jueves, 27 de junio de 2024

Materiales para la XII Olimpiada filosófica de España: Los cuidados. Curso 2024/2025

Cuidar es esencial. Los cuidados son todas aquellas conductas dirigidas a cubrir una necesidad, ya sea emocional o física. Es evidente que las personas somos seres vivos vulnerables e interdependientes. Nacemos con una fragilidad extrema que requiere cuidados. Tardamos un año en levantarnos, dos en comunicarnos mediante el lenguaje y cuatro en poder vestirnos solas para protegernos del frío. Nuestra vulnerabilidad y dependencia son la razón por la que vivimos en comunidad. Para sobrevivir, dependemos del tiempo, los trabajos y los afectos que otras personas nos dedican. La infancia, la vejez y los momentos de enfermedad requieren cuidados físicos específicos y más intensivos, las personas necesitamos afectos y atención emocional de manera permanente, incluso cuando somos adultas sanas e independientes. Hay que pensar en la necesidad de cuidados no como una situación de excepcionalidad, sino como una característica inherente a la naturaleza humana, en que todos y todas tenemos el derecho, pero también el deber, de recibir y proveer cuidados. 

Pero no podemos olvidar la atención y el cuidado a uno mismo, que promuevan la salud y la prevención de enfermedades con o sin la ayuda de profesionales. 

Además, no podemos olvidar el cuidado de nuestro entorno, como puede ser el medio ambiente. Cualquier organismo obtiene del medioambiente el sustento necesario para garantizar su supervivencia, no solo alimento, sino, también, refugio, aire o energía. Por eso, mantener su equilibrio resulta fundamental para asegurar la vida tal y como se conoce hoy en día. En el caso de los seres humanos, precisamos del consumo de gran cantidad de recursos naturales para comer, vestirnos o, incluso, para fabricar herramientas y otros productos que luego utilizamos en nuestras actividades diarias. Cuidar el ecosistema para hacer sostenible el uso de estos recursos y evitar su desaparición no es, por lo tanto, una filosofía simplemente bondadosa en relación con el planeta en el que vivimos, sino que nos va nuestra propia vida en ello.

 

Algunos materiales interesantes para analizar esta cuestión acompañados de algunas cuestiones sugerentes añadidas por mí

LIBROS: 

Camps, V. (2021), Tiempo de cuidados. Otra forma de estar en el mundo, Barcelona, Arpa.

La ética del cuidado se ha convertido en un tema central y perentorio a raíz de la pandemia de la covid-19. Un virus nos ha obligado a aceptar limitaciones que nunca hubiéramos imaginado, nos ha hecho un poco menos arrogantes y seguros de nosotros mismos. En el ámbito de la teoría, esta toma de conciencia debería conducir a un cambio de paradigma o de marco mental, capaz de equilibrar razón y sentimiento, en el ejercicio de la tan manoseada «inteligencia emocional», cuyas aportaciones prácticas no siempre son evidentes. Hay que reconocer que existe un derecho a ser cuidado y un deber de cuidar que no admite excepciones, que afecta a todo el mundo y cuya responsabilidad ha de ser asumida individual y colectivamente.

Tiempo de cuidados se propone acallar las voces que aún se resisten a colocar el cuidado en un lugar prominente, contraponiéndolo a la justicia. Ambos son valores complementarios, pues las categorías anejas al cuidado rompen la concepción binaria del género que el feminismo aún no ha conseguido sustituir. Privilegiar categorías masculinas —yo, razón, mente— en detrimento de otras consideradas femeninas —las emociones, el cuerpo, las reciprocidades—, o mantener esa división binaria que distribuye las funciones de cada género, implica mantener el patriarcado y debilitar la democracia. Como dice Carol Gilligan: «En un contexto patriarcal, el cuidado es una ética femenina; en un contexto democrático, el cuidado es una ética humana».

¿Existe o debería existir un derecho a ser cuidado? ¿Hay o debería haber un deber de cuidar? ¿Estos derechos y deberes deben ser asumidos de forma individual y/o colectivamente?

 

Han, B. C. (2021), La sociedad paliativa, Barcelona, Herder.

En la actualidad, la positividad de la felicidad desbanca a la negatividad del dolor, y se extiende al ámbito social. Al expulsar de la vida pública los conflictos y las controversias, que podrían provocar dolorosas confrontaciones, se instaura una posdemocracia, que es en el fondo una democracia paliativa.

En la actualidad vivimos en una sociedad que ha desarrollado una fobia al dolor, en la que ya no hay lugar para el sufrimiento. Este miedo generalizado se refleja tanto en lo personal como lo social, e incluso en la política. El imperativo neoliberal «sé feliz», que esconde una exigencia de rendimiento, intenta evitar cualquier estado doloroso y nos empuja a un estado de anestesia permanente.

