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jueves, 30 de noviembre de 2023

Materiales para la XI Olimpiada filosófica de Extremadura: ¿Qué es el ocio?

Ocio proviene del latín otĭum, que significa reposo. Según la RAE, ocio es el tiempo libre de una persona, fuera de las obligaciones y ocupaciones habituales.  Por su parte, la Declaración universal de los Derechos Humanos indica, en su artículo 24, que "Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas".

Pensadores como Sócrates (filósofo griego, s. V-IV a.C.) consideran que el tiempo libre posibilita el tiempo de la reflexión, de la lectura y el pensamiento crítico, con la intención de conocernos mejor y conocer mejor el mundo que nos rodea. 

Los romanos consideraron el ocio como algo reparador. Un claro ejemplo es la propia ciudad de Mérida (Extremadura).

En el año 25 a.C. el Emperador Octavio Augusto ordenó fundar la Colonia Iulia Augusta Emerita, en la que se asentarán los militares veteranos (eméritos) de las legiones V Alaudae y X Gemina tras las victorias frente los cántabros en el norte de la Península. La ubicación era perfecta. Se situó al margen del río Anas (Guadiana) junto a la desembocadura del río Albarregas, una zona vadeable del Guadiana con una isla central que facilitaba la construcción de puentes.

La actual concepción de ocio está vinculada al bienestar. La normalización de la jornada laboral permite hacer una distinción: el ocio negativo, que es el tiempo libre del trabajo; y el ocio positivo, que es aquel que sirve para hacer tareas diferentes a las habituales. Pero la maximización de las ganancias económicas, ha impuesto el trabajo sobre todo tiempo libre, poniendo en cuestión precisamente si existe tal momento de ocio, ya que se considera una pérdida de tiempo. 

Aunque pensadores actuales como Byung-Chul Han analizan el papel del ocio en la sociedad contemporánea. Para Han, el ocio solo sirve hoy para descansar del trabajo. Pero la crítica que hace Han sobre el ocio es que este se ha convertido en un insufrible no hacer nada, en una insoportable forma vacía del trabajo. Para Han, el tiempo festivo debería ser un tiempo para recrearse, liberada de toda presión del trabajo y de la necesidad de rendimiento. Vivimos, dice Han, en una sociedad del rendimiento, en la que uno se explota voluntariamente a sí mismo creyendo que así se está autorrealizando.

Algunos materiales interesantes para analizar esta cuestión acompañados de algunas cuestiones sugerentes añadidas por mí


LIBROS:

Pieper, J.: El ocio y la vida intelectual. Editorial Rialp.

El filósofo alemán señala que etimológicamente, ocio y tiempo libre se dice en griego skholé, y es también la raíz de la palabra latina  schola, que a su vez da lugar a la palabra "escuela". De esta manera, tanto la noción de enseñanza o lección como la palabra que designa a los establecimientos donde se imparte instrucción tienen su origen en la idea de ocio (es decir, contemplación), diversión (es decir, evasión) y ocupación reposada (descanso físico, no intelectual). Lejos de esta acepción de la idea de ocio y enseñanza, quizás motivada por la expansión del capitalismo, se acepta hoy en día que vivir consiste fundamentalmente en trabajar.

 
¿La esencia del ser humano es trabajar? ¿la existencia humana tiene su plenitud en el trabajo cotidiano? ¿el ocio es la ausencia de toda tarea?


Byung-Chul Han: La crisis de la narración. Editorial Herder.

El pensador surcoreano reflexiona sobre el asunto del ocio y la incapacidad actual generalizada de poder estar en estado contemplativo, esto es, de reflexión y escucha atenta, debido al tsunami informativo que se encarga de mantener permanente estimulado al individuo receptor de información y fragmenta su atención. Señala Han que "estamos perdiendo cada vez más el don de escuchar. Nos escenificamos a nosotros mismos, nos escuchamos a nosotros mismos, en lugar de olvidarnos de nosotros mismos y abandonarnos a la escucha" (pág. 24). La hiperactividad informativa, que busca espantar todo aburrimiento, inhabilita todo momento de ocio y relajación. La comunicación y la información está controlada por medio de algoritmos de los cuales, por supuesto, no somos conscientes. El individuo se convierte en datos que pueden ser controlados y manejados

¿Es algo negativo el aburrirse? ¿Puede surgir algo positivo del aburrimiento? ¿Es negativa la pereza? ¿Debemos estar siempre dispuestos a rendir de manera activa?



Arendt, H.: La condición humana. Editorial Paidós. 

