jueves, 25 de enero de 2024

Conferencia de Juan Luis Arsuaga. Mérida, 25/01/2024.


Esta conferencia, que se enmarca dentro de las jornadas de Grandes Descubrimientos en Arqueología II, se llevó a cabo en el Centro cultural Santo Domingo en Mérida y llevó por título "Descubrimiento de Atapuerca y la Evolución humana". 

La conferencia giró en torno al "último viaje" de nuestra existencia, esto es, la vejez y la muerte. En su línea de magnífico comunicador, el profesor Arsuaga, además de dar datos científicos a lo largo de todo su charla, pretende hacer una labor de divulgación científica que invita a escucharle con suma atención, aunque el oyente no sea especialista en la materia. 



¿Por qué la vejez? ¿Por qué la muerte? ¿No sería mejor reemplazar simplemente "las piezas" desgastadas de nuestro cuerpo para que pudiera seguir existiendo durante muchos años más?  

Sir Peter B. Medawar, premio Nobel de Medicina, dio en los años 50 una explicación neodarwinista a la vejez y a la muerte: ¿Cuánto duraban los tubos de ensayo de su laboratorio, que morían, sin excepción, por accidente? Porque ni los tubos de ensayo ni las copas mueren de viejos. La copa es inmortal, no envejece; sin embargo, van desapareciendo por el uso de los mismos. ¿Puede que nuestra vejez y muerte sean similares a la "vejez y muerte" de los tubos? En efecto, afirma Arsuaga, en nuestro genoma se acumula una gran cantidad de genes perjudiciales que se manifiestan a una edad avanzada, a los que nuestros antepasados no se aproximaban en edad, ya que su esperanza de vida no era tan alta como la actual. ¿Así es cómo funciona la muerte?

Además de la muerte por la existencia de genes perjudiciales, existen otras muchas causas externas de muerte, que enumera. Por ejemplo, Atapuerca es un claro ejemplo de violencia intergrupal, ya que se encuentran múltiples ejemplos; aunque también de cooperación, evidentemente, como se muestra en la posibilidad de sobrevivir a pesar de tener huesos rotos o malformaciones congénitas. 








Cerró la conferencia hablando de controlar, frenar y revertir el proceso de envejecimiento de los genes, cuya teoría propone Dr. David A. Sinclair, con el que Arsuaga no comparte dichas teorías. ¿Y si envejecer fuera una enfermedad y fuese tratable como tal?, se pregunta Sinclair. Sinclair nos invita al proceso de descubrimiento científico y revela algunas tecnologías emergentes y algunos cambios simples en el estilo de vida.

Mérida, 25 de enero de 2024. 

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