Como en La sociedad del cansancio, Byung-Chul Han parte del supuesto de que en Occidente se ha producido un cambio radical de paradigma. Las sociedades premodernas tenían una relación muy íntima con el dolor y la muerte, que enfrentaban con dignidad y resignación. Sin embargo, en la actualidad, la positividad de la felicidad desbanca a la negatividad del dolor, y se extiende al ámbito social. Al expulsar de la vida pública los conflictos y las controversias, que podrían provocar dolorosas confrontaciones, se instaura una posdemocracia, que es en el fondo una democracia paliativa.

¿Por qué se ha desarrollado actualmente un fobia al dolor? ¿Por qué no hay lugar para el sufrimiento?   ¿La positividad de la felicidad ha desbancado a la negatividad del dolor?


Boff, L. (2012), El cuidado necesario, Madrid, Trotta.

Cuidado y sostenibilidad caminan de la mano, amparándose mutuamente. Si no hay cuidado, difícilmente se alcanzará una sostenibilidad que se mantenga a medio y largo plazo. Son los dos pilares básicos que sustentan la necesaria transformación del modo de habitar la Tierra. Pero sostenibilidad y cuidado no podrán afirmarse si no van acompañados de una revolución espiritual.

Contra lo que afirman escépticos y secularistas, la espiritualidad no es monopolio de las religiones. Ser espiritual es despertar a la dimensión más profunda que hay en el ser humano y que le hace sensible a la solidaridad, la justicia y la fraternidad. Este libro enfatiza fuertemente ese momento de espiritualidad, no porque su autor venga originariamente de la teología, sino porque, como ser humano, se da cuenta de la urgencia y la necesidad de cuidar de todas las cosas, de la vida y de la Tierra, pero principalmente de la espiritualidad humana.

Partiendo de la construcción del concepto de cuidado y de la aclaración de sus fundamentos cosmológicos y antropológicos, Leonardo Boff desarrolla el nuevo paradigma del cuidado de sí mismo y de los otros, del cuerpo, de la psique y del espíritu?, tratando en particular del cuidado en campos como la medicina, la enfermería y la educación.

¿Vivimos en una sociedad ecosostenible? ¿Procuramos cuidados al medio ambiente?

 

Cadahia, L. (2024), República de los cuidados, Barcelona, Herder. 

¿Es posible proyectar un nuevo pacto humanista en los términos de una república feminista y plebeya? El avance de las extremas derechas globales, la emergencia climática y la destrucción de los pactos democráticos del siglo XX conforman un escenario político que exige un profundo ejercicio de agudeza intelectual para quienes desean construir sociedades más justas, libres e igualitarias. Gracias a un trabajo de rigor filosófico y compromiso político en el que conviven autores tan diversos como Vico, Hegel, Foucault, Gramsci, Heidegger, Bertomeu, Segato, de Martino o Mariátegui', Luciana Cadahia articula un abanico de problemas relacionados con la organización popular, los afectos, la república, el populismo, la naturaleza y los cuidados, orientados por una inquietud singular: ¿es posible proyectar un nuevo pacto humanista en los términos de una república feminista y plebeya? República de los cuidados procura dar cuenta de este interrogante, a la vez que refuta falsas dicotomías, clichés y diversos atolladeros de la filosofía actual, que establecen una oposición insalvable entre las teorías republicanas, populistas y feministas. Vislumbra, mediante una intervención intelectual sin concesiones, una imaginación política del futuro.

¿Es posible proyectar un nuevo pacto humanista en los términos de una república feminista y plebeya?

 

Pelluchon, C. (2024), Ética de la consideración, Barcelona, Herder.

¿Por qué tenemos tantas dificultades para cambiar nuestros estilos de vida cuando nadie puede negar que nuestro modelo de desarrollo tiene un impacto destructivo a nivel ecológico y social, por no hablar de la intensidad de la violencia infligida a los animales?

Para Corinne Pelluchon, la superación de este desafío pasa por cerrar la brecha entre la teoría y la práctica mediante el desarrollo de una ética de la virtud. En lugar de centrarnos en los principios o consecuencias de nuestras acciones, la autora se interesa por nuestras motivaciones concretas; por las representaciones y afectos que nos empujan a actuar. ¿Qué rasgos morales pueden ayudarnos a disfrutar de hacer el bien, en lugar de estar constantemente divididos entre la felicidad y el deber?