La filósofa alemana Hannah Arendt (s. XX) señala que la sociedad moderna es una sociedad que degrada al ser humano en un animal laborans, esto es, ser meros animales trabajadores. Toda vida activa se reduce al trabajo.
 
 ¿Vivimos para trabajar? ¿Trabajamos para vivir? 

 


Aristóteles: Ética a Nicómaco. Editorial Gredos.

Aristóteles (filósofo griego, s. IV a.C.), en su obra Ética a Nicómano, afirma que la filosofía surge del ocio. El tiempo libre de todo tipo de preocupaciones materiales y tareas prácticas permite al individuo ocioso a dedicarse a la reflexión y la búsqueda de verdades sobre la realidad, la moral y la naturaleza humana

¿Es necesario revitalizar la vida contemplativa o el cuidado del alma? ¿Es una ilusión pensar que cuando uno más activo se vuelve, más libre es?


Epicuro: Sobre el placer y la felicidad

Epicuro (filósofo griego, s. IV-III a.C.), el ocio es un momento de placer que se debe disfrutar, de manera razonable, realizando actividades que contribuyan a la felicidad y la satisfacción.
 
 ¿El ocio debe ser entendido como fiesta desenfrenada? ¿El ocio debe ser disfrutado de manera individual o siempre de manera colectiva (familia, amigos, etc.)? ¿El ocio solo se disfruta si es gracias al consumo de drogas o alcohol?



OBRAS DE ARTE: 

El Bosco: Mesa de los pecados capitales. Museo del Prado (Madrid).

En esta obra encontramos uno de los pecados capitales, la Acidia -o Pereza-, que la personifica un hombre que duerme ante la chimenea en lugar de entregarse a la oración.
 
¿Es la pereza una forma de ocio? 


Caravaggio: Jugadores de cartas. Kimbell Art Museum, Texas (Estados Unidos)

Dos tahúres se la están jugando a un joven y este no parece sospechar nada. Mira concentrado sus cartas y cree que le va a ir bien. Tiene una buena mano. Pero solo hay que fijarse en los tipos que lo rodean para darse cuenta de que esta no va a ser precisamente una mano ganadora.

Uno de ellos mira directamente y sin ninguna discreción las cartas del estafado, y le comunica por señas a su compinche la carta que posee. Además, el compinche, al menos con un poco más de disimulo, saca unas cartas de su cinturón para conseguir la jugada adecuada.

El mensaje es claro: la astucia y la maldad vence, a menudo, a la candidez e inocencia de quienes son buenos y nobles. Por tanto, no seamos ingenuos ante aquellos que nos ofrecen poder conseguir dinero fácil, por ejemplo, las casas de apuestas o los juegos de televisión que prometen grandes fortunas en sus concursos.

¿Se ha convertido el ocio en un negocio? 

 

Seurat: Un baño en Asnieres. National Gallery de Londres.  


La obra representa una instantánea de la vida en los suburbios de París; de hecho Asnieres era un área donde los parisinos concurrían únicamente en los días festivales para andar en barca o bañarse en las aguas del Sena. La escena se sitúa en un sitio de recreo en la periferia de París, hasta donde acudían quienes no podían permitirse un boleto de tren hasta otros sitios de recreo en los que se necesitaba llegar en esa forma como Argenteuil.

El ocio, también hoy en día, se ha convertido en un negocio, del cual solo pueden disfrutar las personas que tienen buenos recursos económicos.

¿Es preciso tener recursos económicos para poder disfrutar del ocio?


Pawel Kuczynski: 

 

 


Estas obras del ilustrador y artista polaco Pawel Kuczynski, nos recuerda que hoy en día no puede entenderse la sociedad actual sin las nuevas tecnologías de información y comunicación. Sin embargo, estas tecnologías están produciendo un efecto contrario al que sugieren contribuir: el aislamiento en forma de "islas solitarias", en las que cada individuo cree poder decidir qué hacer en ellas al margen del mundo. Es un mundo que proporciona una hiperatención informativa y escasa tolerancia al hastío, como señala Byung-Chul Han en La sociedad del cansancio, que ha reemplazado la atención profunda y contemplativa, de la cual han sido posibles los logros culturales de la humanidad, como por ejemplo, la filosofía

¿Se ha perdido la capacidad de la escucha y la atención? ¿Son importantes la escucha y la atención profunda para poder reflexionar sobre sí mismo y el mundo? ¿Nos hemos convertido en una sociedad de puro rendimiento, en el que hay que estar produciendo constantemente?