Mostrando entradas con la etiqueta Filosofía moderna. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Filosofía moderna. Mostrar todas las entradas

martes, 4 de enero de 2022

2º de Bachillerato: TEMA 7. LA FILOSOFíA DE HUME

1. Vida y obras. 

Con David Hume el empirismo alcanza su punto más culminante. Hume nació en Edimburgo (Escocia) en 1711. Pertenece a una familia de la pequeña nobleza y, desde muy joven, siente pasión por el estudio de los clásicos y de la filosofía. El Tratado sobre la naturaleza humana es una obra de juventud, publicada en 1739, considerada por los expertos como su obra maestra. Hume no llegó nunca a ingresar en el ámbito académico debido a sus ideas escépticas y próximas al ateísmo; en cambio, tuvo éxito en otros ambientes. Logró trabajos como secretario, bibliotecario, encargado de negocios, subsecretario de Estado en Londres, entre otros. Otra obra que debemos destacar es Investigaciones sobre los principios de la moral de 1751 en la que apela a la dimensión utilitarista para explicar la ética. Hume murió en su ciudad natal en 1776. 

Hume se muestra fascinado por los avances científicos de Newton en base a la observación y del método experimental. Hume quiere convertirse en "el Newton" de las ciencias humanas, aplicando dicho método a la naturaleza humana, es decir, al sujeto, y no solo al objeto. La importancia de la ciencia de la naturaleza humana es máxima, ya que si lográsemos explicar a fondo "el alcance y la fuerza del intelecto humano", así como "la naturaleza de las ideas de las que nos servimos y de las operaciones que llevamos a cabo en nuestros razonamientos", podríamos realizar progresos incalculables en todos los demás ámbitos del saber. 


2. Principios y elementos del conocimiento. 

2.1. Ciencia de la naturaleza humana. 

Todos los contenidos de nuestra mente se derivan de la experiencia sensible. Hume denomina a dichos contenidos con el nombre de percepciones. Las percepciones se derivan en impresiones e ideas. Por impresiones se entiende aquellos datos directos de la experiencia sensible. Se presentan con mayor fuerza y violencia en nuestra mente. Abarca todas las sensaciones, pasiones y emociones. Por su parte, las ideas son copias atenuadas de las impresiones. Ambas, impresiones e ideas, se corresponden. Las diferencias entre impresiones e ideas son dos: a) la fuerza o viveza con que se presentan ante nuestra mente; b) el orden y la sucesión temporal en que aparecen, ya que las impresiones son la causa de las ideas, y no al revés. Hume elimina las ideas innatas, ya que no tenemos ideas hasta después de haber tenido impresiones. Es fácil entender este punto: para transmitir a un niño la idea de color azul, por ejemplo, le presento objetos azules; puesto que presentarle la idea de azul no produce la impresión correspondiente. 

Además, debemos considerar otra distinción: hay impresiones simples (como, por ejemplo, una mancha azul) e impresiones complejas (como, por ejemplo, la visión de París desde Montmartre). A cada una de ellas le corresponde una idea simple ( como, por ejemplo, el recuerdo posterior de la mancha azul) y una idea compleja (como, por ejemplo, el recuerdo posterior de la visión de París). 

                                                         Paris (visión desde Montmartre)

Las impresiones se dividen en impresiones de sensación e impresiones de reflexión. Las impresiones de sensación proceden de causas externas, por ejemplo, los colores que percibe el sujeto; mientras que las impresiones de reflexión son aquellas que proceden de nuestra experiencia interior, por ejemplo, el agrado que sentimos al dar un paseo.

Hume añade que las ideas simples pueden combinarse por medio de dos facultades: la memoria y la imaginación. La memoria es la facultad que relaciona las ideas según el orden y la posición con que se han presentado en la experiencia; mientas que, la imaginación es la facultad que actúa combinando las ideas libremente. 

2.2. Leyes de asociación de ideas. 

Para Hume, las ideas tienden a agregarse entre sí en nuestra mente, no de manera libre, sino siguiendo unos principios de asociación que se mantienen iguales para todos: 

a) Ley de semejanza: Una idea nos impulsa a pensar en otra que se le asemeja (por ejemplo, una fotografía permite evocar en mi mente la persona que presenta). 

b) Ley de contigüidad espacio-temporal: Unas ideas que se presentan conectadas en el espacio o en el tiempo (por ejemplo, la idea de la torre Eiffel se conecta por contigüidad con la ciudad de París). 


c) Ley de causa y efecto: La mente tiende a asociar ideas de fenómenos que se suceden de manera regular en la experiencia (por ejemplo, si pienso en el fuego me veo llevado inevitablemente a pensar en el calor o en el humo). 

2.3. Tipos de juicios.

Existen para Hume dos tipos de juicios: 

Por un lado, relaciones de ideas. Son relaciones de ideas todas aquellas proposiciones que se limitan a operar sobre contenidos ideales, sin referirse a lo que existe o puede existir. Por tanto, se encuentran vacías de contenido empírico y su verdad es independiente de la realidad. La aritmética, el álgebra y la geometría están constituidas por relaciones de ideas. La negación de una proposición de cualquiera de esos saberes es contradictoria. Estas proposiciones con las que Kant denominará juicios analíticos a priori. 

Por otro lado, cuestiones de hecho. Son cuestiones de hecho todas aquellas proposiciones que están basadas en la experiencia sensible. Las proposiciones del tipo "el sol saldrá mañana" no implica una necesidad lógica, esto es, su contrario siempre es posible y no implica una contradicción. Estas proposiciones permiten elaborar solo razonamientos probables. A este tipo de proposiciones Kant las denominará juicios sintéticos a posteriori. 

