lunes, 20 de julio de 2020

La necesidad de la Filosofía en la Educación

Recupero aquí el artículo que me publicó la revista de educación titulada Inédita en el año 2014 sobre el papel de la Filosofía en la educación. Hoy en día estamos pendientes de la nueva Ley educativa y el papel de la Filosofía en la misma. Según se recoge en el Proyecto de Ley del Ministerio de Educación y Formación Profesional, las materias de Filosofía e Historia de la Filosofía estarían encuadradas en el grupo de materias comunes para todo el Bachillerato (y no en una modalidad exclusivamente), que sería un cambio positivo con respecto a la LOMCE; sin embargo, no queda tan clara la situación de una materia de ética filosófica de forma obligatoria,  aunque se puede leer en el Proyecto: “En uno de los cursos de la etapa, todo el alumnado cursará la Educación en Valores cívicos y éticos, que prestará especial atención a la reflexión ética e incluirá contenidos referidos al conocimiento y respeto de los Derechos Humanos”. Lo ideal sería, tal y como defiende la REF, un ciclo obligatorio de tres años de Filosofía (Ética en 4º de ESO, Filosofía en 1º de Bachillerato e Historia de la Filosofía en 2º de Bachillerato), que fue lo que se acordó en el Congreso de los Diputados, en su Comisión de Educación, de forma unánime

https://2.bp.blogspot.com/-hkee36j_5Pg/VGXzmySYdeI/AAAAAAAADgU/zf1gKuvg3EA/s1600/EL%2BPENSADOR%2B.4.jpgLa necesidad de la Filosofía en la Educación. 

El anteproyecto de la LOMCE, publicado a principios de Diciembre de 2012, supone un recorte drástico de la formación ética y filosófica en los currículos de Educación Secundaria y Bachillerato. En concreto, se eliminan dos de las tres materias obligatorias de carácter filosófico que existen actualmente en las etapas educativas mencionadas: La "Educación Ético-Cívica" de 4º de la ESO y la "Historia de la Filosofía" de 2º de Bachillerato, que queda relegada a asignatura específica, junto a quince asignaturas más, en función de la regulación y de la programación de la oferta educativa que se establezca en cada Administración educativa y la ofertas de los centros docentes. Tan sólo quedaría indemne, como materia obligatoria, la asignatura de "Filosofía" de 1º de Bachillerato.

Ante este devastador panorama, muchos profesores, alumnos, colectivos y agrupaciones del ámbito filosófico han salido en defensa del papel que juega la Filosofía en nuestras aulas. Así, los Decanos de las Universidades estatales han catalogado este hecho sin precedentes como "el recorte más duro e injustificado que sufren los estudios de Filosofía en toda la historia de la democracia española y destruye lo que ha sido un pilar básico del sistema educativo español durante las tres últimas décadas".


Bajo esta perspectiva, algunas preguntas quedan el aire: ¿No interesa a los políticos que el pueblo tenga una formación filosófica? ¿No quieren que los alumnos razonen de forma autónoma? El pensador griego Aristóteles (384- 322 a.C.) comenzada así su obra denominada Metafísica: "Todos los hombres por naturaleza desean saber". En efecto, la Filosofía nace de la curiosidad, de la admiración, en definitiva, del querer conocer. Desde nuestra más tierna infancia, hasta nuestros últimos pensamientos, es inherente a la condición humana el querer saber y plantearse constantemente preguntas que hacen referencia a las cuestiones últimas del Ser humano. No es menos cierto también que, hoy en día, la Filosofía atraviese una de sus crisis más acuciantes. Una crisis que se aborda desde la óptica de la enseñanza. Dicha crisis la comparte con el resto de las humanidades regladas en la enseñanza (Lengua, Historia, etc.), debido al crucial momento histórico-social en que nos encontramos con una cultura general volcada hacia la ciencia y la técnica como máximos exponentes. Aún así, la Filosofía hoy no ha perdido su vigencia y, trasformada en diversas ramas de la filosofía, se encarga de regular diversos aspectos sociales actuales. Ésta es, precisamente, la función de la Filosofía que se pretende resaltar en el marco histórico-social que nos encontramos. Por tanto, la defensa de la Filosofía que se debe ejercer hoy no es vacua de contenido, sino colmada de argumentaciones que fijan los pilares del razonamiento filosófico presente.

