INTRODUCCIÓN
Durante las últimas semanas el debate sobre la IA ha estado presente en nuestra sociedad (carta de los 1000 expertos solicitando una pausa en el entrenamiento de sistemas de inteligencia artificial, declaración en el congreso de EEUU del creado de ChatGPT)
Era ineludible abordar el tema en nuestras aulas. Hemos intentado hacerlo desde posiciones que eviten tanto el entusiasmo acrítico como la crítica apocalíptica.
En nuestras aulas está ya la ‘Generación Centauro’, que va a tener que integrar los dos tipos de inteligencia, la natural y la artificial. “El mal uso de la Inteligencia artificial es peligrosísimo, como lo es el mal uso de la inteligencia natural. Pero el uso no es una propiedad intrínseca de la IA, sino del componente humano unido a ella” (José Antonio Marina).
Nos hicimos algunas preguntas
¿A qué tipo de inteligencia confiaría mi futuro?
¿Quién va a decidir cómo se hace esa fusión entre ambas inteligencias?
¿Qué fines deben guiar esta fusión? ¿Al servicio de qué modelos de sociedad debe estar la IA?
¿Cómo podemos asegurarnos de que los sistemas de inteligencia artificial comparten nuestros objetivos y nuestros valores humanos?
¿Cómo podemos evitar que la inteligencia artificial reproduzca los sesgos cognitivos que habitualmente están presentes en el pensamiento humano?
La lectura de un artículo donde se relacionaban los cuidados con la IA nos llevó a platear la pregunta sobre la que nos gustaría conversar en la tertulia:
6. ¿La inteligencia artificial puede hacerse cargo de los cuidados?
La ética de los cuidados ha estado presente en nuestras clases durante el curso La pandemia del covid-19 ha convertido la reflexión sobre los cuidados en algo urgente. La necesidad de cuidarnos unos a otros ha crecido exponencialmente en nuestros días. Cuidar se ha convertido en un deber democrático.
Cuidar consiste en una serie de prácticas de acompañamiento, atención, ayuda a las personas que lo necesitan, pero al mismo tiempo una manera de hacer las cosas, una manera de actuar y relacionarnos con los demás.
La tecnología es una expresión de nuestra visión del mundo. Las ideas con las que pensemos el mundo determinarán el papel que la tecnología puede jugar en nuestra vidas (liberador/represor, humanizador/cosificador, etc)
Por tanto, el papel de las Humanidades (Filosofía, Ética, Literatura, etc), a pesar de lo que pudiera parecer en un mundo hipertecnologizado, es más importante que nunca.
El futuro de la IA nos plantea infinidad de preguntas y ante ellas tan solo cabe una actitud filosófica: “¿Qué espacio tenemos hoy para el encuentro con lo desconocido, con lo imprevisto, con lo extraño, con lo que nos puede inquietar, sorprender o transformar?” (Marina Garcés).