3. Crítica a la metafísica. 

3.1. Crítica a la idea de causa. 

Desde los orígenes de la Filosofía, la pregunta por la realidad es la pregunta por la causa. Ahora bien, indica Hume que ningún análisis de la idea de causa nos permite descubrir a priori el efecto que de él se deriva, ya que el efecto es completamente distinto a la causa. El ejemplo paradigmático de Hume es el movimiento de una bola de billar que causa el movimiento de una segunda bola. Si suponemos que acabamos de llegar a este mundo de manera repentina, en absoluto podríamos saber a priori - al ver una bola de billar- que esta, al golpear a la otra, producirá como efecto el movimiento de esta otra. Por tanto, debemos concluir que es la experiencia sensible el fundamento de todas nuestras conclusiones referentes a la causa y el efecto. Pero, ¿qué garantiza que un efecto acompañe a una causa en un futuro? Son, para Hume, el hábito y la costumbre de observar que en la experiencia sensible dos fenómenos cualesquiera se suceden regularmente el fundamento de la idea de causa y efecto. Además, tendemos a imaginar, en base a un fuerte instinto natural, que se seguirá produciendo en un futuro. 

Por tanto, la mente humana es limitada. La verdad científica basada en el conocimiento de hechos es solamente probable, ya que el futuro nos resulta absolutamente desconocido. 

3.2. Crítica a las ideas de sustancia y Dios. 

Hume somete a crítica el concepto clásico de sustancia y Dios. Por una lado, con respecto a la idea de sustancia, Hume indica que solo captamos impresiones e ideas que, debido a la constancia con que se presentan estos conjuntos de percepciones, imaginamos que existe un principio que constituye el fundamento de la cohesión entre dichas percepciones. Por tanto, Hume niega la idea de sustancia. Se entiende por sustancia una "colección de impresiones unidas por la imaginación". 

Por otro lado, sucede exactamente lo mismo con la idea de Dios. La identidad de Dios no es objeto de mi conocimiento, sino objeto de la creencia. Por tanto, debe eliminarse todo intento de conocimiento racional de Dios. 

Por tanto, Hume cae en un escepticismo moderado, ya se cambia la certeza por la probabilidad. 

 

Actividad 1: Visualiza el siguiente documental sobre los empiristas:   Enlace al programa. 

Actividad 2: Repaso del tema:

 

 

4. El emotivismo moral. 

El interés de Hume por la moral es un tema central de su filosofía. Se ocupa de ella en obras como Investigación sobre los principios de la moral. La moral no se ocupa de hechos (de los cuales se ocupa la razón); sino de lo que se debe o no se debe hacer. Apeló a dimensión utilitarista como objeto para explicarla. Para Hume, lo útil o lo placentero provoca nuestro asentimiento o aceptación a un acto virtuoso y, al contrario, nuestra aversión ante un acto vicioso. Todo ello posibilita los juicios morales. Pero lo útil, en el terreno de la ética, no es nuestro útil particular o subjetivo, sino lo útil que va más allá de nosotros y se extiende también a los demás. Lo útil para la felicidad de todos. Hume reconoce la existencia de un sentimiento moral, un sentimiento de aprobación o desaprobación hacia las acciones, las cualidades o los caracteres, basado en la simpatía, que es desinteresado. 

Actividad 3. Lee atentamente esta noticia y responde a la siguiente pregunta: ¿qué sentimientos tienes una vez leída la noticia? ¿Crees que compartimos un mismo sentimiento de desaprobación ante esta propuesta? Reflexiona y justifica tu respuesta. 


Bibliografía: 

- Copleston, F. (2011). Historia de la Filosofía. Volumen 2. De la Escolástica al empirismo. Ariel Filosofía.

- Reale, G. y Antiseri, D. (2018). Historia del pensamiento filosófico y científico. II Del Humanismo a Kant. Herder.

domingo, 2 de enero de 2022

2º de Bachillerato: TEMA 6: LA FILOSOFÍA DE DESCARTES

1. Vida y obras. 

René Descartes nació en La Haye (Francia) en el año 1596. De noble familia, fue enviado al colegio jesuita de La Flèche en Anjou, en el que recibió una sólida formación filosófica y científica basada en estudios humanísticos, matemáticos y teológicos. Se trataba de una formación inspirada en los principios de la filosofía escolástica. Dicha formación dejó insatisfecho y confuso a Descartes, que continuó sus estudios en la universidad de Poitiers, en la que obtuvo el bachillerato y la licenciatura en Derecho. Su confusión espiritual y cultural fue en aumento y decidió alistarse en las tropas de Mauricio de Nassau, que combatía en favor de la libertad de los Países Bajos. Posteriormente, Descartes decidió instalarse en Holanda, tierra de tolerancia y de libertades, donde se dedicó a elaborar algunos de sus tratados metafísicos. Desde 1633 a 1637 redactó su famosa obra titulada Discurso del método, tratado que se encarga de analizar el carácter objetivo de la razón, así como las reglas que sigue para alcanzar dicha objetividad. Poco después, en 1641, publicaría otra obra destacada: Meditaciones metafísicas. Finalmente, en 1649, Descartes acepta la invitación de la reina Cristina de Suecia para instalarse en la corte sueca. Su tiempo en la corte fue bastante breve. En febrero de 1650 murió el filósofo a consecuencia de una pulmonía. 

Descartes es considerado el "fundador de la filosofía moderna" y forma parte de la corriente filosófica conocida con el nombre de racionalismo, junto a Spinoza o Leibniz, entre otros. El racionalismo sostiene que la fuente de conocimiento es la razón dada por Dios y rechaza la idea de los sentidos, ya que nos pueden engañar; defiende las ciencias exactas, en concreto las matemáticas. 