La ética de la consideración bebe de las morales antiguas, pero rechaza su esencialismo y se asienta en la humildad y la vulnerabilidad. La autora define la consideración como transdescendencia: un movimiento de profundización que permite al sujeto experimentar el vínculo que lo une a otros seres vivos y transformar la conciencia de su pertenencia al mundo común en un conocimiento y compromiso vividos.

Pelluchon, lejos de dejar al lector a merced de una nueva ética, describe en este libro las etapas por las que la ética de la consideración puede llegar a convertirse en una actitud global.

¿Por qué tenemos tantas dificultades para cambiar nuestros estilos de vida cuando nadie puede negar que nuestro modelo de desarrollo tiene un impacto destructivo a nivel ecológico y social, por no hablar de la intensidad de la violencia infligida a los animales? ¿Qué rasgos morales pueden ayudarnos a disfrutar de hacer el bien, en lugar de estar constantemente divididos entre la felicidad y el deber?


Groys, B. (2022), Filosofía del cuidado, Argentina, Caja Negra. 

Vivimos en una cultura que tiende a tematizar los cuerpos de deseo y a ignorar los cuerpos del cuidado. Que nos repite que tenemos la responsabilidad de preservar nuestros cuerpos pero que estigmatiza a aquellos que no pueden valerse por sus propios medios. Cuidar de los otros o de uno mismo es considerado un trabajo improductivo y, sin embargo, es el más importante y necesario. Todo lo demás depende de eso: el sistema social, económico y político, que trata a la población como una fuente de energía renovable, necesita de nuestro compromiso con la salud para garantizar su funcionamiento.

Más allá de la fuerza que adquirió esta cuestión en la actualidad, la noción del “cuidado” se nutre de una larga tradición filosófica. Aquí Boris Groys visita algunos de sus más notables episodios tomando a Platón como punto de partida, pasando por los aportes de Hegel, Heidegger, Bataille y Foucault para llegar al ruso Alexander Bogdanov. Las preguntas centrales que lo guían son: ¿quién encarna al sujeto del cuidado? ¿Debemos velar por nosotros mismos o confiar esta tarea a los otros, al sistema médico o a las instituciones estatales? Cada posición teórica nos propone relaciones distintas entre conceptos tales como “dependencia” y “autonomía” o “control” y “libertad”, que ante la crisis del covid-19 adquirieron una centralidad inusitada.

Puede leer un fragmento de este libro. 

¿Se ignora hoy en día a los cuerpos del cuidado, es decir, las personas que necesitan cuidados? ¿Cuidar de los otros, o de uno mismo, es un trabajo improductivo? ¿Quién encarna al sujeto del cuidado? ¿Debemos velar por nosotros mismos o confiar esta tarea a los otros, al sistema médico o a las instituciones estatales?


ARTÍCULOS: 

- Busquets, M. (2019). DESCUBRIENDO LA IMPORTANCIA ÉTICA DEL CUIDADO. Folia Humanística, (12), 20–39. https://doi.org/10.30860/0053

- Hernández-Montaño Omenat, R. (2023), "Una ética del cuidado de sí, del otro y del mundo. Una propuesta didáctica en la radio para favorecer el pensamiento crítico", en Pensar Juntos, número 7. 

- Ramos, S. (2011), "La ética del cuidado: valoración crítica y reformulación", en Revista Laguna, 29; octubre 2011, pp. 109-122; ISSN: 1132-8177.


OBRAS DE ARTE: 

Edvard Munch:  El grito. Museo Munch (Noruega).

La obra de Munch transmite angustia y agonía, mientras que el mundo que lo rodea se deforma. Partiendo desde el plano individual que representa el dolor de vivir, el autor quiere abarcar a la humanidad entera. La indiferencia de las personas del fondo contrasta con el grito inhumano y todos los sentimientos oscuros que representa la desesperación y el desconcierto. 

¿Es normal sentir ansiedad? ¿El miedo es libre? ¿Cómo cuidar a las personas que sienten miedo o ansiedad? ¿Cómo cuidar del mundo que me rodea?


Jacob Jordaens: Know Thyself: Youth between Vice and Vertu. Musée des Beaux-Arts, Rennes.

El lema nosce te ipsum en la inscripción del pórtico del Templo de Apolo en Delfos también aparece en la obra del pintor barroco flamenco Jacob Jordaens titulada Know Thyself: Youth between Vice and Vertu. En dicha obra se observa una escena de interior en la que vemos a una joven que se está peinando. Junto a ella un individuo, quizás su padre, que porta un reloj que le muestra a la joven advirtiendo, o eso pare-ce, que la joven debe darse prisa en terminar de engalanarse. Junto a ellos aparece la figura de un bufón de la corte, según su vestimenta, que sujeta un espejo en la que la joven se mira. Y en la parte superior del cuadro se observa un emblema en neerlandés que procede del lema latino nosce te ipsum - conócete a ti mismo-. Este lema instaba a que, antes de rogar al Dios en el Templo de Apolo, el visitante hiciera una reflexión sobre sí mismo. Así pues, en base al sentido de dicha inscripción, la intención de Jordaens difiere de lo que aparentemente la escena nos muestra. El bufón no es solamente la persona que está dentro de palacio y que provoca situaciones divertidas, sino que es la representación del loco, aquel que asume con entereza la realidad y aconseja sabiamente a la joven a ocuparse de otros menesteres.
 