El célebre filósofo griego Sócrates, persuadido por el dios de Delfos, se encargaba de recorrer la ciudad con las miras puestas en la búsqueda de la virtud y la sabiduría, como las posesiones más nobles de su alma entre sus conciudadanos de Atenas. Aquél se presentaba en el Ágora, la plaza pública de la polis griega y centro de comercio, cultura y política de la sociedad griega de la Antigua Grecia, en búsqueda de aquellas virtudes al establecer diálogo e intercambiar ideas. En efecto, la Filosofía nace con la intención de tener una incidencia directa sobre la sociedad y la cultura en la que se ciñe. En cambio, la realidad que vive la Filosofía actual poco o nada tiene que ver con aquella intención inicial. Hoy, sin dudas, la Filosofía está sometida a una crisis de índole externo, debido en buena medida a la sociedad de índole económico y tecnológico en la que se inserta, que obliga al saber filosófico a redefinir permanentemente cuáles son los bienes que produce a la sociedad. Por otro lado, la propia Filosofía también padece una crisis de tipo interno, acuciada aún más si cabe por la crisis externa, que le insta a no centrarse en los problemas que le son más propios, por ejemplo, el lugar del hombre como ser inmerso en una sociedad. Todos estos problemas han dificultado el papel de la Filosofía en la sociedad actual, apartándola a la marginalidad, cuando no a su extinción.

Sin embargo, la Filosofía ha sabido redefinirse en cada periodo histórico en función de las necesidades que las circunstancias le exigían. La Filosofía se ocupa del presente, esto es, de los conflictos que emergen en cada contexto histórico-social. La Filosofía, por tanto, integra las disputas contemporáneas, se reconcilia con su problemática y, de forma directa, se ocupa de ellas.

Los problemas de los que se hace eco la Filosofía actualmente son diversos, por ejemplo, la ética en la clonación de células, el consumismo y la publicidad, la censura, el aborto, los límites de la fuerza policial ante sus ciudadanos, etc. Pues bien, otro ejemplo de dicha integración, reconciliación y labor del papel de la Filosofía en conflictos vigentes podemos encontrarlo en los derechos y deberes que tenemos (o debemos tener) todos los que hoy en día utilizamos distintos foros de discusión que las nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación nos permiten. En efecto, en la World Wide Web (www) o Red informática mundial, ¿está vigente la Declaración Universal de los Derechos Humanos? De no ser así, ¿quién debería ocuparse de establecer los Derechos Humanos del Ciberespacio? Este problema actual es conocido con el nombre de la “Gobernaza en Internet”, que aparece hoy como un aspecto problemático debido a la proliferación de empresas privadas que manejan buena parte de los servicios que presta la Red de redes. Las consecuencias derivadas de este hecho son las siguientes: Por un lado, aquellas personas que posean los recursos económicos necesarios, tendrán la posibilidad también de ser “ricos” en información; en cambio, por otro lado, aquellas personas más desfavorecidas y con menos recursos económicos se verían imposibilitadas ante los avances tecnológicos y, consecuentemente, serían “pobres” en información. Se anuncia necesaria, como hemos apuntado, una regulación de los Derechos Humanos que se poseen en el Ciberespacio. En 1997 se redactó una propuesta de Declaración de los Derechos Humanos en el Ciberespacio, basada en los principios que inspiran la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas de 1948. Se trataría de una serie de propuestas que tratan de poner las bases para la defensa de los Derechos Humanos en el mundo virtual. En ellas se buscan crear un entorno virtual donde se garantice el ideal de vida humano. No son más que la prolongación de los Derechos fundamentales de las Naciones Unidas de 1948, pero aplicados al ámbito online con sus inevitables consecuencias. Esencialmente se encargaría de velar por la garantía de libertad de expresión en el Ciberespacio, así como la posibilidad de crear un espacio común de acceso y participación de las minorías étnicas en Internet. Con ellos se intenta que proveedores de servicios, usuarios individuales, organizaciones privadas e instituciones públicas se encarguen de promover el respeto por estos derechos y libertades en la Sociedad de la Información. Tales derechos y libertades son abordados, de forma directa, como no puede ser de otro modo, por la Filosofía actual.