2. Objetivos de su filosofía. 

Descartes no acepta los cimientos filosóficos precedentes y se esfuerza por construir un nuevo edificio filosófico completo. Para ello se propone: 

- Comenzar desde el principio, sin confiar en ninguna autoridad filosófica. 

- Evitar la confusión entre lo claro y evidente de las meras conjeturas. 

- Alcanzar ideas claras y distintas para trabajar solamente con ellas. El método que considera más adecuado para este fin es el método matemático, del mismo modo que Kepler y Galileo, que estaban convencidos de la estructura matemática del mundo. 

Por tanto, su interés por la búsqueda del método científico adecuado es constante, que abarque además todas las ramas de la investigación humana, en su propósito de alcanzar la verdad mediante la razón. 

 

3. Las reglas del método. 

Descartes quiere ofrecer "reglas fáciles y ciertas que, a quien las observe escrupulosamente, le impidan tomar lo falso por lo verdadero, y sin ningún esfuerzo mental, aumentando gradualmente la ciencia, lo conduzca al conocimiento verdadero de todo aquello que sea capaz de conocer". En su obra Discurso del método, Descartes establece cuatro reglas: 

1) La primera regla es la regla de la evidencia: Solo es verdadero lo evidente, esto es, aquello de lo que tengo una intuición intelectual. Este acto intelectual mediante el cual se logra la evidencia es aquel en el que la mente pura y atenta capta la idea de forma clara y evidente, sin ninguna duda, sin que se haya puesto en relación con otras ideas, a partir del ejercicio exclusivo de la razón. Por ejemplo, la idea de triángulo.

2)  La segunda regla es la regla del análisis. Se trata de descomponer las ideas complejas en ideas simples que permita al intelecto disipar las ambigüedades. 

3) La tercera regla es la regla de la síntesis. Se trata de proceder de modo inverso al análisis. Partiendo de los objetos más simples y fáciles de conocer, para ascender poco a poco, hasta el conocimiento de los más complejos. 

4) La cuarta regla es la regla de la comprobación y revisión. Se debe impedir toda improvisación, comprobando y revisando periódicamente todo el proceso. 

4. Duda metódica. 

La duda de Descartes no es la duda de los escépticos, "que dudan por dudar"; sino todo lo contrario. La duda de Descartes quiere llevar a la verdad. Por eso se llama "metódica", ya que constituye un paso obligado, pero también provisional, para llegar a la verdad. Por tanto, es necesario dudar de todo lo que se pueda dudar y considerarlo, provisionalmente, como falso. Es una duda universal, metódica y universal. 

¿Hasta dónde se extiende la duda? 

1) Buena parte del saber tradicional pretende estar basado en la experiencia sensible, pero los sentidos nos proporcionan un conocimiento confuso y engañoso. Por ejemplo, en un mismo lugar alguien puede sentir frío y otra persona, calor.  

2) El saber matemático, por su parte, parece indudable, porque es válido tanto en estado de vigilia como en el sueño. Dos más dos suman cuatro, en cualquier circunstancia y en cualquier estado. 

3) Ahora bien, ¿quién impediría pensar que existe un "genio maligno, astuto y engañador" que mofándose de mí me lleva a considerar como evidentes cosas que no lo son? Aquí la duda se convierte en hiperbólica. Nada resiste a la duda. Por medio de esta figura ridícula, Descartes nos invita a realizar un experimento mental con el que busca garantizar el saber matemático; pero su duda se extiende a todo y se convierte en absolutamente universal.

5. La certeza fundamental: "Cogito ergo sum" (Pienso, luego existo). 

Inmediatamente después de ponerlo todo en duda y que el genio maligno se esfuerza por engañarle, Descartes constata que no hay ninguna duda de un hecho: de que existo, esto es, que hay un "yo". Dado que Descartes duda, eso quiere decir que piensa. Y si piensa, por tanto, de alguna manera, existe. "Pienso, luego existo". En definitiva, el "yo" es un acto intuitivo, ya que es una idea clara y distinta.

Se trata del punto de partida de su filosofía, que nada puede poner en tela de juicio. La certidumbre de mi existencia en tanto como "algo que piensa" no necesita otra cosa que claridad y distinción. 

Además del "yo", ¿qué otras ideas se presentan con el mismo grado de evidencia? Descartes entiende por idea a los contenidos mentales que tienen la capacidad de representar cosas. Para Descartes existen tres clases de ideas: las ideas innatas, que se encuentran en la mente antes de cualquier experiencia, emanan de la razón y son el principio del conocimiento verdadero, como por ejemplo, las ideas de perfección o infinitud; las ideas adventicias, que se originan a partir de la experiencia sensible, por ejemplo, la idea de rosa o de caballo; y las ideas facticias, que son fruto de la imaginación, por ejemplo, caballo alado. 


6. Pruebas de la existencia de Dios y sus conclusiones. 

Descartes necesita probar la existencia de un Dios que no me engañe sin referirse al mundo exterior, esto es, desde su propia conciencia. Descartes se pregunta, ¿quién ha creado la idea de Dios? Y es evidente que dicha idea, que se encuentra en su conciencia, no ha sido creada por él mismo, ya que es imperfecto y finito, ni ningún otro ser igualmente limitado. Sin embargo, tenemos, de manera innata, la idea de perfección. Tal idea solo puede tener como causa adecuada a un ser infinito, es decir, a Dios. Dios es una idea innata. esta es la segunda certeza.

