Can’t Help Myself
Sísifo 2.0
Sun yuan y Peng Yu, junto a dos ingenieros robóticos, diseñaron una serie de 32 movimientos que la máquina tendrá que ejecutar. Los movimientos fueron llamados, "rascarse una picadura", "inclinarse y sacudir" o "sacude el culo", entre otros, reflejando así la intención de los artistas de animar al robot. La máquina parece adquirir consciencia y parece haberse transformado en un ser viviente que ha sido capturado y confinado en cuatro paredes de cristal.2
Encima del cubo hay unos sensores de reconocimiento que miden si el líquido forma un círculo perfecto y si hay visitantes alrededor. El brazo robótico no solo trabaja, sino que saluda a los visitantes y se sacude, entre otras interacciones. Esto lo hace incluso más familiar a los visitantes.
Durante los años, se ha ido viendo como la actitud de la máquina ha ido decayendo. Comenzó en 2016 con unos movimientos ágiles y vivaces, y en 2019, el brazo se ha oxidado y manchado con pintura de hace tres años. Además, sus movimientos son lentos, apagados y sus interacciones ahora son negaciones de cabeza, desesperación y cansancio.
En cuanto su significado y simbología, sus creadores no han querido pronunciarse al respecto. Muchos visitantes han dicho que el líquido se asemeja a la sangre pero los creadores señalan que la obra no está basada en el simbolismo y está abierta a la interpretación.
La gente sentía compasión por la máquina, algunos se veían identificados y otros sentían pena por ella. Cada uno le daba un significado pero todos coincidían en el dolor que sentían al ver al brazo ejecutar una tarea interminable.