¿Te ocupas de ti habitualmente? ¿Cuidas tu alimentación? ¿Cuidas tus horas de sueño? ¿Te cuidas haciendo ejercicio? ¿Realizas hábitos poco saludables (beber alcohol, fumar, consumo comida rápida, paso excesivo tiempo sentado...)?

 

 Jeff Koons: Easyfun-Ethereal. Deutsche Guggenheim, Berlin.

En la serie de imágenes del escultor estadounidense Jeff Koons titulada Easyfun-Ethereal se muestran objetos habituales y conocidos como, por ejemplo, pelucas, granos de maíz, etc., junto a órganos humanos muy reconocibles, que se arremolinan formando un auténtico caos, evidenciando una sensación de exceso, diversión y fantasía a partes iguales. Estas imágenes son una crítica a la cultura del consumo, que es precisamente en lo que se ha convertido nuestra sociedad, que cosifica también a los seres humanos que no son yo, inhabilitando toda posibilidad de comunicación y, por tanto, de cuidado, con aquel que es distinto de uno mismo.

¿Cuidar de los demás es cuidar de uno mismo? ¿Es valioso cuidar de los demás? ¿Cuidar de los demás aporta satisfacción y afecto?

 

René Magritte: The lovers. Museo de Arte Moderno de Nueva York (Estados Unidos).


El pintor belga René Magritte presenta en su obra The lovers la escena de dos personas sin identidad que se besan tras dos velos húmedos. Entre sus múltiples interpretaciones dadas, resulta filosóficamente revelador entender esta obra en clave de alteridad del yo con los otros. En efecto, la sociedad del consumo inhabilita toda posibilidad de conocer al otro, así como su cuidado, a pesar de la intimidad de la habitación o, incluso, el hecho mismo del beso. Sin embargo, desde la infancia, el ser humano es consciente de que ha recibido atención y cuidados desde la infancia. En definitiva, somos seres vulnerables que necesitamos de la comunidad humana para desarrollarnos; y, se espera, de igual modo, que el individuo preste esos cuidados a otros.
 
¿Los seres vulnerables necesitan cuidado? ¿Cómo aportamos cuidados a los que lo necesitan? 
 
 
PELÍCULAS:

Intocable, de Olivier Nakache (2011)

Philippe, un aristócrata millonario que se ha quedado tetrapléjico a causa de un accidente de parapente, contrata como cuidador a domicilio a Driss, un inmigrante de un barrio marginal recién salido de la cárcel. Aunque, a primera vista, no parece la persona más indicada, los dos acaban logrando que convivan Vivaldi y Earth Wind and Fire, la elocuencia y la hilaridad, los trajes de etiqueta y el chándal. Dos mundos enfrentados que, poco a poco, congenian hasta forjar una amistad tan disparatada, divertida y sólida como inesperada, una relación única en su especie de la que saltan chispas.

 

 

 

 

Los principios del cuidado, de Rob Burnett (2016)

Ben es un escritor retirado que decide dedicarse a cuidar enfermos tras pasar una tragedia personal. Después de 6 semanas de formación, conoce a su primer cliente, Trevor, un deslenguado chico de 18 años con distrofia muscular. Al poco tiempo, se embarcan con sus parálisis respectivas, uno emocional y el otro físico, en un viaje improvisado a todos los sitios que más le han llamado la atención a Trevor en las noticias de la televisión, entre los que destaca especialmente el «Hoyo más profundo del mundo».

 

 
 
 

Campeones, de Javier Fesser (2018)

La filmografía de Javier Fesser ha ido dando saltos entre la comedia y el drama. Y es a través de la sonrisa, como mejor nos describe el drama de la vida, aportándonos otro punto de vista de las personas con discapacidad intelectual. Porque, ante todo, son personas como cualquier otra que necesitan afecto, cariño y que la sociedad los acepte tal y como son.

Sinopsis: Marco, un entrenador profesional de baloncesto desempleado, debe entrenar a un equipo compuesto por personas con discapacidad intelectual por haber conducido ebrio. Lo que comienza como un reto difícil se acabará convirtiendo en una lección de vida.

 

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