Al analizar su conciencia, Descartes tropieza con esta idea que está en nosotros pero que no procede de nosotros y que nos penetra profundamente. Ahora bien, dado que Dios es sumamente perfecto, ¿no deberíamos tener una inmensa confianza en nosotros, en nuestras facultades, que son obra suya? Aquí es donde se ve derrotada la idea del genio maligno, ya que bajo la protectora fuerza de Dios las facultades cognoscitivas no nos pueden engañar. Dios no nos puede mentir. Por tanto, Dios garantiza todas aquellas verdades claras y distintas que el ser humano está en condiciones de alcanzar. Del mismo modo, Descartes puede avanzar hacia el conocimiento del mundo y de sí mismo.

A partir de las ideas innatas ya intuidas, se pueden determinar varias conclusiones: 

- Existe un mundo objetivo, en el que Descartes es una parte imperfecta y finita. 

- Dios es perfecto y, por tanto, se elimina toda duda radical y se garantiza todas las aspiraciones al conocimiento. 

- Se puede admitir de mi propio cuerpo y el del resto de seres corpóreos. Esta es la tercera certeza.

 

7. La metafísica cartesiana. Las tres sustancias.

En base a todo lo indicado, existen tres ideas claras y distintas: las ideas de yo, Dios y mundo, que se corresponden con tres realidades o sustancias. Veamos estas sustancias. 

A diferencia de todos los demás seres, el ser humano es aquel en el que se encuentran a la vez dos sustancias radicalmente distintas entre sí, la res cogitans y la res extensa. Por sustancia entiende Descartes lo siguiente: "Lo que no necesita de nada salvo de sí mismo para existir". En general, Descartes señala tres sustancias: la sustancia infinita, que se atribuye a Dios, cuyo atributo (eso es, la esencia o naturaleza de cada sustancia) es la perfección; la sustancia pensante (res cogitans, o cosa que piensa), que se atribuye al alma, cuyo atributo es el pensamiento (entendido como entendimiento, voluntad, etc.); la sustancia material (res extensa, o cosa extensa), que se atribuye a la materia, cuyo atributo es la extensión (entendido como la figura, el movimiento, el volumen, el tamaño, etc.)

8. Antropología.

Pues bien, como se indicaba, el ser humano se compone de dos realidades (sustancia pensante y sustancia material), esto es, alma y cuerpo. Sin embargo, la experiencia nos muestra una constante interferencia entre ambas sustancias, ya que nuestros actos voluntarios (por ejemplo, nuestros deseos) mueven el cuerpo y, a su vez, las sensaciones (por ejemplo, un dolor físico) se reflejan en el alma. El cuerpo se somete a la misma concepción mecanicista que el resto de seres corpóreos y, por su parte, el alma es espiritual, inmortal y libre. Pero, ¿cómo se comunican ambas realidades? Por medio de las pasiones experimentamos la unión entre ambas. Por ejemplo, algo que nos tiene preocupados o nos provoca estrés puede causar o empeorar un dolor abdominal.

Descartes realiza un estudio de los procesos físicos y orgánicos del ser humano para terminar ubicando en la glándula pineal, situada en el centro del cerebro, que produce la melatonina y cuya función es regular los periodos de sueño y vigilia, única parte del cerebro que no es doble, donde tiene su sede el alma, como punto de unión de ambas sustancias. Y Descartes considera que el alma guía al cuerpo como un "capitán" controla a su "nave", ya que se encuentra íntimamente ligado a su cuerpo. 

                                                   Américo Gomes: Homem do Leme. Oporto.


Actividad 1: Visualiza el siguiente documental sobre Descartes:  https://www.rtve.es/play/videos/this-is-philosophy/programa-4-descartes/6329640/

 

Bibliografía: 

- Copleston, F. (2011). Historia de la Filosofía. Volumen 2. De la Escolástica al empirismo. Ariel Filosofía.

- Reale, G. y Antiseri, D. (2018). Historia del pensamiento filosófico y científico. II Del Humanismo a Kant. Herder.

lunes, 13 de septiembre de 2021

1º de Bachillerato: TEMA 1. EL SABER FILOSÓFICO.

1. El origen de la Filosofía. 

La palabra filosofía (philosophia en latino) proviene del griego φιλοσοφία. Sophia significa saber, sabiduría; mientras que philo significa amor o amante. Así pues, podemos señalar que el término griego filosofía hace referencia a "amor al saber". Etimológicamente podría determinarse como el deseo de conocer. Este deseo de conocer es un actividad natural del ser humano, ya que todas las culturas comparten este deseo. Ahora bien, no se puede entender bien este término si no se aclara un aspecto: el deseo de conocer no tiene una mera finalidad erudita de acumulación de conocimientos, sino que se trata de "vivir mejor". 

 

                                       La Filosofía (1483), de Rafael, en la Estancia de la Signatura (Ciudad del Vaticano)

 

                                                                 Rodin: El pensador.

Situamos el nacimiento de la filosofía en Jonia, colonia griega de Asia Menor, durante los siglos VII-VI a. C.  El ser humano se extraña y se maravilla por todo lo que le rodea convencido de encontrar una explicación racional que subyace al orden del mundo. Esto produce debido al abandono de la explicación mitológica de la realidad sustituida por una explicación racional. Este es el inicio de la filosofía. 

