persona, calor.  

2) El saber matemático, por su parte, parece indudable, porque es válido tanto en estado de vigilia como en el sueño. Dos más dos suman cuatro, en cualquier circunstancia y en cualquier estado. 

3) Ahora bien, ¿quién impediría pensar que existe un "genio maligno, astuto y engañador" que mofándose de mí me lleva a considerar como evidentes cosas que no lo son? Aquí la duda se convierte en hiperbólica. Nada resiste a la duda. Por medio de esta figura ridícula, Descartes nos invita a realizar un experimento mental con el que busca garantizar el saber matemático; pero su duda se extiende a todo y se convierte en absolutamente universal.

5. La certeza fundamental: "Cogito ergo sum" (Pienso, luego existo). 

Inmediatamente después de ponerlo todo en duda y que el genio maligno se esfuerza por engañarle, Descartes constata que no hay ninguna duda de un hecho: de que existo, esto es, que hay un "yo". Dado que Descartes duda, eso quiere decir que piensa. Y si piensa, por tanto, de alguna manera, existe. "Pienso, luego existo". En definitiva, el "yo" es un acto intuitivo, ya que es una idea clara y distinta.

Se trata del punto de partida de su filosofía, que nada puede poner en tela de juicio. La certidumbre de mi existencia en tanto como "algo que piensa" no necesita otra cosa que claridad y distinción. 

Además del "yo", ¿qué otras ideas se presentan con el mismo grado de evidencia? Descartes entiende por idea a los contenidos mentales que tienen la capacidad de representar cosas. Para Descartes existen tres clases de ideas: las ideas innatas, que se encuentran en la mente antes de cualquier experiencia, emanan de la razón y son el principio del conocimiento verdadero, como por ejemplo, las ideas de perfección o infinitud; las ideas adventicias, que se originan a partir de la experiencia sensible, por ejemplo, la idea de rosa o de caballo; y las ideas facticias, que son fruto de la imaginación, por ejemplo, caballo alado. 


6. Pruebas de la existencia de Dios y sus conclusiones. 

Descartes necesita probar la existencia de un Dios que no me engañe sin referirse al mundo exterior, esto es, desde su propia conciencia. Descartes se pregunta, ¿quién ha creado la idea de Dios? Y es evidente que dicha idea, que se encuentra en su conciencia, no ha sido creada por él mismo, ya que es imperfecto y finito, ni ningún otro ser igualmente limitado. Sin embargo, tenemos, de manera innata, la idea de perfección. Tal idea solo puede tener como causa adecuada a un ser infinito, es decir, a Dios. Dios es una idea innata. esta es la segunda certeza.

Al analizar su conciencia, Descartes tropieza con esta idea que está en nosotros pero que no procede de nosotros y que nos penetra profundamente. Ahora bien, dado que Dios es sumamente perfecto, ¿no deberíamos tener una inmensa confianza en nosotros, en nuestras facultades, que son obra suya? Aquí es donde se ve derrotada la idea del genio maligno, ya que bajo la protectora fuerza de Dios las facultades cognoscitivas no nos pueden engañar. Dios no nos puede mentir. Por tanto, Dios garantiza todas aquellas verdades claras y distintas que el ser humano está en condiciones de alcanzar. Del mismo modo, Descartes puede avanzar hacia el conocimiento del mundo y de sí mismo.

A partir de las ideas innatas ya intuidas, se pueden determinar varias conclusiones: 

- Existe un mundo objetivo, en el que Descartes es una parte imperfecta y finita. 

- Dios es perfecto y, por tanto, se elimina toda duda radical y se garantiza todas las aspiraciones al conocimiento. 

- Se puede admitir de mi propio cuerpo y el del resto de seres corpóreos. Esta es la tercera certeza.

 

7. La metafísica cartesiana. Las tres sustancias.

En base a todo lo indicado, existen tres ideas claras y distintas: las ideas de yo, Dios y mundo, que se corresponden con tres realidades o sustancias. Veamos estas sustancias. 

A diferencia de todos los demás seres, el ser humano es aquel en el que se encuentran a la vez dos sustancias radicalmente distintas entre sí, la res cogitans y la res extensa. Por sustancia entiende Descartes lo siguiente: "Lo que no necesita de nada salvo de sí mismo para existir". En general, Descartes señala tres sustancias: la sustancia infinita, que se atribuye a Dios, cuyo atributo (eso es, la esencia o naturaleza de cada sustancia) es la perfección; la sustancia pensante (res cogitans, o cosa que piensa), que se atribuye al alma, cuyo atributo es el pensamiento (entendido como entendimiento, voluntad, etc.); la sustancia material (res extensa, o cosa extensa), que se atribuye a la materia, cuyo atributo es la extensión (entendido como la figura, el movimiento, el volumen, el tamaño, etc.)

8. Antropología.

Pues bien, como se indicaba, el ser humano se compone de dos realidades (sustancia pensante y sustancia material), esto es, alma y cuerpo. Sin embargo, la experiencia nos muestra una constante interferencia entre ambas sustancias, ya que nuestros actos voluntarios (por ejemplo, nuestros deseos) mueven el cuerpo y, a su vez, las sensaciones (por ejemplo, un dolor físico) se reflejan en el alma. El cuerpo se somete a la misma concepción mecanicista que el resto de seres corpóreos y, por su parte, el alma es espiritual, inmortal y libre. Pero, ¿cómo se comunican ambas realidades? Por medio de las pasiones experimentamos la unión entre ambas. Por ejemplo, algo que nos tiene preocupados o nos provoca estrés puede causar o empeorar un dolor abdominal.

Descartes realiza un estudio de los procesos físicos y orgánicos del ser humano para terminar ubicando en la glándula pineal, situada en el centro del cerebro, que produce la melatonina y cuya función es regular los periodos de sueño y vigilia, única parte del cerebro que no es doble, donde tiene su sede el alma, como punto de unión de ambas sustancias. Y Descartes considera que el alma guía al cuerpo como un "capitán" controla a su "nave", ya que se encuentra íntimamente ligado a su cuerpo. 

                                                   Américo Gomes: Homem do Leme. Oporto.


Actividad 1: Visualiza el siguiente documental sobre Descartes:  https://www.rtve.es/play/videos/this-is-philosophy/programa-4-descartes/6329640/

 

Bibliografía: 

- Copleston, F. (2011). Historia de la Filosofía. Volumen 2. De la Escolástica al empirismo. Ariel Filosofía.

- Reale, G. y Antiseri, D. (2018). Historia del pensamiento filosófico y científico. II Del Humanismo a Kant. Herder.