1. EL PODER POLÍTICO.
Se podría definir el poder como la capacidad que tiene una persona o un grupo para imponer su voluntad sobre los otros, sobre todo cuando la conducta que se impone es contraria a los deseos o las inclinaciones de aquellos a quienes se les impone.
Velázquez: Las lanzas o La rendición de Breda.
Como es evidente, el poder impregna todos los ámbitos de nuestra vida (familia, educación, empresa, etc). Allí donde hay un grupo un humano, allí hay poder, pues siempre que hay más de una voluntad, una tiende a imponerse a las otras.
Sería importante no confundir el poder con la manipulación, la extorsión o la violencia. Por ejemplo, no es lo mismo un tirano que obliga a cumplir las leyes bajo amenaza de pena de muerte, que una madre que obliga a su hijo a ponerse un abrigo para que no se resfríe. Se puede decir, por tanto, que hay distintos grados de intensidad y distintas formas en las que se puede dar el poder
En este tema vamos a ocuparnos del poder político, que es aquel que se da en la organización de la polis, comunidad o sociedad. Este poder, el poder político, es el poder de los que influyen en la administración, el control y la distribución del bien común.
Actualmente, esta función del poder político la lleva a cabo el Estado, forma de organización política dotada de poder soberano e independiente que integra la población de un territorio, del cual participan también los ciudadanos. Por tanto, en las decisiones de Estado no solo influyen el Gobierno o los partidos, sino que también intervienen los sindicatos, las asociaciones religiosas, las grandes multinacionales, etc., incluso, como ya hemos señalado, la opinión pública en general.