El ejemplo presentado para defender el papel de la Filosofía hoy no es baladí. Posiblemente Internet sea la estructura social que más favorece la participación y la democratización de todas las personas con independencia de su raza, color, sexo, idioma, religión u opinión. En este siglo XXI, las guerras han dejado de ser físicas para poder trasladarse a escenarios virtuales. Ha cambiado conceptos como el de invasión o esclavitud. Ya no será necesario el uso de la fuerza para dominar a las personas. Lo que sí esta permitido es “vender” una atractiva publicidad que “colonice” las conciencias por medio del uso de las nuevas tecnologías. De esta manera, los mecanismos de dominación y de limitación de los Derechos Humanos que aparecen en el ciberespacio tienen más relación con la limitación del acceso a las condiciones necesarias (ya sean técnicas, económicas o culturales). Ello imposibilita el desarrollo de formas más avanzadas de participación pública, de intercambio y libre expresión de https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6lLrsjStA9gntWpiV64YRHRjH5g1zzprEs5JXqYsHjyCyYbeL-QwwhY7-kjJsUX-D1J1YNo6-4JXzQB2EEdupAtPQ1MC9AboQMhzHIZzBnqkzIL-Yz_EByBUXxM8ZA87FVz3BQIM8RZWH/s1600/cuadro_gral.jpgideas y creencias. Las fronteras dejan de ser barreras impermeables, ya que son franqueadas por satélites y cables que transportan el “conocimiento” a cualquier rincón del mundo y pasan a poder ser vulneradas por cualquier usuario de las autopistas de información desde cualquier lugar del mundo. Eliminado el libre acceso a la tecnología se suprime de raíz cualquier tipo de libertad de opinión y expresión. Por ejemplo, la prohibición expresa del uso de antenas parabólicas en algunos países islámicos es una muestra más del miedo a que las nuevas tecnologías transporten nuevas ideas a las conciencias islámicas que hagan tambalear sus firmes creencias.

La Filosofía, sí. La Filosofía es la herramienta reguladora de conflictos actuales como el presentado en las líneas precedentes. La Filosofía es crítica del presente, esto es, se ocupa de la reflexión de los problemas vigentes. Sapere aude! (¡Atrévete a saber!), proclamaba el pensador prusiano Immanuel Kant en 1784. ¿Acaso no es necesario hoy que nuestros alumnos reflexionen? ¿No quieren que sean libres de pensamiento? ¿Libres, al menos, para pensar su libertad? Por la manifestación de la reflexión y la apropiación de valores éticos y morales adecuados resulta, aún más, necesaria la presencia de la Filosofía en los tres últimos cursos de Educación Secundaria (4º de ESO, 1º y 2º de Bachillerato) con independencia de la Ley educativa vigente o el signo político que ostente el poder del Gobierno de la nación.



Bibliografía:

ARISTÓTELES (1998). Metafísica. Madrid: Editorial Gredos.

COLLI, Giorgio (2005). El Nacimiento de la Filosofía. Barcelona: Tusquets editores.

KANT, Immanuel (2004). ¿Qué es la Ilustración?. Madrid: Alianza Editorial.



Recursos electrónicos: 
Anteproyecto de la LOMCE: http://www.magisnet.com/pdf/Lomce-3-12-12.pdf [Consulta: 24 de Diciembre de 2012]

Comunicado de prensa de la Conferencia española de Decanos de Filosofía: http://sepfi.es/comunicado-de-prensa-de-la-conferencia-espanola-de-decanatos-de-filosofia/ [Consulta: 24 de Diciembre de 2012]

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