1.1. El conocimiento mitológico.  

Los mitos son  narraciones que pretenden: a) explicar y dominar la Naturaleza y b) comprender quién es el ser humano mismo. Los mitos presentan diferentes rasgos: 

a) Emplean personajes legendarios (dioses y héroes del Olimpo). En los mitos, las fuerzas de la naturaleza están personificados (antropomorfismo).  

b) Se trata de relatos fantásticos. Se trata de explicaciones no racionales. Los mitos no recurren a leyes precisas y comprobables, sino que se basan en la voluntad caprichosa de los dioses. 

c) El autor del mito, generalmente, es desconocido y suele ser de carácter colectivo. Los mitos son consecuencia de una formación lenta, espontánea y popular. 

d)  Tienen un carácter tradicional y acrítico: Se transmiten de padres a hijos y se aceptan sin revisión crítica. 

                               Houasse: Naufragio de Telémaco. Tapicería de El Escorial (Madrid).
 

                                               Diosa Deméter, la diosa griega de la agricultura. 

  

 

 

1.2. El paso del mito al logos

Esta expresión hace referencia al progresivo abandono del mito y su sustitución por el logos (del griego, significa razón, pensamiento, discurso), esto es, se trata de abandonar las tradiciones míticas en favor del pensamiento racional y reflexivo en su intento de explicar la naturaleza. 

Distinción entre mito y logos


 2.1. ¿Qué es la filosofía?

La filosofía es la actividad humana consistente en en la búsqueda del saber, esto es, busca determinar el porqué de todo. Podemos decir que la actividad filosófica nace cuando sentimos curiosidad por algún aspecto de la realidad que nos rodea y lo expresamos en forma de pregunta, por tanto, podemos decir que la filosofía nace con una pregunta que surge a partir de la realidad. Sin embargo, no todas las preguntas son filosóficas. Una pregunta, para ser filosófica, debe ser general, es decir, suele ser una cuestión sobre conceptos abstractos (la vida, la existencia, la libertad, la justicia, la belleza, el mal...). Así, una pregunta sobre el funcionamiento de los planetas es concreta, tiene una respuesta clara y cerrada (aunque pudiese modificarse con el paso del tiempo). Los conceptos sobre los que se cuestiona la Filosofía suelen estar relacionados con la vida diaria del ser humano, pero resultan difíciles de responder. La filosofía es el intento de dar respuesta a esas preguntas.


Algunos rasgos de este saber son los siguientes:


- Es racional, porque se basa en argumentaciones lógicas y, en menor medida, en observaciones de la experiencia. La filosofía no se limita a señalar que las cosas son de una determinada manera, sino que trata de descubrir por qué son precisamente así. Y, para ello, no se basa en la fantasía, la tradición o la simple observación, sino, fundamentalmente, en demostraciones y reflexiones lógicas.


- Es un saber sistemático, ya que exige que todas sus afirmaciones estén relacionadas y jerarquizadas, de forma que la explicación de cuestiones particulares se base en la de aspectos generales. En filosofía, los conocimientos están ordenados y, dentro de un sistema, por lo que no se admiten incoherencias.


- Es crítico, pues no admite nada sin un examen racional previo y solicita que cualquier conocimiento debe ser revisado y rechazado, si se encuentran razones para ello.

                                      Rembrandt: Filósofo meditando. Museo del Louvre (París).

miércoles, 26 de mayo de 2021

1º de Bachillerato: TEMA 12. ORIGEN Y LEGITIMIDAD DEL PODER POLÍTICO.

1. EL PODER POLÍTICO.
Se podría definir el poder como la capacidad que tiene una persona o un grupo para imponer su voluntad sobre los otros, sobre todo cuando la conducta que se impone es contraria a los deseos o las inclinaciones de aquellos a quienes se les impone.

                  Velázquez: Las lanzas o La rendición de Breda.

 
Como es evidente, el poder impregna todos los ámbitos de nuestra vida (familia, educación, empresa, etc). Allí donde hay un grupo un humano, allí hay poder, pues siempre que hay más de una voluntad, una tiende a imponerse a las otras.


Sería importante no confundir el poder con la manipulación, la extorsión o la violencia. Por ejemplo, no es lo mismo un tirano que obliga a cumplir las leyes bajo amenaza de pena de muerte, que una madre que obliga a su hijo a ponerse un abrigo para que no se resfríe. Se puede decir, por tanto, que hay distintos grados de intensidad y distintas formas en las que se puede dar el poder 


En este tema vamos a ocuparnos del poder político, que es aquel que se da en la organización de la polis, comunidad o sociedad. Este poder, el poder político, es el poder de los que influyen en la administración, el control y la distribución del bien común.


Actualmente, esta función del poder político la lleva a cabo el Estado,
forma de organización política dotada de poder soberano e independiente que integra la población de un territorio, del cual participan también los ciudadanos. Por tanto, en las decisiones de Estado no solo influyen el Gobierno o los partidos, sino que también intervienen los sindicatos, las asociaciones religiosas, las grandes multinacionales, etc., incluso, como ya hemos señalado, la opinión pública en general.

viernes, 2 de abril de 2021

1º y 2º de Bachillerato: Según Kant, ¿hay derecho a mentir?

En su opúsculo titulado Sobre un presunto derecho de mentir por filantropía, el pensador prusiano Immanuel Kant señalaba de manera rotunda y clara que no existe ese presunto derecho a mentir. Ni siquiera por motivos humanitarios y, en concreto, para salvar la vida de un buen amigo.  Se puede decir que estamos ante el ejemplo paradigmático del rigorismo kantiano. Vamos a desarrollar este asunto un poco más. 

