Lo distintivo de la ciencia, tal y como afirma el profesor Lee McIntyre en su obra titulada La actitud científica. Una defensa de la ciencia frente a la negación, el fraude y la pseudociencia (Cátedra, 2020), es "la actitud científica en cuanto concierne a la evidencia empírica" (pág. 24). Es evidente que para hacer ciencia hay que dejar al margen nuestra ideología, creencia y deseos, pues no tienen ninguna relevancia a la hora de mostrar la evidencia científica. La ciencia tiene un carácter especial. Todo científico está dispuesto a modificar sus teorías en función de la evidencia.
Frente a la ciencia se alzan los negacionistas y las pseudociencias que anteponen la mentira, la manipulación y la corrupción con respecto a la evidencia científica. Ejemplo claro de ello es el movimiento negacionista del cambio climático en Europa (además de Estados Unidos), los negacionistas de la COVID-19 y la utilidad de las medidas como el uso de mascarillas o el confinamiento o los negacionistas de las vacunas, entre otros. El movimiento negacionista prima intereses económicos, religiosos y políticos frente a los hallazgos científicos. Su interés es "desafiar a la ciencia mediante la financiación y promoción de investigaciones cuestionables con el fin de anegar los canales de noticias de tal manera que se genere una apariencia de controversia científica donde no existe ninguna" (pág. 223). En algunos casos, son algunos científicos los que traicionan la actitud científica; en la mayoría de los casos, son aquellos que están fuera de la ciencia y buscan negar los resultados científicos que no se ajusten a sus creencias ideológicas. Se aprovechan, con un gran cinismo, de la ignorancia de los demás para obtener un beneficio propio. Las redes sociales son el hábitat adecuado para hacer proliferar dichas tesis negacionistas. Estos grupos buscan grupos que respalden y refirmen sus prejuicios.
El profesor McIntyre hace una alegato en favor de valorar la ciencia en su último capítulo del libro. Nos muestra que el éxito de la ciencia no radica en su método, sino en su actitud. Una actitud que mantiene como prioridad la evidencia empírica para aproximarnos a la "verdad", además de contar con una teoría que la justifique. Efectivamente, para McIntyre, "no hay mejor manera de entender el mundo empírico que confrontar nuestras hipótesis con los datos de la experiencia" (pág. 300).
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