 

El texto mencionado es la reacción de Kant al escrito del político y escritor francés Benjamin Constant en 1797 que rezaba lo siguiente: 

El principio moral, por ejemplo, de que decir la verdad es un deber, si se tomase de manera absoluta y aislada, haría imposible toda sociedad. Tenemos la prueba de ello en las consecuencias muy directas que de ese principio ha sacado un filósofo alemán, que llega hasta a pretender que, ante asesinos que os preguntasen si vuestro amigo a quien persiguen se ha refugiado en vuestra casa, la mentira sería un delito. 

Es curioso que en el texto no se cita a Kant, ni existe una cita de Kant con ese ejemplo; sin embargo, Kant se dio por aludido y se dispuso a desarrollar más en profundidad sus tesis de la Fundamentación de la metafísica de las costumbres del año 1785.

La situación que se plantea es muy extrema: Un asesino se presenta en la casa de un individuo y le pregunta por el paradero de otro individuo, el cual va a matar. La víctima está en la casa. Se trata de un buen amigo suyo. ¿Qué debería hacer el dueño de la casa: mentir y señalar que el individuo que busca no se encuentra allí; o decir la verdad y delatar a su amigo? Para Kant no hay duda. El criterio máximo de autoridad es la razón, y sus postulados se presentan como valores universales con una validez para todos los individuos, esto es, exigibles a todos y cada uno de ellos. Así pues, no se debe mentir nunca, en ninguna circunstancia. No hay excusas que disculpen la mentira. Además, la mentira tiene responsabilidades jurídicas y, por supuesto, tiene un carácter absolutamente amoral. 

Kant señala que la mentira nos hace jurídicamente responsables de todas las consecuencias que se deriven de nuestra acción; en cambio, la verdad nos aliviaría de toda consecuencia no prevista. Es por ello que, Kant nos advierte que garantizar que nuestra declaración es absolutamente verdadera es muy complicado, sí podemos al menos asegurar la veracidad de la misma. Dicha veracidad es condición necesaria y suficiente para no mentir. Por tanto, el ser veraz (la sinceridad) es un deber incondicionado. 

Todos los deberes quedan plasmados en la ley, cuya mínima excepción de su cumplimiento la hace inútil. El deber de no mentir también está recogido en las leyes. Así pues, en conclusión, el mentir no solo socava el fundamento mismo del derecho, y por tanto de las leyes; sino que, además, por ello mismo, se perjudica a la humanidad entera, dado que las consecuencias de la mentira serían absolutamente imprevisibles. ¿Estarías de acuerdo con Kant?

domingo, 28 de marzo de 2021

2º de Bachillerato: La ética en Kant

6.3. La ética en Kant.

6.3.1. El formalismo moral kantiano.

Las éticas materiales

Todas las éticas anteriores a Kant eran materiales. Pero, según Kant, a partir de ellas no se puede fundar la universalidad inherente a la ética. De ahí, que proponga una ética formal, vacía de contenido, la única que puede superar las deficiencias de las éticas materiales. Una ética material es una ética con contenido (= materia). Esto significa que:

  • Establece un bien supremo válido para todos los hombres.

  • Establece las normas o preceptos concretos para alcanzar dicho bien supremo. Así, para la ética cristiana, el bien supremo es la felicidad consistente en la contemplación del ser divino en la otra vida, y los medios son cumplir los mandamientos y preceptos de la ley de Dios.

Kant critica estos tres aspectos de las éticas materiales:

  • Las éticas materiales son empíricas; es decir, su contenido se ha extraído de la experiencia y es, por tanto, a posteriori. ¿Cómo sabemos, por ejemplo, que es bueno, en la ética de Epicuro, no abusar de los placeres? Porque la experiencia nos ha demostrado las consecuencias negativas que se siguen de un abuso de los placeres. Para Kant, este es un asunto importante, pues de la experiencia no se puede extraer ningún principio universal, y todo proyecto ético ha de aspirar a la universalidad; es decir, ha de aspirar a proponer normas válidas para todos los seres humanos.

  • Las normas o preceptos de las éticas materiales son hipotéticos y, por tanto, sólo tienen un valor condicional. La ética cristiana, por ejemplo, prescribe la necesidad de no robar o de no matar, pero tales preceptos sólo valen si se acepta esta condición: la de querer ganar la beatífica vida eterna. ¿Qué ocurre si uno no aspira a una vida eterna en el cielo; si prefiere las llamas del infierno o desaparecer totalmente? ¿Qué ocurre si uno no cree que exista otra vida? La consecuencia inevitable es que todos los preceptos cristianos se vienen abajo para él. Todas las éticas materiales presentan la misma condicionalidad. Por ello, a partir de ellas no puede fundarse una ética universalmente válida.

  • Las éticas materiales son heterónomas. Mientras que la autonomía implica que el sujeto se dé a sí mismo la ley, la heteronomía supone que la ley le viene al sujeto desde fuera de la propia razón. Esta característica aparece muy claramente en la ética cristiana; por ejemplo, cuando Dios pide a Abraham que sacrifique a su hijo Isaac.

lunes, 8 de marzo de 2021

2º de Bachillerato: La teoría del conocimiento en Kant

6.2. La teoría del conocimiento en Kant.

Kant frente al racionalismo y al empirismo

Kant se enfrenta a las dos grandes corrientes de la filosofía moderna: el racionalismo y el empirismo, sintetizándolas y, al mismo tiempo, superándolas.

 

Influencia del racionalismo

Coincide con el racionalismo en que el entendimiento es activo y puede producir espontáneamente conceptos sin derivarlos de la experiencia. No comparte, pues, la idea empirista de que nada hay en el entendimiento que no haya pasado antes por los sentidos. No todos los elementos que intervienen en el conocimiento tienen su origen en la experiencia. A tales elementos los denomina elementos a priori y son puestos por el sujeto. También mantiene del racionalismo la creencia en la posibilidad de un conocimiento estricto; es decir, un conocimiento universal y necesario sobre la realidad -aunque, como veremos, reducido al ámbito de lo fenoménico.


Influencia del empirismo

Influido por Hume, Kant llega a la conclusión de que estos conceptos sólo son fuente de conocimiento cuando se aplican a la experiencia sensible. Ésta es el límite infranqueable del conocimiento humano, por lo que no se puede conocer nada más allá de ella. Al mismo tiempo, de la experiencia sólo pueden obtenerse conocimientos particulares y contingentes. Según Kant, sólo podemos conocer fenómenos. Lo que existe más allá del ámbito fenoménico, esto es, del ámbito del que podemos tener experiencia, queda fuera de nuestro alcance. A ese ámbito, que quedaría más allá de nuestra experiencia, Kant lo denomina “noúmeno”.

martes, 2 de marzo de 2021

2º de Bachillerato: Razón ilustrada y Filosofía política, de la religión y de la historia en Kant.

1. Contexto histórico y cultural.

La Ilustración es un movimiento cultural, desarrollado en Europa durante el siglo XVIII, que se caracteriza por la exigencia de confiar en la razón como medio para resolver todos los problemas humanos, tanto político-sociales, como los religiosos.


Se trata, por tanto de una época de optimismo, que trata de conducir al ser humano a la felicidad.


Algunos aspectos importantes de este periodo son las siguientes:
- Época de prosperidad, pero falta libertad.
- La sociedad estamental se desmorona. La burguesía demanda un papel político y social en relación a su riqueza.
- Se critica a la Iglesia, pero no a la religión. Se reivindica más libertad y tolerancia en materia religiosa.
- Despotismo ilustrado: “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”. Regímenes ilustrados: Federico II, El Grande (Prusia).
- Ilustrados más destacados: Locke, Newton y Hume (Inglaterra); Voltaire y Rousseau (Francia); y Kant (Alemania).


2. Características generales.

 
a) Confianza en el poder de la razón (la ciencia) para resolver la
totalidad de los problemas de hombre (Optimismo racional):

- La ciencia es el instrumento idóneo para conocer y dominar la naturaleza, aplicando sus métodos y criterios a la resolución de todos los problemas humanos: económicos, sociales, morales, políticos, religiosos o filosóficos.

- Todo lo que no cabe en el campo de la investigación y la aplicación científica (por ejemplo, las viejas tradiciones, los ritos religiosos, etc.) se tacha de irracional.

b) Confianza en el progreso material y espiritual de la
humanidad:

- Del mismo modo que progresa la ciencia, la humanidad ha de progresar hacia cotas cada vez más altas de racionalización de la vida social, moral y política.
- Las ideas pueden cambiar el mundo.
- La Historia tiene sentido, no ya trascendente, sino mundano, inmanente: construcción de un mundo mejor.


c) Importancia de la autonomía individual y la educación:
- La racionalización del mundo humano comienza por uno mismo, descubriendo y cultivando el poder de la razón.
- El mundo avanzará cuando la mayoría de individuos se decida a pensar por sí mismo (Sapere aude!: ¡Atrévete a saber!: Lema kantiano de la Ilustración) y logre la “mayoría de edad”. Dicha “mayoría de edad” nos hace pasar de ser súbditos dirigidos por otros a ciudadanos libres con respecto a su vida y a la historia.
- La clave del progreso está en la educación.


d) Actitud crítica ante todo lo que no es compatible con el progreso de la razón:
- Los ilustrados se oponen a: los ritos y las tradiciones religiosas, que suponen superstición y fanatismo; la teología y metafísica escolástica, que se basa en especulaciones sin fundamento científico; el Antiguo Régimen, ya que es tiránico y obstáculo para la libertad y el progreso.


3. La razón ilustrada. Características.
La razón ilustrada es la razón científica, esto es, aquella que emplea el método de conocimiento de las ciencias de la naturaleza y establece leyes universales en base a la observación y la inducción.

Sus características son:
a) Limitada por la experiencia: Sin experiencia no hay razón y el innatismo racionalista carece de valor.
b) Autónoma y secular: Todas las leyes y principios racionales han de ser justificados por la razón misma sin apoyarse en la fe o la tradición.
c) Analítica y crítica: Todo ha de someterse al “tribunal de la razón”.
Lo que no supera tal examen, es tachado de dogmático, supersticioso, etc. Kant considerará que la razón debe analizarse críticamente a sí misma. Por ello, su teoría filosófica se denominará: Criticismo kantiano.
d) Universal.

 

4. Mary Wollstonecraft.

Wollstonecraft, filósofa inglesa del siglo XVIII, sostiene en su obra Vindicación de los derechos de la mujer (1792) que las mujeres deben ser educadas racionalmente para poder contribuir cultural e intelectualmente a la sociedad. Hombres y mujeres son iguales y que ambos deben estar sujetos a las mismas leyes morales.

                                                                                                       Wollstonecraft

 

5. Olympe de Gouges. 

Olympe, filósofa francesa del siglo XVIII, escribió la Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana (1791), que defiende la igualdad entre el hombre y la mujer en todos los aspectos de la vida. Abogó a favor del derecho al voto de la mujer y del derecho a poder acceder a la vida política, a poseer propiedades y poder formar parte del ejército.

                                                                                              Olympe de Gouges.


6. La filosofía de Kant.

Kant fue un filósofo alemán nacido en Königsberg en 1724. Es considerado uno de los pensadores más influyentes de la Historia de la Filosofía europea. Es, quizás, junto a Hegel, el último gran pensador de la Filosofía moderna. Muere en el año 1804 en su ciudad natal. 

Su filosofía intenta responder a estas cuatro preguntas: ¿Qué puedo conocer? en su obra Crítica de la razón pura, que analiza la estructura de la razón y es respondida por la metafísica; ¿qué debo hacer? en su obra Crítica de la razón práctica, que está centrada en cuestiones éticas; ¿qué me cabe esperar? en su Crítica del juicio, en la que analiza la estética; y, finalmente, ¿qué es el hombre?, en la que se ocupa de la antropología. Otro texto de interés es Respuesta a la pregunta, ¿qué es la Ilustración?, en la que aborda cuestiones políticas. 

Kant otorga una gran confianza en la razón científica (basada en la experimentación y en la inducción) como medio para liberar a los hombres de la superstición. Se encarga, además, de someter a la razón a un profundo análisis para: 1) establecer los límites y posibilidades de conocer qué es el mundo; y 2) dirigir nuestras acciones morales. 

Su pensamiento está influenciado por el racionalismo, el empirismo de Hume y la teoría política de Rousseau. 


6.1. Filosofía política, de la religión y de la historia en Kant.

Según Kant, la historia de la humanidad progresa según plan preestablecido; aunque los individuos y los pueblos no sean conscientes de ello.  Dicho plan, que tiene una serie de fases, una dirección y una finalidad, tiene como finalidad la plena realización de las disposiciones naturales del hombre: la autonomía racional, la emancipación, la justicia, etc. La realización de este plan no tiene como objetivo el desarrollo del individuo concreto, sino de toda la especie humana. 

¿De qué modo se sirve la naturaleza y la historia para lograr la realización plena de la razón? Mediante la lucha, el conflicto, la contraposición entre los hombre, debido a su insociable sociabilidad: el afán de instituir sociedades y permanecer, no obstante, aislados. Esta lucha empuja al hombre a superarse y a desarrollar su racionalidad y su sentido moral y político. En definitiva, el hombre debe construir formas nuevas de sociedad con las que pueda superar dicha discordia, armonizando libertad y coerción.  De esta tensión se genera el Estado de derecho en el que puedan desarrollarse todas las disposiciones humanas. 

¿Cuál es el Estado social ideal? Una sociedad civil en la que la libertad de cada individuo sea compatible con la libertad de los demás. El Estado de derecho se sostiene sobre la división de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) y sobre tres principios: libertad ( fundamento de la moral, el derecho y la política), igualdad (en cuanto súbditos sometidos a la ley) y autonomía (de cada ciudadano, considerado colegislador). 

En último término, el objetivo del Estado de derecho es tratar de instaurar una paz perpetua como presupuesto destacado para el progreso de la historia humana. Kant aboga por una asociación política de Estados que garantice un orden internacional justo, en base a las guerras que entre ellos se producen. Dicha paz perpetua se establece en base a tres condiciones: 

1) La constitución civil de todo Estado debe ser republicana, esto es, representativa de la voluntad general. 

2) La unión pacífica se basará en una federación de Estados libres. 

3) Deberá establecerse un derecho internacional cosmopolita basado en la "hospitalidad universal", en el que el extranjero es considerado como un ciudadano universal. 

Finalmente, en cuestiones religiosas, Kant aboga por una "religión racional", esto es, aquella que hace coincidir con «el cumplimiento de todos los deberes humanos como mandamientos divinos». No se trata, por tanto, de una religión basada en la superstición o en los milagros, sino que estaría compuesta de una «comunidad ética» de «hombres bienintencionados». Esta sería la religión de los hombres ilustrados.

jueves, 18 de febrero de 2021

2º de Bachillerato: TEMA 8: Las teorías contractualistas sobre el origen del Estado

1. El contrato social. 
 
Frente a las teorías, por ejemplo, anarquistas, que consideran que el Estado es innecesario e indeseable; la mayor parte de los pensadores consideran que el Estado es imprescindible en base a dos razones:

a) El Estado limita y controla los brotes de violencia, esto es, aporta una estabilidad social.

b) Además, promueve el bien común. Por ejemplo, lleva a cabo obras públicas, la defensa común , protección del medio ambiente, sanidad, educación, etc.

Algunas de las teorías que defienden la necesidad del Estado se conocer como teorías contractualistas. El contractualismo es un movimiento filosófico de finales del siglo XVII y XVIII, generado en Inglaterra primero y Francia después, que propone regímenes políticos basados en la igualdad natural de los seres humanos, la ausencia de privilegios, la libre distribución de la riqueza (en base a méritos individuales) y la adscripción del poder político al pueblo, el cual lo ejerce a través de sus representantes y en vistas al bien común.


 

Los representantes más destacados y sus obras son:
 

Thomas Hobbes: Filósofo inglés considerado uno de los fundadores de la filosofía política moderna. Su obra más famosa es Leviatán (1651), donde sentó las bases de las teorías contractualistas.

John Locke: Filósofo y médico inglés. Considerado uno de los primeros pensadores del empirismo inglés y "Padre del Liberalismo clásico". Su gran tratado contractualista se titula:  Dos tratados sobre el gobierno civil (1690)

Jean-Jacques Rousseau: Filósofo suizo. Crítico con los pensamientos de Hobbes y Locke, ya que
los sistemas políticos basados en la interdependencia económica y el interés propio conducen a la desigualdad, el egoísmo y, en última instancia, a la sociedad burguesa. Su gran tratado contractualista es El contrato social (1762).

 
Todas estas teorías presentan puntos en común:

1) Parten de un hipotético “estado de la naturaleza” (sin leyes ni política)